El estreno de “Las Reliquias de la Muerte Parte 2” no solo representó el final de la saga de Harry Potter, seguida por  niños y adolescentes, sino que también dejó de generar millones de dólares en taquilla.

Quizás por ello los estudios Warner Brothers busquen sacarle más provecho, mediante la inauguración de una atracción temática -hoy en Londres-, en la que los fanáticos de la historia creada por J.K. Rowling conocerán las  locaciones y accesorios utilizados en el rodaje.

El lugar, que mide cerca de  14.000 m2, se encuentra junto a los estudios donde se filmaron las aventuras del joven mago y alberga los “decorados, accesorios, así como el vestuario auténtico”.

El equipo “quería realmente que todo el mundo pudiera ver estos decorados, que todo este trabajo tan minucioso realizado por numerosos artesanos británicos no se perdiera”, explicó Sarah Roots, vicepresidenta de la filial británica de Warner Bros. “Ninguno de estos objetos había sido presentado todavía en público y revelamos los secretos del rodaje”.

Entrar en los platós de Harry Potter es descubrir el abanico de efectos especiales necesario para que los aprendices de mago hicieran sus hechizos y se subieran a sus escobas (montadas sobre simuladores de vuelo). O los “trucos” que permitían al Hagrid tener su colosal estatura.

Para ello los asistentes tendrán que deambular por el Callejón Diagón, la calle secreta donde los aprendices de brujo  compraban sus varitas mágicas y lechuzas.

También podrán conocer las pequeñas camas, en las que los actores a pesar de su tamaño estuvieron obligados   a acurrucarse, debido a que estas fueron diseñadas para la primera entrega de la saga hace diez años. 

Claro que para ver todo eso en una visita de tres horas -que se reserva con antelación-  los asistentes pagarán 28 libras por adulto, 21 por niño y 83 por familia de cuatro personas, lo que representa 132 dólares. 

Un costo que según el diario británico El Telegraph es poco popular, sobre todo cuando en la tienda de “souvenirs” los precios alcanzan las 500 libras (799 dólares) por una copia del vestido de mago del profesor Dumbledore.

De hecho, el diario británico  publicó un artículo titulado “el mundo bañado en oro de Harry Potter”. Una historia que aún genera dinero, aunque ya no sea en el cine.