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El Telégrafo
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Crónica a pie

Vida, pasión y muerte de los DVD piratas...

Vida, pasión y muerte de los DVD piratas...
Foto: Eduardo Escobar / El Telégrafo
24 de agosto de 2016 - 00:00 - Ángela Portilla Caballero

“En el IEPI creían que yo era una especie de ‘Mama Lucha’ guayaquileña, que estaba organizando a la gente para enfrentarlos”. La frase pertenece a Omaira Moscoso, comunicadora y productora de cine y televisión de 47 años. En 2011, Moscoso se puso al frente de miles de comerciantes de películas que marcharon a Quito para protestar por las acciones del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), institución que les acusaba de piratas.

Pero junto con la protesta, ellos llevaron propuestas concretas al Estado, entre las cuales destacó una: un proyecto para regularizar las actividades de comercialización de sus locales, que hasta ese momento se consideraban fuera de la ley. El esfuerzo colectivo valió la pena. Aunque el boom de los establecimientos de ventas de películas en DVD comenzó hace más de 30 años, Moscoso se vinculó al sector en 2010. En Guayaquil fundó ‘El coleccionista’, local dedicado a la venta de películas de autor. Como productora de audiovisuales, su mirada siempre giró en torno al respeto a los derechos de autor. Pero cuando incursionó en el negocio de la venta de ese tipo de cintas, se dio cuenta de que algo no estaba funcionando bien.

Por un lado, el IEPI los reprimía esgrimiendo un argumento absolutamente válido -la lucha contra la piratería-, en tanto que otras entidades públicas, como el SRI y el propio Municipio de Guayaquil, les otorgaban los respectivos permisos de funcionamiento que, virtualmente, hacían legal su negocio. “Descubrí una suerte de juego macabro, donde los del lado más débil -los comerciantes- eran estigmatizados casi como delincuentes y siempre éramos perseguidos”.

Coimar a las autoridades (comisarios, intendentes. etc.), dice Omaira, era el mecanismo que hasta el momento les había dado resultado a los comerciantes. Pero la situación era insostenible y ella advirtió que debían encontrar el modo para que las autoridades reconocieran que alrededor del comercio de ‘DVD piratas’ existía un problema con varias aristas: sociales, culturales y económicas. Directamente: el sustento de miles de familias dependía de esta actividad.

El primer punto por resolver, explica, estaba casa adentro. Primero: convencer a sus compañeros para que no sobornen. Lo consiguió. El segundo paso: reunirse y organizarse. En esa línea, en el 2011 trabajaron en el proyecto de regularización y certificación del sector audiovisual. En ese documento se proponía, en resumen, legalizar la venta de películas ecuatorianas, negociando con sus dueños (directores, productores) el pago de los derechos respectivos. El proyecto implicaba poner a la venta, en todo el país, las cintas nacionales en DVD de óptima calidad, a un precio razonable para el bolsillo de los ecuatorianos ($ 5 en promedio).

Pese a que ya se habían dado algunos pasos para buscar un entendimiento con el Gobierno, los últimos días de 2010, una veintena de locales, entre ellos el de Moscoso, fueron allanados por orden del IEPI. Frente a esa situación crítica, decidieron marchar hacia Quito. En enero de 2011, desde todas las provincias del país, 40 buses salieron hacia la capital. Se reunieron en El Arbolito y desde ahí se encaminaron hacia las oficinas del IEPI. En Guayaquil -un día antes del viaje-, Omaira depositó en el buzón de la Presidencia del Edificio Zonal una carta abierta dirigida al presidente Correa, explicando los problemas del sector.

En Quito, la presencia de cientos de comerciantes a las puertas del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual obligó a su presidente, Andrés Icaza, a recibirlos. “La reunión -recuerda Omaira- no fue fácil, pero sirvió para limar asperezas”. Todos ahí entendieron que el problema era bastante complejo, particularmente con el tema de la propiedad intelectual, que rebasaba los alcances del IEPI. Pernoctaron en Quito y decidieron ir al siguiente día hacia el Palacio de Carondelet. “Tempranito emprendimos la caminata hacia el Palacio Nacional. Esa vez las puertas se abrieron y no se han cerrado desde entonces”.

Tras su retorno a Guayaquil, en su casa de Los Samanes, a Omaira la esperaba una carta de la Presidencia de la República. Le comunicaban que se había dispuesto que varias entidades: Ministerio de Cultura, MIES, IEPI y Senplades organicen las mesas de diálogo para comenzar el proceso de reglamentación. Aquella carta fue el punto de partida para un proceso que dura ya 5 años y cuyos resultados están a la vista.

En 2012 salió a la venta -en todo el país- A tus espaldas, dirigida por Tito Jara. La primera cinta producto de este proceso. En 40 días se vendieron los 25.000 DVD pactados. La siguiente película fue La Tigra, de Camilo Luzuriaga. Actualmente, más de 200 títulos de cine nacional se comercializan en todos los locales agrupados en la Asociación Ecuatoriana de Comerciantes de Productos Audiovisuales y Conexos (Asecopac). Omaira Moscoso está satisfecha. Cree que el esfuerzo valió la pena. (I)  

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