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Una obra que vio a los 6 años marcó a María Cecilia Sánchez

Casi siempre Lorna está a la defensiva y mantiene una desgastada relación con Elías, el único que tiene una residencia de lujo en El Matal, un pueblo pesquero de Manabí. Ella establece un vínculo insospechado con Blanquito, un pescador que no se siente como tal y más bien quiere huir de ahí, tanto como Lorna.

Aquel personaje dista mucho de María Cecilia Sánchez, su intérprete, quien más bien se muestra como una mujer jovial y segura de sí misma. Aquello se refleja con su hablar pausado, con un ‘acentico’ que revela su origen caucano.

Y aunque su nombre está en boga con la película Pescador, del quiteño Sebastián Cordero, esta actriz oriunda de Santander de Quilichao no pierde su sencillez. Sabe que posee una hoja de vida interesante en el cine colombiano, pero a la vez reconoce que le falta por  recorrer un largo trecho.

Nacida el 31 de julio de 1982, María Cecilia ha posado para la revista Soho y es protagonista de otras cintas -en las que también  debió desnudarse- como El arriero, o La pasión de Gabriel. Y habla sin tapujos sobre sus complejos roles, sus inicios y su vida.

¿Cómo se vinculó con Pescador?

La actriz que Sebastián (Cordero) tenía inicialmente en su cabeza era Angie Cepeda, para interpretar a Lorna, no yo. Resulta que coincidí con él y con Angie Cepeda en el festival Cero Latitud, creo que fue en el 2008. Ellos dialogaban acerca de la posibilidad de trabajar juntos en Pescador. Habían llegado a un acuerdo, pero al final ella no pudo participar porque tenía otro compromiso. Cuando eso no se concretó, Sebastián se acordó de mí y en cuestión de semanas me vinculé con la película.

En el filme tuvo una escena de sexo con Elías, personaje que interpretó el pintor Marcelo Aguirre; en otras cintas también debió desnudarse. ¿Cómo lidia con ello?

Con aceptación de uno mismo. Para mí eso es clave en las escenas de sexo. En el caso de Pescador estuvo justificada, porque era una manera de reflejar que Lorna es una mujer manipulada, que cede contra su voluntad ante Elías. También era válida desde el punto de vista de que Blanquito tenía que desencantarse del todo.

Además, es una escena breve en pantalla y desde lejos. Ahora, aclaro que hay producciones en las que los desnudos son innecesarios y son difíciles, porque detrás de cámaras hay un equipo de varias personas. He tratado de hacerlas lo más natural posible, mientras más pudoroso uno sea, más morbo causa.

¿Y en El arriero?

Quizás sea el caso, pues el hecho de que al poco tiempo de empezada la película haya un desnudo es bastante explícito. Lo que pasa es que cuando uno es un actor o actriz joven, no puede poner ciertas condiciones, por lo menos hasta que tenga más trayectoria. No obstante, el profesionalismo que existe en el cine es distinto al de la televisión.

Pero mi personaje en El arriero va más allá de los desnudos, maneja acentos distintos, pues se trata de una colombiana que quiere pasar como una española.

¿Cuál fue el momento que la impactó tanto para entender que la actuación era lo suyo?

Cuando tenía 6 años, mi papá (Harold Sánchez) me llevó a una presentación de teatro. Era el Teatro Experimental de Cali (TEC), con la obra En este pueblo no hay ladrones, que dirigía Enrique Buenaventura y es original de Gabriel García Márquez. Era uno de los pocos espectáculos de ese tipo que llegaban a donde nací.

¿Y después?

A los 16 años me fui a Cali para estudiar interpretación y tres años después viajé a Bogotá. Estudiaba teatro y trabajaba con el fotógrafo Micky Calero. Laboré como modelo en varias agencias y luego conduje el programa Mucha Música, en CityTv.

Y entonces, ¿cuándo surgió su primera gran oportunidad?

Fue en teatro. En 2006 participé en la obra Carta de una desconocida, original de Stephan Zweig, que adaptó Manolo Orjuela. Con esa obra hicimos giras por España. También actué en la adaptación que hizo Jorge Alí Triana, del musical Cabaret.

¿Y en el cine?

El mismo año tuve un papel corto en la película Satanás, con Damián Alcázar. Luego vinieron otras como La pasión de Gabriel (2007), de Luis Alberto Restrepo. Fue mi primer protagónico. Interpreté a una mujer que se enamora del párroco de un pueblito ubicado en una zona guerrillera. Hay otros filmes como Te amo Ana Elisa, con Robinson Díaz; Pequeños vagos, El arriero y ahora Pescador.

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