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Jesús Adrián Romero presentó a Jesús con sus canciones
Jesús Adrián Romero siempre tiene algo que contar. De hecho, es posible que muchas de sus historias resulten repetidas para quienes acuden a sus conciertos que incluyen reflexiones sobre temas muy cotidianos, pero siempre tienen un enfoque diferente.
“De niño, a los ocho años quería volar como Superman. Usaba una tela como capa y me lanzaba. Hasta me hice unas alas de cartón que se rompieron con mi caída cuando intentaba volar. Luego me di cuenta que mejor podría ser Tarzán porque me trasladaba de un sitio a otro, agarrado de una especie de lianas”, contaba, casi a las diez de la noche, el cantautor mexicano, que lucía sus característicos lentes, chaleco y pantalón negro, más una camiseta gris y zapatos tipo Converse.
El relato no terminaba ahí. Decía que aquella idea de ser un superhéroe se diluyó cuando creció y a los 20 años se enamoró (de Pecos, su esposa desde hace 28 y con quien procreó a tres hijos.
“Ella siempre creyó en mí, en todo lo que hago. Siempre me siguió a todos lados. De hecho, desde que nos casamos nos hemos cambiado como 14 veces. Recién hace cuatro meses nos instalamos en Monterrey después de haber residido en Estados Unidos. Me di cuenta que para ella sí soy un superhéroe”, sostiene Romero, quien interpretó ‘Tu amor es mi energía’, dedicada a su eterna compañera.
Algo parecido ocurrió cuando interpretó ‘Mágicas princesas’ para sus hijas menores. El mayor se llama Adrián Roberto.
Y es que Jesús Adrián concibe al cristianismo no solo como el amor a Dios, sino al prójimo como uno mismo, tal como dice la Biblia, de la que él se ampara cada vez que escribe una canción o cuando comparte alguna anécdota.
Para él, la familia es importante para reflejar el amor de Dios desde el hogar hacia la calle. Todo eso se percibe en sus canciones que tienen un antecedente que él lo cuenta como si estuviera en la sala de su casa. En el escenario lo hace sentado desde un banquillo alto.
Sucedió con ‘Razones pa’ vivir’ en el que narra cómo una mujer estuvo a punto de suicidarse y dejó tratarse por Dios cuando alguien le regaló un disco de Jesús Adrián.
“Aquella mujer se dio la vuelta por todo el recinto y me interceptó a la salida. Me confesó que acudió al concierto para decirme que ahora tiene ‘razones pa’ vivir’ porque conoció a Jesucristo”, rememora.
El concierto empezó a las ocho y media de la noche ante unas 15 mil personas que de a poco llegaron al estadio Alberto Spencer Herrera.
La nueva visita del también pastor tuvo que ver con la promoción de ‘Soplando vida’, su más reciente disco del cual su canción homónima inició el recorrido por las canciones de Romero.
‘Ayer te vi’, ‘El aire de tu casa’ y ‘El brillo de tus ojos’, canciones que tenían vídeos proyectados en las doce pantallas Led, que estaban situadas al fondo del escenario.
En las gélidas gradas de la tribuna, sobre el césped de la cancha o la alfombra colocada en las localidades de VIP y Golden Box la actitud del público era muy atenta a cada palabra que Romero dejaba salir de su garganta y que en realidad eran el mensaje de Dios a través de él. La misión de Jesús Adrián era presentarles el amor de Jesús con sus canciones y su propio testimonio de vida.
Explicaba temas como el hecho de que muchos cristianos, sin darse cuenta, solo hablan de Dios como un concepto doctrinal, como una teoría, pero no tienen una relación genuina con Él. Y aquello el público lo entendió mejor con la canción ‘Más que un concepto’.
Hablaba sobre la tendencia que tiene el ser humano acerca de una posible perfección ante las dificultades, como el hecho de que una madre confíe tanto que un hijo delincuente cambie o que un desahuciado tenga la esperanza de que se halle la cura para su enfermedad.
“Tenemos esa tendencia esperanzadora porque Dios creó al hombre a su imagen y semejanza que vivía en el Edén, que significa placer. Pero un día aquel hombre y su mujer desobedecieron. Desde entonces hemos llevado ese pecado y por eso en nuestro interior recordamos que la vida puede ser perfecta como la tuvieron ellos, quienes habían sido expulsados de ese paraíso. Pero un día, el Padre decidió enviar a su hijo para que volvamos a ese Edén. Envió a Jesucristo, quien flamea una bandera para que acudan a Él”, decía Romero con mucha seguridad como ‘intro’ para su canción ‘Tu bandera’.
Durante dos horas de concierto, el cantautor mexicano también repasó otras melodías como ‘Aquí estoy’, ‘Espérame’, ‘Cuenta conmigo’, ‘Pegao a ti’ o ‘Mi herencia’.
Estas tres últimas son más alegres. Habitualmente las canciones de Jesús Adrián son pop, pero su versatilidad y la de sus seis músicos, que se sitúan en los 15 metros del escenario, le permiten llegar a la gente con ritmos más caribeños, algunos parecidos a la propuesta de Juanes y otros con ciertos guiños de vallenato.
Incluso Roberto Serrano, su percusionista, y el guitarrista Fernando Ramírez improvisaron una coreografía con ‘Mi herencia’, con el ritmo que imponían el bajista Pedro Marín, Daniel Fraire, el otro guitarrista; el pianista y acordeonista Mike Rodríguez y el baterista Misael Blanco, quienes incluso se tomaron una foto con Romero y con el público como fondo, como un grato recuerdo de asistencia a un concierto con reflexiones y un ‘soplo de vida’ en las que Jesús Adrián presentó a Jesús.