De personalidad totalmente humilde, extrovertida y risueña, el compositor, productor, intérprete y actor cuenta que su llegada al país no fue tan fácil, pero que persistió con el sueño de ser un gran cantante.

Hace pocos días presentó ‘I want it tonight’, un tropipop que invita a la coquetería y al atrevimiento. Con acordes de discoteca -como él mismo cuenta- y un toque romántico. Para él, la música siempre ha sido su motor de vida.

La canción ya tiene video, que fue grabado en La Habana, el pasado 24 de mayo. “La producción en Cuba es impresionante, yo tenía como 50 bailarines de la más alta calidad a mi disposición”, afirma el artista.

A los 2 años ya despertó su curiosidad por la percusión debido a los quehaceres de su padre. “Me llamaba mucho la atención los martilleos sobre la madera cuando mi padre trabajaba”, afirma nostálgico el cubano que vino al país por nuevas oportunidades dentro de lo artístico.

Pese a que su situación en su natal Cuba siempre fue difícil, a los 17 años ya había alcanzado su título de músico en percusión, guitarra y canto.

A los 10 entonaba los primeros acordes en una guitarra que logró obtener gracias a los esfuerzos de su padre. En esta etapa de su vida recuerda con cariño lo que tuvo que hacer para dar los primeros pasos dentro de la música y la composición.

Su vecino tenía un criadero de cerdos y todos los días Lexis lo escuchaba tocar, hasta que un buen día el hombre lo llamó. Érick le propuso un trato: él le daría comida diaria para sus cerdos a cambio de clases de guitarra. El tiempo transcurrió con este acuerdo y la emoción del muchacho aumentó al tocar su primera canción: ‘Qué será’, de José Feliciano.

Varios años después y con la decisión más grande de su vida -salir de su país solo-Érick busca el éxito a través de sus composiciones. Antes de eso ya había compartido escenario con los grandes de Cuba como Silvio Rodríguez, Manolito Siboney y Los Ángeles de La Habana. A pesar de que sus inicios fueron con trova, tiene claro que lo suyo es darle el toque caribeño a las experiencias que alimentan sus composiciones.

“Me gusta la trova y la he interpretado, pero lo mío es el sabor”, sostiene.

Cuenta además que su llegada -hace cinco años- tampoco fue fácil, puesto que no conocía a nadie, su bolsillo estaba prácticamente vacío, pero poco a poco se fue dando a conocer con artistas como Israel Brito con quien participó en la percusión dentro de sus presentaciones.

“Yo me bajé del avión y no conocía nada, menos mal un señor se dio cuenta que estaba asustado y me llevó a un lugar para alquilar y establecerme”, relata.

El viaje de Érick se pudo facilitar gracias a la política de apertura que sostuvo el Gobierno Nacional hace algunos años con países como Cuba. Aprovechó la oportunidad y se lanzó al mundo a los 20 años.

“Cuando alguien te dice usted no puede salir de acá y se abre una ventanita por pequeña que sea todos la van a aprovechar”, asevera el compositor.

Asimismo ha participado en varios spots publicitarios, lo que permitió también abrirse las puertas en el mercado anglosajón. Tanto así que viaja seguido a Miami. Allá participó en el Festival de la Calle 8.

Considerado como una de las mejores promesas artísticas en medios del país del norte, Érick Lexi viaja a Miami cargado de sueños, los cuales se han alimentado a través de los años vividos y luchados desde la infancia.

En Estados Unidos ha compartido escenario con Amauri Gutiérrez, quien también le ha dado la apertura de darse a conocer en su conocido bar ‘Hoy como ayer’, donde se presenta música en vivo.

“Los caminos se han vuelto cada vez mejores y veo más oportunidades en el horizonte”, afirma.

La música representa lo más importqante y valioso que la vida le ha dado, además de su familia, aunque en algún momento de su vida quiso ser futbolista.

“Yo jugaba con la pelota cuando era niño, me gustaba mucho. Pero la música me atrapó y yo tampoco quise salir de ella”, reitera Érick, quien también define a la música como el color que le permite vivir, como el motor que dirige su existencia.

Una visión demasiado romántica para algunos, pero que ha llevado a muchos a la gloria.

“Para tener éxito en cualquier ámbito de la vida es necesario amar lo que uno hace. Es simple”, asegura.

Ecuador fue la puerta que le permite ahora proyectarse hacia mercados internacionales, por lo que se confiesa más soñador que nunca. Además expresa su total gratitud con el país y con su gente, ya que obtuvo el apoyo necesario en el momento indicado.

“Ecuador es como mi segunda madre, siempre agradezco por la decisión que tomé y por la acogida a un muchacho extranjero y solo”, afirma con nostalgia Érick. Y es que nunca tuvo problemas de xenofobia o rechazo durante su estadía.

Se mueve en varios ámbitos de la vida artística, es así que en la capital ecuatoriana se ha desempeñado como maestro de música en varios colegios, también ha dirigido clubes de guitarra y canto.

Esta experiencia le ha ayudado a reforzar sus conocimientos, transformándose y madurando de a poco su propuesta musical que se apega a lo urbano.

Por ahora no se vislumbra una producció discográfica como tal, pues Érick Lexi quiere consolidar su carrera un poco más a través del lanzamiento de temas en medios de comunicación y sobre todo por plataformas digitales y redes sociales.

Estos medios resultan para cualquier artista emergente una herramienta indispensable para mantener un contacto más directo con su público objetivo, al tiempo que se presenta como una plataforma de fácil acceso de la música a nivel mundial. Son oportunidades que el percusionista y cantante cubano ha sabido aprovechar para buscar la trascendencia internacional que tanto busca. Sabe que el tropipo tiene acogida, aunque no descuida la trova con la que se inició.

Su primera canción se tituló ‘Dame’

Érick Lexi decidió darse a conocer como compositor y cantante hace dos años, sin embargo en septiembre de 2013 lanzó su primera canción ‘Dame’, que contiene un toque tropical y a la vez romántico. La letra de la melodía trata acerca del desamor, una situación con la que muchos se identificaron.

Es muy reservado con su vida personal, aunque no niega que ha tenido altibajos sentimentales. Esto sumado a las dificultades de alejarse de su familia y emprender una vida en un lugar que al principio le resultaba desconocido.