En mayo pasado se cerraron las inscripciones para la presidencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE). Desde entonces, los candidatos han recorrido varios lugares del país dando a conocer a la ciudadanía sus planes de trabajo.

Tres son las candidaturas que pugnan por llegar a alcanzar el triunfo el próximo 1 de agosto. La Lista 1 está representada por el profesor Marcelo Valdospinos, presidente del Núcleo de Imbabura, y Freddy Moreno, del Núcleo de Sucumbíos, para la vicepresidencia.

La Lista 2 formada por el escritor y expresidente de la Casa de la Cultura en el período 2000 y 2004, Raúl Pérez Torres, y Gabriel Cisneros para la vicepresidencia. Y la Lista 3 la representan el escritor Jaime Galarza Zavala, actual vicepresidente, con su binomio Julio Micolta, para la vicepresidencia.

Raúl Pérez Torres, quien fue catedrático universitario, ha obtenido varios reconocimientos por sus libros, y actualmente es asesor cultural del Consejo Provincial de Pichincha, relató para este medio algunos de los proyectos que pondría en marcha si vuelve a ser elegido presidente de la Casa de la Cultura.

¿Cuál es su propuesta?

Me parece importante la integración de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de acuerdo a la constitución vigente al sistema nacional de cultura, como un espacio de diálogo y debate, capaz de coordinar, fortalecer y apoyar proyectos nacionales desde la promoción, difusión y producción de los mismos. Se debe promocionar a los talentos de distintas artes en todos los Núcleos de la Casa de la Cultura. La revolución ciudadana no puede estar separada de una revolución cultural.

Para muchos artistas, en los últimos años se ha incrementado el apoyo para mostrar sus obras, ¿qué cree que le falta a la institución por hacer para fortalecer esa ayuda?

Creo que tiene que haber un nuevo aliento. Ahora que he viajado por diferentes provincias me he dado cuenta que la Casa de la Cultura necesita sangre nueva. Hay una serie de expresiones culturales, por ejemplo las tribus urbanas, como el rock, que no ha sido tratada adecuadamente y vemos a jóvenes que hacen cosas importantes para definir nuestra identidad desde cualquier género del arte. Pienso que deben entrar jóvenes a darle vitalidad a la Casa de la Cultura.

¿Eso significa cambios en el personal que labora?

En muchos de los Núcleos hay personas que están 30 o 40 años, por ejemplo el presidente de Tulcán lleva 20 años. Hay que meter sangre nueva, que son los actores culturales, con proyectos que enriquezcan la cultura, respetando la libertad de las diversidades.

¿Cree que cuenta con el soporte necesario para ser elegido nuevamente presidente?

He tenido la oportunidad de conversar con varios amigos sobre los proyectos que quiero cumplir, como con María Fernanda Espinosa, ministra coordinadora de Patrimonio Cultural, Érika Silva, ministra de Cultura, y Galo Mora, con quienes he compartido desde hace años talleres de literatura y de reflexión política. La idea es articular planes desde el sistema general de cultura para que se convierta en un espacio de interacción.