Publicidad
Pinoargotti y Ramones en el duólogo
La noche del pasado viernes el Teatro Centro de Arte se convirtió en una sala de risoterapia para las cientos de personas que se dieron cita para ver al Duólogo conducido por Adal Ramones y Francisco Pinoargotti. Esta fue la primera vez que los cómicos compartían un mismo escenario para divertir al público.
El show, que empezó a las 22:00, mezcló lo mejor de los monólogos de ambos humoristas y expusieron las similitudes y diferencias de México y Ecuador de manera sarcástica.
Sobre las tablas aparecía Francisco quien entre los aplausos del público pedía que salga Adal Ramones.
“Órale cabrón, estoy listo para joder esta noche, vamos hacer reír o qué ‘Otro rollo’”, decía Ramones. Inmediatamente comenzaron a bromear entre sí.
Pinoargotti no dudó en ningún momento mofarse del país azteca al referirse a los mariachis, la cultura Maya, entre otras características de este país, con las que le sacó varias carcajadas de los presentes.
Mientras que Ramones se concentró en ofrecer la cara contraria a las tragedias que aparecen en los noticieros, a través del relato de situaciones que suceden a diario con las que la mayoría se puede identificar.
El espectáculo estuvo enfocado en abordar ciertos tópicos sociales, políticos, culturales y hasta costumbristas que tienen los mexicanos y ecuatorianos en la vida cotidiana.
El público, que en su mayoría era adulto, reía con cada ocurrencia de estos actores, mientras que los más jóvenes se mostraban atentos observando detalle a detalle los gestos y movimientos de los humoristas.
Se acercaba las 23:00 y los chistes -muchos de ellos crudos- entretenían en todo momento a grandes y chicos. Por ratos el show parecía ser “dominado” por Pinoargotti quien en cada intervención contaba con la ayuda de sonidos y efectos especiales que permitía que sus bromas cojan fuerza en el escenario.
En el fondo del teatro se escuchaba suavemente ‘Experiencia religiosa’, de Enrique Iglesia, melodía con la que ‘El showman del Ecuador’ empezó a relatar situaciones muy comunes en los jóvenes como el apego a la tecnología, la masturbación y los controversiales bailes de novatada.
Adal tampoco perdía la oportunidad de interactuar con el público. Mientras Francisco entró a bastidores para disfrazarse de mago, Ramones pidió a los presentes que por favor le prestasen un billete de $ 5 para su truco de magia.
“Voy a romper este billete en varios pedazos y luego lo entregaré a su dueño como si nada”, decía Adal. Pero después de varios intentos de magia tuvo que devolverlo en cinco monedas de dólar.
Cerca de la media noche el auditorio se transformó en una pista de baile para los dos humoristas quienes hicieron la coreografía de los Village People, y de algunas recordadas canciones como ‘Sopa de caracol’, ‘La macarena’, entre otros temas para finalmente decir: ‘Gracias Guayaquil por esta noche espectacular, volveremos pronto”.