Una verdadera fiesta ciudadana se vivió ayer en el  Parque Bicentenario, en Quito. Banderas de color verde y del tricolor nacional flameaban en la fría noche de la capital. Pitos, tambores y trompetas acompañaron la llegada de miles de personas que se dieron cita en el lugar para presenciar la posesión popular de Rafael Correa, presidente de la República, y del vicepresidente Jorge Glas, quienes inician un nuevo mandato de cuatro años.

A su llegada al Parque, el Jefe de Estado lucía cansado luego de una larga jornada que arrancó en horas de la mañana con los preparativos de los actos oficiales en la mañana y que se desarrollarían en el pleno de la Asamblea Nacional. Pero a pesar de todo ese cansancio, Correa nunca se negó a brindar una sonrisa a los miles de seguidores que lo esperaban con ansias en este acto que se ha vuelto un característica en la era de la “Revolución Ciudadana”.

El propio gobernante confesó que apenas había dormido unas tres horas, pero eso no restó potencia a su discurso en el que se comprometió a radicalizar los procesos de cambio, no solo a los adherentes en el lugar, sino a todos los ecuatorianos.

De la misma manera hizo un llamado a la integración regional. Al Parque Bicentenario arribó Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Michel Martelly, mandatario haitiano. Correa emplazó a sus dos homólogos a seguir trabajando en la consecución de la “Patria Grande”, en el que resulten beneficiados las grandes mayorías.

Un gran escenario esperaba al Presidente, que desde el mediodía se fue llenando con sus seguidores. “No nos importa esperar, venimos desde Loja, viajamos más de diez horas, somos un grupo de 20 ciudadanos que queremos festejar cuatro años más de la Revolución Ciudadana”, decía Juan Bedón, mientras movía con sus manos callosas una pequeña banderita verde.

El cielo de Quito se tornó oscuro; nubes grises amenazaban con un aguacero, pero la gente cada vez era más: familias enteras  con alegría trataban de ocupar el mejor lugar.

A las 18:00, hora en que empezó el espectáculo de artistas nacionales,  las madres sacaban de sus bolsos  un termo de café, pan con queso y unas galletas. “Vamos a espantar el frío porque así como a la Revolución no la mueve nadie, a nosotras tampoco”, decía entre risas Marina Gualotuña, que con sus cuatro hijos, todos  menores de doce años, viajaron desde Latacunga para ser parte del evento.

De un momento a otro  la música se apoderó del ambiente con trombones, tubas, violines, tambores, chelos, arpas y otros instrumentos musicales. Sobre el escenario estuvieron como invitados especiales las sinfónicas de Guayaquil, Quito, Loja y Cuenca. Un total de 250 músicos en escena interpretaron melodías del pentagrama nacional.

El evento unió a artistas nacionales, que acompañados por los melodiosos acordes de la sinfónica cantaron por más de dos horas. Entre los temas que el público cantó estaban Vasija de Barro, Con el Alma en los Labios, Nuestro Juramento, Guayaquileño, Canción de Todos, Latinoamérica, entre otros.

En la parte baja del escenario se encontraban autoridades nacionales e internacionales, que dejaron de lado los formalismos y que horas atrás se dieron cita en la Asamblea Nacional.

Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional, y las vicepresidentas Rosana Alvarado y Marcela Aguiñaga, además de los presidentes de Venezuela y Haití, Nicolás Maduro y Michel Martelly, respectivamente, asistieron a la posesión.   

La noche caía poco a poco, pero cada vez el ánimo de la  gente era más ferviente. La fiesta se prendió cuando en el escenario aparecieron artistas como Las Tres Marías, Karla Kanora y Papá Roncón, quienes interpretaron música afroecuatoriana, como Carpuela y Andarele Vámonos, las mismas que el público cantó.  
“Esta posesión es única, pero no tiene igual el cariño que sentimos por nuestro Presidente. De ahora en adelante nuestro país solo será alegría”, comentaba Carmen León, que llegó al lugar con su nieta Diana, de 13 años. “Casi no veo, pero escucho y siento en las palabras del Presidente sinceridad; los ciegos podemos descifrar las mentiras solo con oírlas y Taita Rafael no miente”, afirmó la mujer, quien aplaudía al son de “Esta Guitarra”,  interpretada por Margarita Lasso y los Hermanos Núñez.

De la misma manera, subieron al escenario Beatriz Gil, Jorge Luis del Hierro y Enrique Vargas -mejor conocido como “Aladino”- quienes entonaron boleros que emocionaron a los presentes.

Luego de las palabras de Correa se dio paso al lanzamiento de fuegos artificiales que encendieron el cielo quiteño. Eso acompañado de la música de Pueblo Nuevo, que entonó el himno Patria y canciones alusivas al proceso político en el país.

Correa abandonó su posesión popular despidiéndose de los presentes, pero sobre todo comprometiéndose con ellos.