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En marzo participará en teatro en Neva York
Fabo Doja, el actor que fue visitador médico (Video)
El pasado mes de diciembre se lo vio como uno de los ayudantes del temible Capitán Garfio en la obra Peter Pan, del director Jaime Tamariz. Ahora Fabo Doja se prepara para la adaptación de Bodas de Sangre, del clásico de Federico García Lorca, bajo la dirección de Eduardo Muñoa, en donde compartirá escenario con actores como Prisca Bustamante, Giovanna Andrade, Juan Fernando Rojas, entre otros.
Este supone el proyecto profesional más ambicioso del año, a pesar de que en junio aparecerá por primera vez en la pantalla grande como José Luis Ampuero Abadié en la biopic de Medardo Ángel Silva, bajo la dirección de Nitsy Grau.
Para este actor, trabajar en clásicos como María Estuardo o Bodas de sangre es un desafío que lo llena de satisfacciones porque le permite probarse como histrión, estudiar destrezas y corregir errores.
“Esa es la magia del teatro. Que no solo aprendes técnicas sino que también te permite recrear y hasta sentir cosas del pasado que sabías que existían pero no las habías experimentado, como en el caso de la película de Silva, que se desarrolla en un momento en donde las diferencias de clases sociales estaban tan marcadas y el contexto social del país era diferente al de ahora”.
Fabo asegura estar pasando por uno de sus mejores momentos profesionales, desde que regresó a los escenarios luego de retirarse por diez años para trabajar como visitador médico.
“Cuando empecé no me fue tan bien. Tal vez a los veinte no era mi momento y por eso trabajé en otra área que me resultaba rentable económicamente, hasta que decidí volver y creo que me ha ido de maravilla. Tal vez mi momento es ahora, de treintón”, refiere.
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En 2014 estuvo involucrado en diferentes proyectos que le permitieron ponerse en el mapa de los nuevos actores y se enroló en obras como Monogamia, Pareja Abierta, Dos arriba y una abajo y también haciendo comerciales.
Todo esto -según dice- gracias al apoyo desinteresado de personas como Marina Salvarezza, Eduardo Muñoa y Ruth Coello, que lo han ‘apadrinado’ y le han dado la oportunidad de trabajar en grandes proyectos. “Me exijo mucho a diario para no defraudarlos. Lo bueno es que me han puesto junto a otros grandes actores, con los cuales no solo he hecho amistad, sino que también me nutro de sus conocimientos”, comenta.
Fabo Doja considera que el teatro en Guayaquil ha crecido de manera ‘descomunal’ y se ha convertido en una opción más de diversión para miles de personas. “Antes se podía decir que el actor no vivía de su trabajo, porque la gente no llenaba las salas. Ahora eso ha cambiado y nos motiva a ser mejores para dar un producto de calidad”.