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Los Tres Chiflados estuvieron marcados por la comedia física y las tragedias personales
Detrás de los piquetes de ojo, golpes y otras expresiones propias del ‘slapstick’, que caracterizaban a Los Tres Chiflados, habían tragedias personales que envolvían a sus integrantes, especialmente a Curly, uno de los más queridos.
Jerome Lester Hortwitz, su nombre real, no pudo lidiar con una fama que nunca buscó y se dejó envolver por los excesos con la bebida que finalmente acabaron con su vida en 1952 cuando tenía apenas 48 años.
Había sido un “chiflado” entre 1934 y 1946. Los últimos años de su existencia estuvieron marcados por derrames cerebrales que sufrió. El primero lo tuvo precisamente en el año que se retiró por prescripción médica, pero su salud empezó a decaer desde 1944.
Le habían detectado hipertensión, hemorragia retinal y obesidad. Este último mal provocado por la depresión que sentía porque extrañaba su mostacho y melena rizada (de ahí el apelativo de “Curly”, que en inglés significa “ricitos”).
Según él, su anterior pinta le permitía conquistar chicas, mientras que el corte a rape que él mismo se hizo para ser un “chiflado”, le había quitado su atractivo natural.
El rapado se originó cuando lo vio Ted Healey, un comediante que descubrió a Moe (cuyo nombre real era Harry Moses Hortwitz).
A Healey no le convencía el ‘look’ al estilo ‘Buffalo Billy’ que tenía Curly y más bien sugirió que su personaje “pegaría” mejor con una afeitada. En cuestión de minutos, Curly se fue y regresó con la cabeza a rape y sin bigote.
No obstante, Curly realmente no se había planteado ser un “chiflado”, aunque de niño veía a sus hermanos Moe y Shemp (Samuel Hortwitz) actuar en circos.
Entró tras la salida de Shemp del elenco que lideraba Healey con Moe y Larry Fine (Louis Feinberg, su nombre original). Entre 1912 y 1922 eran ‘Ted Healey y sus chiflados’.
Shemp, quien había adoptado su apelativo artístico por la mala pronunciación que su lituana madre hacía del nombre “Sam”, no quería trabajar más con Healey e independizarse. De ahí sugirieron a Curly, el menor de los hermanos Hortwitz (que luego americanizaron su apellido por el de Howard).
Curly, quien accidentalmente se había disparado una pierna en 1915, era falto de memoria, lo que lo llevó a crear expresiones célebres como el “woo woo woo” (cada vez que enloquecía), el “n’yuk, n’yuk, n’yuk” (cuando estaba contento), el “n’yahhh” (que incluía ojos bizcos y que los demás chiflados imitaron para reflejar susto) y el “ruff, ruff” (para darse valor).
Su caminada renga (causada por el disparo) y las pataletas en el piso lo convirtieron en el más espontáneo de los chiflados. Improvisaba para suplir su falta de memoria, que a veces llegaba a los extremos cuando Moe debía pegarse en la frente unos letreros con los diálogos de Curly para que los leyera.
El origen de Los Tres Chiflados data desde 1909 cuando Moe dejó sus estudios escolares y de electricidad para trabajar como recadero en el cine mudo. Luego tuvo roles como extra hasta que conoció a Healey ese año, quien quería ser comediante.
No volvieron a verse hasta 1922. Para entonces, Moe trabajaba en actos de vodevil con Shemp. Llevaban haciéndolo desde 1912.
Larry se unió al elenco en 1925. Hasta entonces todo era teatral, pues los cortos de cine se grabaron desde 1934 sin Shemp. Por eso, la alineación original de la televisión y cine fue con Curly (1903-1952), Larry (1902-1975) y Moe (1897-1975), en ese orden, según la intro de la Columbia Pictures con la que la serie se emitió hasta 1958.
Con Curly se filmaron 97 cortos, luego Shemp (1895-1955) participó en 77 más hasta que murió por un ataque cardiaco. Su reemplazo fue Joe Besser (1907-1988) entre 1956 y 1958.
Con este último se produjo la etapa más floja del trío, con ‘remakes’ de sus primeros cortos en la década del 30. Además, para muchos fanáticos de Los Tres Chiflados, no encajaban los amaneramientos de Joe.
Sin embargo, él creó sus propias expresiones famosas porque no quería parecerse a Curly, ni a Shemp. Joe patentó el “eso duele”, “no tan rápido” y “eres un loco”.
Se desvinculó del trío porque su esposa Ernestine se enfermó. El sustituto fue Curly-Joe De Rita (cuyo nombre verdadero era Joseph Wardell, 1909-1993).
Con este último miembro al trío se lo vio más en largometrajes, uno de los más conocidos es ‘Blancanieves y los chiflados’ (1961). Fue la única cinta en colores y más cara en que participaron. Además tuvieron presentaciones en vivo hasta que los achaques de Moe y Larry empezaron a notarse.
De hecho, los médicos le diagnosticaron diabetes a Larry. Después sufrió una hemiplejía que lo condenó a una silla de ruedas en sus últimos años, al punto que meses antes de morir fue recluido en un asilo para ancianos.
Moe, en cambio, murió por cáncer al pulmón y en condiciones económicas no tan acordes con su aporte al cine y la televisión. Es más, durante los últimos años de su vida intentó que Columbia Pictures le vendiera los derechos de Los Tres Chiflados, pero sus productores se rieron de él porque a ellos les significaban millonarias ganancias.
Los “seis chiflados” que actuaron para los cortos durante 24 años apenas alcanzaron el medio millón de dólares juntos, cantidad que los artistas actuales perciben por solo una jornada de trabajo.
No obstante, en 1983 se hizo justicia para ellos. Ese año recibieron la Estrella en el Paseo de la Fama. Solo quedaban vivos Joe y Curly Joe. El primero de ellos pronunció un conmovedor discurso.
Parte del éxito de la serie fueron los efectos de sonido como los tambores para representar los golpes en el estómago, la cuerda de un violín para los piquetes de ojo, partiduras de nueces para las torcedoras e impactos contra objetos metálicos para los martillazos en la cabeza.
Pese a que se usaban objetos de utilería y se suponía que cuidaban su integridad física, hubo algunos accidentes entre los “chiflados”. Uno de ellos fue cuando la pluma fuente que presuntamente escribe sobre crema batida (del corto ‘Heavenly daze’) se disparó contra la frente de Larry. Se ve en el corto y parece un doblaje, pero sí pasó.
Emil Sitka y Christine McIntyre, frecuentes actores secundarios de los cortos, también guardaban anécdotas. Una de ellas fue en el corto ‘All gummed up’ (1947) en el que los chiflados comen una torta con chicle (en lugar de malvaviscos) que prepara McIntyre para celebrar su juventud causada por un brebaje mágico. En la trama se debían usar globos para simular los chicles. El asunto es que en realidad fueron condones. Cuando McIntyre se enteró de eso, se horrorizó.
Los Tres Chiflados causaron impacto a través de muñecos, dibujos animados (los de 1965) y hasta una película poco exitosa (2012). Pese a eso su esencia no se pierde, a través de la televisión y el YouTube.