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Radcliffe cuelga el traje de mago por el papel de un abogado viudo
Daniel Radcliffe reconoce que no será fácil desprenderse de la imagen del niño mago Harry Potter, al que dio vida durante 10 años y con el que consiguió ser tan conocido en el mundo, incluido Ecuador.
Sabe que todo es un proceso. Y hoy con el estreno de La dama de negro, en las salas de cine del país, inicia su recorrido para lograr disociar su nombre del mago.
“Se trata de probar que uno puede ser exitoso más allá del personaje por el que se ha hecho famoso. Mucha gente debe pensar que yo esperaba que apenas saliera este filme la audiencia se olvidara de Harry Potter. No soy tonto, sé que va a llevar un cierto número de películas a hacer que cambie la percepción que tienen de mí”.
Quizás por eso Radcliffe se inclinó a protagonizar la película de terror basada en la novela homónima que la británica Susan Hill publicó en 1983.
En la cinta La dama de negro, el actor interpreta a un abogado viudo de nombre Arthur Kipps, quien al intentar arreglar los papeles de una vieja casa se ve acosado por seres del más allá, principalmente de una mujer.
Un personaje que no resultó nada fácil para Radcliffe. Él cuenta que para hacer creíble su interpretación acudió varias veces a un psicólogo para que le explicara cómo reaccionan los hombres que enviudan jóvenes, pues nunca había interpretado un papel en esta condición.
Además, se tiñó el cabello y adoptó un vestuario de la época, que le reflejaran unos años más de los que realmente tiene, 22. “Tenía que mostrarme más oscuro, como si sintiera la pesadumbre que acarrea el personaje”.
Precisamente, por ello el director de la película, James Watkins, le recomendó un par de cintas como El orfanato y Los otros que le enseñaran el camino que debía seguir para llegar al aspecto misterioso.
Watkins, que también fue el orquestador de la cinta, reveló que su inspiración le llegó de la literatura victoriana, los clásicos góticos y las cintas del controvertido director Stanley Kubrick (La naranja mecánica), cuya receta fílmica consistió en mezclar dosis de tristeza con horror e historias de espíritus que confirman la existencia del más allá.