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El gestor cultural conformaría un equipo técnico cultural tan variopinto como la misma ciudad

“Más que descartar, hay que profundizar proyectos”

Julio Bueno, musicólogo y compositor. Trabajo: es el actual presidente de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador.
Julio Bueno, musicólogo y compositor. Trabajo: es el actual presidente de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador.
20 de marzo de 2014 - 00:00

¿Ha recibido una propuesta del alcalde electo, Mauricio Rodas, para convertirse en el nuevo Director de Cultura del Municipio?
Nada está confirmado, pero hemos tenido conversaciones como las que se tienen en estos casos. Debo presentar un plan de trabajo. Sobre este, el doctor Rodas dará su anuencia. Todo depende de él.

¿A usted le gustaría llevar las riendas de la gestión cultural de Quito desde la administración municipal?
Soy un gestor cultural, he trabajado 20 años en el Municipio de Quito con Rodrigo Paz, Jamil Mahuad, Paco Moncayo, que me invitó a rehabilitar el Teatro Nacional Sucre, manejar la Fundación y otros escenarios. Manejé el proyecto Agosto Mes de las Artes. Al Municipio lo conozco y tengo una visión municipalista en cuanto al manejo de la cultura y del Estado. En este momento, por ejemplo, colaboro con el ministro (de Cultura y Patrimonio) Paco Velasco en dos áreas: la Orquesta Sinfónica Nacional (OSNE) y las mallas curriculares de la carrera de Música de la Universidad de las Artes. No es por otra parte que me guste o no, pero uno tiene compromisos con su profesión, con su carrera, con su ciudad, con los equipos de trabajo que puede formar y con la sociedad en su conjunto, pues es importante que se democratice el acceso a la cultura.

Mauricio Rodas tiene 3 líneas de trabajo: reducir los trámites para que los gestores culturales puedan realizar sus eventos, la construcción de una arena de espectáculos en el Bicentenario y la organización de un festival internacional tipo Viña del Mar. ¿Habló con usted de estos?
Evidentemente. Es importante apoyar esos proyectos porque la ciudad los necesita. Sobre la construcción de la arena puedo decir, después, incluso, de haber visto el concierto de Metallica la noche de ayer (martes), que Quito es una ciudad metropolitana que requiere escenarios más grandes. Ahora mismo estoy validando, como parte de la OSNE, la construcción de una concha acústica con capacidad para 50.000 personas en el parque Los Samanes de Guayaquil.

¿Qué le ha dicho Rodas?
El doctor Rodas conoce mi trabajo, me ha convocado y me ha dicho que quiere un equipo que trabaje bien la parte técnica cultural. Quiero conformar un equipo como la ciudad, variopinto, multicolor, quiero tener la misma representación que hay en la ciudad, dentro de su equipo administrativo. Es interesante que esté escogiendo a sus colaboradores no solo dentro de su partido, sino de la ciudad.

Le digo algo con relación a la reducción de trámites para la organización de espectáculos: Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, propone la eliminación de impuestos para los espectáculos a fin de que se desarrollen más propuestas. ¿Quito podría hacerlo también?
Esas son decisiones políticas que, evidentemente, tienen un sentido técnico; si queremos promocionar y activar la producción local debemos activar esos proyectos, pero no solo para los espectáculos internacionales, sino para facilitar el acceso a espacios públicos a los gestores culturales. Cuando manejaba la Fundación Teatro Sucre nos aprobaron la posibilidad de trabajar con los artistas con un porcentaje de 80/20, antes era de 60/40, con ese porcentaje el teatro estaba abierto permanentemente.

¿La arena se construiría en el parque Bicentenario?
Ese espacio está, funciona bien. En el concierto de Metallica pude revisar los camerinos, el catering, la oficina de producción, ahí está la base. Habría que dotarla de servicios culturales.

La tercera propuesta de Rodas es la organización de un festival internacional, algo que usted conoce bien por su trabajo en el Teatro Nacional Sucre...
En la Fundación Teatro Nacional Sucre realizamos varios festivales: el de Música Sacra, el de jazz, el de Música del Mundo, la bienal de guitarra. Tenemos una programación. El año pasado la OSNE trabajó con el movimiento Al Sur del Cielo en el concierto de la Villaflora, y ahora brindará un concierto sinfónico con 6 grupos del sur. Con esto quiero decir que hay un público, que donde hay demanda hay oferta y que donde hay oferta hay demanda. Así que pensar en un festival internacional para la ciudad es positivo. Colombia tiene 700 festivales al año. ¿Cuántos tiene Ecuador?

El Municipio actual trabajó muchos proyectos. ¿Se les daría continuidad?
Sea o no sea yo el Director de Cultura se debe continuar con las cosas que se han hecho, con los mismos festivales que organiza la Fundación Teatro Sucre, con el Quitofest, con el Rockmiñahui, proyectos que la OSNE ha apoyado y que me da pena que no hayan seguido. Rodas ha dicho que continuará con los actuales proyectos políticos y sociales, y no veo por qué en cultura no deba ser igual. Los Centros de Desarrollo Comunitarios (CDC), por ejemplo, han descentralizado la cultura y la han llevado a los barrios. La idea es continuar con estos proyectos.

¿Qué proyectos se descartarían?
Más que descartar hay que profundizar los proyectos. La cultura necesita una especie de balanza entre la oferta y la demanda, entre la política y la realidad, entre la acción y la reacción. Quito es una ciudad metropolitana, cosmopolita, que necesita unas políticas culturales diferentes a las de una ciudad mediana o pequeña. Se hace necesario tomar en cuenta muchos aspectos para garantizar el uso de bienes simbólicos para toda la ciudadanía.

¿Han visto con buenos ojos su nominación?
Hay gente que la ha visto con buenos ojos. Creo que la cultura cohesiona socialmente, no se diga la institucionalidad cultural. Este es un momento para profundizar el trabajo entre el Ministerio de Cultura y Patrimonio, la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), la Secretaría de Cultura del Municipio de Quito, organismos públicos y privados de la ciudad.

La semana pasada la CCE organizó el espectáculo: La ternura del quichua, que fue apoyado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio a través de la OSNE, que fue, finalmente, la que produjo el evento. Hay que imaginar el paso que es para nuestra cultura el que un saraguro cante acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador. Esto es algo que el ministro Velasco nos ha pedido: ser interculturales, y, como venimos haciendo, trabajar en conjunto con todas las instituciones, dejando de lado el afán de las instituciones por figurar, así la sociedad tendrá propuestas de mejor calidad, más cohesionadas, más orgánicas.

Se dice que la Fundación Teatro Sucre ha privilegiado el trabajo de artistas internacionales...
Lo único que puedo decir es que el accionar de una institución cultural se mide sobre la base del coste beneficio. Cuando empezamos a trabajar con la OSNE el coste beneficio era muy alto, la cifra era tan escandalosa que prefirieron no mencionarla, pero en ocho meses de trabajo logramos reducir el coste a 0,65 centavos por persona. Le doy un ejemplo para que se entienda mejor: en el más reciente Concierto Didáctico que organizó la CCE para 40 mil niños en el Ágora, se gastó, con trasporte y todo, un promedio de cuatro dólares por niño, lo cual sigue estando bien. Hay que dividir todo el presupuesto que se tiene para el número de público que asiste.

¿Cuándo tendría una respuesta del alcalde Rodas?
Hay que esperar una semana a que regrese de su viaje.

¿Con quién trabajaría usted?
Con un equipo grande. Todos gestores culturales reconocidos, gente con experiencia. La ciudad es compleja y hay que saberla manejar.

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