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Se cierra la ‘época de oro’ de la música nacional

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“El bolero es la máxima expresión del sentimiento. En tres minutos que dura una canción se cuenta una historia de amor. Por eso el bolero nunca morirá, siempre estará allí”. Esta era una de las frases recurrentes de Fausto Gortaire Chiriboga, quien nació en Riobamba, provincia de Chimborazo el 27 de enero de 1931 y fue uno de los mayores referentes de la interpretación y la composición musical del país.

Falleció la noche del lunes pasado como consecuencia a un cáncer terminal, del que no se conocieron más detalles. De inmediato sus restos pasaron a la funeraria Memorial donde fueron velados hasta ayer en que se realizó su sepelio en el cementerio de El Batán.

El bolero cautivó a Gortaire desde su adolescencia, aunque también interpretó y compuso géneros como pasillos y pasacalles, entre otros ritmos tradicionales ecuatorianos. Fausto Gortaire comenzó a cantar como aficionado. El y otros amigos suyos se reunían en la casa de Timoleón Jaramillo, padre del cantante de pasillos, Héctor Jaramillo.

Su afición por el canto y su fama de buen intérprete llegaron a oídos de su padre, el coronel Federico Gortaire, quien le prohibió cantar por creer que aquello no haría más que degenerarlo.

Sin embargo, Fausto siguió el camino de la música con el apoyo de su madre, que le ayudó a pagar las clases de canto con un profesor alemán. Las primeras enseñanzas fueron de modulación de voz.

Para complacer a su padre combinaba el canto con sus estudios para piloto comercial. En 1948 ganó un concurso de canto en Radio Bolívar, con lo cual se da a conocer en la palestra musical, sobre todo de la Sierra. Su naturaleza bohemia le hacía entregar serenos a las damas quiteñas, junto con sus amigos del Trío Los Indianos, con quienes tuvo varias anécdotas nocturnas.

Contó alguna vez que en uno de los recorridos nocturnos por balcones ajenos tuvo problemas con el marido de una de las homenajeadas de su guitarra, de quien pudo librarse solo con un poco de picardía.

“Disculpe señor la serenata era para la muchacha del segundo piso...”, alcanzó a contestar. El marido se convence y entra. Fausto, sonriendo dice a su amigo Camilo Santacruz: “apúrate antes de que se dé cuenta que esta casa no tiene segundo piso...”.

‘Caucho’, como le decían de cariño, estuvo siempre apegado a los ritmos románticos, aunque el bolero siempre fue su fuerte. Su potente voz era comparada con la del también desaparecido Pedro Infante, cantante insigne de la música mexicana. A pesar de las reiteradas invitaciones a ocupar su lugar en el país del norte, él se negó a ser la sombra de alguien más en otro país. Paco Godoy, músico ecuatoriano y gran amigo personal de Fausto, afirmó que el músico siempre defendió lo nacional y que buscaba siempre la calidad escénica y vocal de quienes querían interpretar ritmos tradicionales.

En esto coincide Jorge Aguirre, representante del Trío Colonial, con quien tuvo también la oportunidad de compartir momentos dentro y fuera del escenario.

“Fausto en su faceta de trabajador público era muy responsable, a pesar de que a veces no estaba bien de salud” recordó Aguirre, quien asegura también que detrás de Gortaire queda un gran legado de canto y composición.

Otro de sus seudónimos era ‘El Caballero’, debido al gran respeto con el que trataba a sus compañeros y amigos, con quienes también compartiría momentos de distracción con su buen sentido del humor.

Su primera grabación fue en Colombia donde todos quedaron impresionados por la potencia de su voz. Desde entonces fue llamado en el país vecino como ‘La voz de oro del Ecuador’.

Allí conoció a su primera esposa, pero el matrimonio no duró mucho. Luego apareció por su vida Irma Cevallos, con quien cumplió 40 años de casado. Tuvo tres hijos y siete nietos.

También fue muy amigo de Julio Jaramillo con quien compartió algunas interpretaciones . Es por eso que es considerado como el ‘último de los mohicanos de la música nacional’. Tomando en cuenta a artistas como Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo, Fresia Saavedra, entre otros que también han fallecido.

También hizo gran amistad con Leo Marini, cantante argentino, también apegado al género romántico por excelencia: el bolero.

Compartió escenario con Los Panchos, Lucho Gatica, Pedro Vargas, entre otros destacados del pentagrama musical latinoamericano. Roberto Cantoral, compositor de la canción ‘Reloj’, quedó fascinado cuando le escuchó cantar.

Cabe recalcar que el nombre de Fausto Gortaire fue tomado en cuenta en la publicación ‘Cien años del bolero’. Esta enciclopedia toma en cuentas a los mejores expositores de este género. Su trabajo fue escogido para representar al Ecuador.

Según cuenta su amigo Paco Godoy, Fausto pidió que cuando muera, escriban en su lápida la frase: “Y me iré de este sueño hacia el insomnio de un campo real y eterno, embarcado en pentagramas musicales por el camino armónico del infinito”.

El ‘Caucho’ Gortaire dejó un legado de calidad musical y nacionalismo musical. Durante su carrera registró alrededor de 100 canciones escritas. Su última aparición fue en diciembre de 2012 con su recital ‘Todo se paga’, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Su voz fue comparada con la del mexicano Pedro Infante

El mexicano Joel Sánchez, fundador del Trío Los Reales, también cultivó amistad con Fausto Gortaire. En primera instancia se sorpremdió con la calidad vocal del ecuatoriano, por lo que se atrevió a compararlo con Pedro Infante, una de las figuras más insignes de la música y la cultura azteca. Sin embargo, Fausto siempre procuró que en cualquier lugar en el que se encuentre, sea reconocido como ecuatoriano.

Sus primeros boleros fueron con ‘Don Fausto’

“Es una gran pérdida para la música nacional. Como artista me siento muy consternado por esta partida, pero al mismo tiempo muy agradecido porque don Fausto fue un hombre que por años puso el nombre del Ecuador en los escenarios del mundo”, sostiene el cantante Gerardo Morán. “Los primeros boleros que escuché en mi vida fueron de la voz de don Fausto. ¡Qué honor!””, acotó.

 

 

“Un caballero en toda la extensión de la palabra”

“Fausto era un caballero con toda la extensión de la palabra. Era uno hombre que se imponía sobre el escenario y que hizo una carrera intachable dentro y fuera del país”, señala la cantante Hilda Murillo.
“Ya los buenos cantantes de antaño nos estamos yendo, así que hay que formar a las nuevas generaciones para que la buena música siga vigente y no se pierda con tanta cosa que se escucha ahora”, acota.

 

 

“En todos lados decía con orgullo: ecuatoriano soy”

“Él siempre fue un referente de nuestra música a pesar de haber cantado boleros toda su vida. Nos sentimos orgullosos de que haya nacido en Ecuador porque en todos lados decía con orgullo ‘Ecuatoriano soy”. Así recuerda a Fausto Gortaire, la cantante Hipatia Balseca, quien asegura que uno de sus sueños era compartir el escenario con este cantante, aunque nunca se cristalizó.

 

 

“Como Fausto no existen cantantes en el país”

“Mis primeras referencias de Fausto fueron por mi mamá porque  escuchaba su música. Además, él fue un hombre muy guapo y un caballero en todos los sentidos. Su carrera la hizo mayormente en el extranjero y lo convirtieron en un embajador de la música ecuatoriana. Como Fausto no existen cantantes en el país”. Con estas palabras describe a Fausto Gortaire, la cantante de boleros Giselle Villagómez.

 

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