Ecuador Tiene Talento (ETT) 5 al fin empezó y lo hizo con mucha fuerza por tres razones que, al parecer, contrarrestan las críticas a temporadas pasadas. La nueva jurado, Carolina Jaume, encaja perfecto con los otros tres jueces, sin saturar, con peleas incluidas y potencia, al cuerpo colegiado que en toda temporada se ha decantado por dejar las finales muy cerradas entre cantantes. Los participantes ya no se dejan intimidar por la “Bruja” Wendy Vera, lo malo es que ella se ha suavizado y deja pasar actos que desde la primera audición ya no estuvieron al nivel. En cuanto a lo técnico el show se ha reforzado con un responsable de contenido -Jorge Lozada-, lo que demostraría que sí existen momentos “libreteados”, y dos precisos editores -Gabriel Berni y José Campozano- que saben hacer que dos horas y media de programa se pasen a gusto.

Tampoco es que todo ya sea perfecto en ETT, hay casos y cosas como las diferencias en percepción de los jurados que vieron un acto en vivo con lo que puedan ver los televidentes ya en pantalla y las audiciones en cabina que pueden aumentar la ya elevada aceptación popular del show o volverlo más light en su selección de talentos.

Reiterando, las tres razones del potencial éxito de ETT5, en el primer programa de la temporada, la jurado Carolina Jaume, los participantes más seguros y en busca no de excelencia escénica, y el refuerzo técnico con un responsable de contenido y dos editores de empuje. Esos aciertos pueden jugar en contra porque ahora que tan solo en el primer programa se aprobó al 95% -doce de trece- de los participantes presentados, varios con cuatro Sí, pareciera que los criterios de selección se han suavizado. Extraño también es que en el primer programa ya se haya dado un botón dorado al joven cantante cuencano Kevin Íñiguez, cuando pensando en temporadas anteriores, el promedio de galas de audiciones pregrabadas es de entre cinco y seis programas.

Sonaron muy duros los comentarios para el dúo Acro Stars sobre lo esforzada que se vio su actuación o lo plana que resultó a pesar de ser bien ejecutada, cuando se dejó pasar al cantante tipo Sandro –Luis Alberto Luna-, al Charrito Negro y a la cantante Verónica Cedeño, sin mayor crítica a pesar de evidentes errores en sus actos. El programa avanza como un huracán de lo lindo y “sé que lo hará mejor en la siguiente gala”. No se está juzgando con rigor el momento de audición.

Las historias de vida de los participantes son las que han permitido un gran cambio de lo que se ve en pantalla y lo que se veía en temporadas anteriores. Se aprecian más participantes que pasan de ronda y que reciben comentarios positivos y los que no pasan no son objeto de burla o comentarios hirientes. Eso sí, se perfilan fuertes peleas entre los jurados.

ETT5 sería más novedoso si las galas de audiciones no tuvieran que ser pregrabadas, como sí lo deben ser para abarcar múltiples áreas del país. Ya admitir que hay responsable de contenido es importante, ahora el contenido debe ser más y más responsable con la audiencia y para el medio. El futuro del show lo decidirá como es usual el público, el resto es esperar que la crítica colectiva sea mínima.