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Los cambios de "camiseta" marcan la carrera política hacia los comicios de 2019

Los cambios de "camiseta" marcan la carrera política hacia los comicios de 2019
13 de septiembre de 2018 - 00:00 - Unidad de Investigación

La práctica del “camisetazo” (cambio de un partido político a otro), nuevamente se pone en escena cuando el país vive el momento preelectoral.

En Guayas, mientras dentro del Concejo de Guayaquil han sido pocas las desafiliaciones, ocurre lo contrario con el resto de cantones, donde una buena parte de políticos han migrado hacia el PSC.

De los 15 ediles, se mantienen los 10 del PSC-MDG, incluso se sumó uno: Carlos Luis Morales, que dejó el movimiento Centro Democrático y ahora es la carta socialcristiana para la prefectura del Guayas.

Lídice Aldaz, María del Carmen Alman y Zaida Loaiza dejaron Alianza PAIS y ahora se declaran “independientes progresistas”, sostiene Aldaz. Según ella, el cisma dentro del movimiento provocó el alejamiento de cuadros.

Para los comicios de 2019, el PSC cobijó a Cristhian Suárez (Naranjito), excoordinador de Centro Democrático; Edson Alvarado (Santa Lucía), que antes era de Sociedad Patriótica; Miriam Lucas (Playas) antes de Alianza PAIS; Jackeline Ordóñez (Colimes) que llegó a la Alcaldía por el partido Avanza; y Xavier Gómez (Pedro Carbo) también era de Avanza. Todos fueron anunciados para postularse a las alcaldías por sus cantones.

En Azuay
Martha Castro, Gabriela Brito Christian Zamora, Xavier Barrera, Carolina Martínez, Iván Granda, Narcisa Gordillo, Ruth Caldas y Norma Illares dejaron las tiendas que los llevaron a los cargos, para militar en otros movimientos.

El Concejo inició sus labores con dos bancadas: PAIS con nueve ediles y la alianza Participa-Igualdad con seis.

Ahora tiene representantes de PAIS, Revolución Ciudadana, Podemos, Ruptura, Conciencia Ciudadana, Unidad Popular,  Integración Regional y tres concejales independientes.

Incluso, la alianza Participa-Igualdad se rompió y solo quedó un edil en representación del primero y tres por el segundo de los citados.

Carolina Martínez, ahora independiente, adujo que su desafiliación se produjo por su desacuerdo en un proyecto minero que afectaría las fuentes de agua en el cantón Cuenca.

Este no es el único caso de los camisetazos en Azuay. De los cinco legisladores que ganaron una curul en 2017 solo dos continúan en los movimientos que los auspiciaron.

Doris Soliz y Juan Cristóbal Lloret llegaron por Alianza PAIS y a raíz de la división en el movimiento se desafiliaron y ahora conforman el grupo de Revolución Ciudadana, afín al expresidente Rafael Correa.

En otra orilla política, el legislador Esteban Bernal dejó el movimiento Podemos para militar en CREO.

Otro cambio de partido político fue el que se produjo en junio pasado con la salida de la viceprefecta de Azuay, María Cecilia Alvarado, del movimiento Participa, por discrepancias con el prefecto y líder de la organización política, Paúl Carrasco.

Ella se mantiene firme en postularse para la Prefectura provincial y para ello entró en diálogo con la Izquierda Democrática (ID), para que la auspicie en su intención.

Panorama en Quito
Una situación a la inversa ocurre en Pichincha, donde el Concejo Metropolitano de Quito registra la mayoría de los “cambios”. En 2014, inició con tres bancadas: PAIS, con 11 ediles; SUMA-VIVE alcanzó, incluido el alcalde Mauricio Rodas, 10, y CREO, un puesto.

Después de cuatro años hay cinco bancadas. SUMA con dos miembros: el Alcalde y Marco Ponce; CREO, con Eduardo del Pozo; PAIS con Carlos Páez, Jorge Albán, Mario Guayasamín, Susana Castañeda y Patricio Ubidia; VIVE, con cuatro (Renata Salvador, Pedro Freire, Mario Granda y Renata Moreno) y 10 independientes.

La armonía no duró ni un mes desde su posesión, el 14 de mayo de 2014. El 5 de junio, la integración de las 21 comisiones produjo cuestionamientos hacia el exconcejal Antonio Ricaurte (VIVE). El 25 de septiembre, Ricaurte renunció al cargo y asumió su alterna Renata Salvador.

El 5 de julio de 2017 Carla Cevallos se desafilió de SUMA. Ahora milita en el movimiento Juntos Podemos en Pichincha, que lidera el prefecto azuayo Paúl Carrasco.

La entonces vicealcaldesa Daniela Chacón presentó su dimisión el 17 de agosto de 2016, también por diferencias con el burgomaestre. El 22 de agosto, Eduardo del Pozo fue electo primer vicealcalde de Quito. La concejala Ivone Von Lippke también se apartó de SUMA-VIVE.

Otro que abandonó esa tienda fue Sergio Garnica, el 26 de octubre de 2015. Hoy milita en el movimiento Todos, que creó una alianza con Izquierda Democrática para las seccionales de 2019.

En Alianza PAIS la unión duró nueve meses. El 27 de febrero de 2015, Karen Sánchez se separó. Al mes siguiente lo hizo Eddy Sánchez. Ahora es director en Pichincha del Movimiento Acción Social y Solidaria (MASS).

Los ediles coinciden en que las malas relaciones dentro del Concejo se producen por falta de liderazgo.

“No veo que él (el Alcalde) haya logrado un liderazgo en la ciudad ni en el Concejo. Hay una ausencia de la visión de la ciudad, de la planificación”,  dijo la edil Luisa Maldonado (ex Alianza PAIS).

Von Lippke sostiene: “No hay un liderazgo de la cabeza administrativa del Municipio. Hubiese sido ideal que se converse con todos los concejales, que haya la apertura para presentar proyectos”. En otros escenarios, no se han registrado cambios de orilla partidista.

Diferencias de liderazgos
Para en analista Xavier Flores, las diferencias en este tipo de comportamiento político, sobre todo entre Quito y Guayaquil, se debe a las diferencias de liderazgos.

“Es evidente que el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, tiene un liderazgo más débil y confrontado; a esto se suma la forma en cómo se maneja la participación ciudadana, que en Quito está más presente que en Guayaquil”, explica.

Ese tipo de participación, según Flores, es quizás una fuente de problemas para un alcalde, porque tiene que atender reclamos de diferentes organizaciones sociales; “en Guayaquil existe una mayor verticalidad en el manejo de la administración y una menor incidencia de esa participación”.

En términos generales, esto también se observa cuando se registran los cambios de partidos políticos, puesto que en Quito existe un electorado más disperso y con diferentes actores que entran en competencia.

Lo contrario es en Guayaquil, agrega, pues hasta el momento no se ve en esta ciudad mucha gente en la palestra para el 2019. (I) 

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