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Hoy, hace 66 años, se publicó su primer chiste en la revista chilena okey
Condorito refleja la cotidianidad latina, según caricaturistas locales
Condorito pasea por un barrio. Aunque no tiene ni para comer, fuma un cigarrillo. En el camino escucha el cacareo de una gallina, que despierta aún más su hambre.
No lo piensa dos veces y salta la valla que separa la calle del gallinero. Atrapa a la gallina, corre y se alista a matarla con un cuchillo, pero se arrepiente.
Su cargo de conciencia lo conduce hacia el gallinero donde pretende dejarla, pero en el trayecto se topa con un policía que lo detiene.
Condorito va preso. La evidencia del robo queda en manos del gendarme, del que Condorito imagina que se da el banquete que él no pudo por su arrepentimiento.
Es el argumento que el fallecido caricaturista René Ríos Boettinger ‘Pepo’ concibió para el primer chiste de Condorito que hoy, hace 66 años, apareció en la revista Okey.
Desde entonces este personaje antropomorfo no ha perdido vigencia. El caricaturista guayaquileño Mauricio Gil sostiene que eso se debe que surgió con la cotidianidad chilena, que con el paso de los años se convirtió en latinoamericana.
“Nos identificamos con las situaciones de Condorito porque mucha gente en algún momento de su vida es ‘todóloga’, que intenta sobrevivir a través de un incontable número de trabajos. Eso es parte de la sociedad latinoamericana. En sus chistes, Condorito es el personaje de los mil y un oficios”, dice Gil.
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Alfredo García, del Cómic Club de Guayaquil, coincide con ese criterio. “Condorito puede ser representado como piloto, soldado, sacerdote, médico, futbolista o mayordomo, en situaciones que pueden ocurrir en cualquier barrio, pueblo o ciudad. Puede ser loco, millonario, chino, alemán o un caníbal. La idea es que el lector, además de reír, se sienta identificado, tanto con Condorito como con los demás personajes”, refiere el dibujante.
Ambos explican que los personajes tienen características muy definidas, que a la vez son fáciles de reconocer en la sociedad, como el ebrio (Garganta de Lata), la suegra (Doña Treme), el mejor amigo (Don Chuma), la voluptuosa y coqueta (Yayita), el niño malcriado (Coné), el petulante (Pepe Cortisona) o el tacaño (Don Máximo Tacaño), el poco inteligente (Ungenio González) y más. La lista incluye a otros como Huevoduro, Cabellos de Ángel, Chuleta, Comegato, entre otros.
Gil afirma que desde los primeros chistes de Condorito se notó una connotación sociopolítica. “Sus personajes se podían quejar con humor de la pobreza. Incluso, la frase ‘Muera el roto Quezada’ tiene que ver con una anécdota contra la esposa y cuñada de Pepo. Washington Quezada era un militar que los insultó en un club. De ahí surgió la frase y el nombre del perro de Condorito”, dice el caricaturista, quien vio los bocetos originales de Pepo traídos por Enrique Piloso, otro dibujante ecuatoriano que actualmente labora en Los Ángeles Times, en Estados Unidos.
“Los colores base siempre fueron el naranja, negro, gris y café. Eran más fáciles de decodificar antes de la impresión. Esos bocetos venían a Guayaquil porque resultaba más barato imprimirlos aquí que en Chile. Eran bocetos hechos a lápiz en una cartulina. Encima iba un papel transparente llamado ‘sketch’ en el que se calcaban los trazos con tinta china y otro papel más para los colores. Ahora los personajes son trabajados en computadora, tras escanear los trazos originales. El mismo Condorito ha evolucionado. El que apareció en 1949 era más pequeño, de piernas cortas, con pico muy grande y grotesco. Ahora es más semejante a una persona que a un ave parlante, con trazos que evidencian una influencia de Disney, que irónicamente motivó a Pepo a crear a Condorito”, revela Gil. (I)