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Tres consejos para aprender mejor

Tres consejos para aprender mejor
25 de mayo de 2014 - 00:00 - María Eulalia Silva

¿Es bueno repetir para memorizar?

Por años se ha desestimado que sea bueno repetir como loro para aprender. Y es así: repetir sin entender el concepto no sirve para aprender. Pero una investigación realizada por la Universidad de Sevilla afirma que la repetición es un método de aprendizaje natural y eficaz que le permite al cerebro consolidar la memoria.

La memoria se basa en conexiones entre neuronas y la repetición es el mecanismo que asegura el número y la fuerza que tendrán estas conexiones. Por ejemplo, conducir bien un carro o tener destreza en un videojuego requiere largos períodos de aprendizaje y repetición. Todos los campeones, en cualquier disciplina, ensayan una y otra vez los mismos movimientos.

Igual sucede cuando estudiamos. La repetición permite mantener el mayor tiempo posible en la memoria ciertas palabras clave de una frase o de un texto. Y cuanto más repetimos algo, más fácil es que quede grabado. Eso es lo que permite aprender para toda la vida fórmulas complejas, fechas importantes o las tablas de multiplicar. Pero cuidado, lo más importante seguirá siendo entender lo que se estudia, para que quede guardado en la memoria el concepto de lo aprendido. Los niños aprenden el sentido de las palabras cuando leen más: cada vez que la misma palabra aparece en contextos distintos, aprende todos sus significados y usos.

¿Retenemos más leyendo o escuchando?

Hay mucha diferencia entre escuchar una noticia en la radio o en la televisión, y leerla en letra impresa. La diferencia está en el movimiento de los ojos. En diversos experimentos se usaron cámaras especiales y se comprobó que, inconscientemente, el ojo retrocede ante una palabra que al cerebro no le resulta familiar. A eso se le llama “regresión” y nos da la oportunidad de familiarizarnos con el término, parar y entender su significado. Y esa repetición ayuda a recordar mejor lo leído.

Este ejercicio no se puede realizar con el sonido, porque no hay oportunidad de retroceder. En otro experimento, un grupo de niños entendió casi el doble durante una clase escrita que en una clase oral. La lectura entonces es la manera más eficaz de aprender. Y más aún si el texto se vocaliza. Cuando leen, los niños mueven los labios repitiendo en silencio las palabras. A ese mecanismo se lo conoce como subvocalización y funciona como una memoria auxiliar: se estima que mejora la memorización entre el 20 y el 40%.

Las mejores horas para estudiar

No es lo mismo estudiar a las 07:00 que a las 11:00. Y hay una razón subyacente para ello. Estudios científicos con chicos en edad escolar han comprobado que el cerebro rinde más a partir de las 09:00, llegando a su punto máximo entre las 10:00 a las 12:00. Y eso sucede porque para aprender nuestro cerebro debe estar “despierto”.

En el experimento con ejercicios de matemáticas, tras un comienzo difícil, los resultados aumentaban para alcanzar un pico entre las 10:00 y 12:00; por la tarde también era típico un descenso en el momento de la digestión, sin embargo a medida que avanzaba el día el rendimiento aumentaba.

Los 2 coinciden con causas biológicas: a la mañana el regreso a la actividad tras el sueño, y por la tarde, la digestión del almuerzo. El mejor rendimiento y por lo tanto las horas más beneficiosas para estudiar son de 9:30 a 11:30 y de 15:00 a 18:30. Información que deberían tomar en cuenta las escuelas para elaborar sus horarios. Tampoco rinde estudiar de noche. Es preferible dormir bien porque el sueño facilita que lo ya estudiado se almacene en la memoria de corto plazo y deje espacio para nueva información. Bien dicen que no solo hay que estudiar sino saber estudiar bien.

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