El viernes, la economista Patricia Rodríguez debutará como escritora de género literario cuando presente el libro ‘Del jardín de mi corazón’. El evento de lanzamiento de esta obra se llevará a cabo en la sala Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, a las 18:00.

El escrito es una compilación de narraciones breves, que recoge las experiencias de una mujer de principios del siglo pasado que, como otras mujeres anónimas, deja un legado de amor, valentía, trabajo y tesón por conseguir un futuro mejor.

La novela hace un recorrido entre la vida de una mujer y su nieta, de manera que el entorno socioeconómico del siglo anterior contrasta con el actual.

Rodríguez es economista graduada en la Universidad Católica del Ecuador, con una maestría en finanzas en Barcelona, España. Ha trabajado en varias organizaciones no gubernamentales y en instituciones financieras del país y, pese al poco tiempo que le queda por su trabajo, decidió darse tiempo para cumplir el sueño que tuvo desde su adolescencia: escribir un libro.

¿Cambió los números por las letras?
No del todo. ‘Del jardín de mi corazón’ es el primer libro de género literario que escribo porque ya he hecho investigaciones económicas que es mi profesión. Lo comencé a trabajar en 2003, a raíz del fallecimiento de mi abuela materna porque no pude despedirme de ella, pues cuando eso sucedió yo estaba en Quito y ella en Ambato.

¿Y en qué temas se basó para empezar?
Recordé los retazos de las historias que me contaba en mi niñez y adolescencia, sobre su vida, dónde nació, cómo surgió, cómo superó las limitaciones económicas. Todos esos recuerdos los contrasté y ubiqué en la época.

¿Qué época?
De principios del siglo pasado, por 1922. Al armar el rompecabezas lo comparé con nuestra vida actual y la economía. La historia relata los últimos momentos históricos, desde el tiempo de León Febres-Cordero, la salida a las marchas, la crisis con Jamil Mahuad en la que hubo mucha migración, y otros sucesos. En el libro hay un personaje que relata la historia, se llama Laura.

¿Por qué compara en su historia la forma de vida del siglo pasado con el actual?
Lo malo de nuestra generación es que no logramos retener la historia cotidiana de nuestras generaciones pasadas, y yo no quiero que se pierda eso. Con este libro quiero dejar, a la gente que viene, un legado y que sepan su historia. Cuando una persona está fuera del país comienza a valorar más sus raíces, yo estudié mi maestría en España, en el 2001, y me di cuenta de que ellos tienen muy marcado de dónde vienen, conocen su cultura. Yo también quería amar mi identidad.

¿Cuál fue la parte más difícil de hacer un libro si no contaba con mucha experiencia?
Se me hizo difícil escribir el libro porque trabajo en horario de dependencia, y mi profesión es muy exigente, sobre todo al laborar en la banca. Tuve que sacar tiempo en las noches o fines de semana para avanzarlo, por eso me demoré en publicarlo, pero disfruté haciendo este libro porque me hizo encontrar con mis raíces, me dio identidad, volví a mi esencia, y encontré los valores que me transmitieron las generaciones pasadas.

¿Satisfecha con el resultado obtenido?
Sí, siempre quise escribir un libro. Una vez que lo terminé lo llevé a la Casa de la Cultura para que me lo corrijan.

Usted nació en Cuenca, pero ¿por qué prefiere decir solamente: soy ecuatoriana?
Digo que soy ecuatoriana, pero ni de aquí ni de allá, como la india María. Mi madre y mi abuela materna son de la provincia de Bolívar mi papá es guayaquileño. Por cuestiones de trabajo de mis padres nací en Cuenca, y en esa ciudad nos radicamos hasta que tuve 8 años, luego nos movilizamos a Latacunga, después a Ambato y ya para entrar a la universidad me vine a Quito, donde vivo hasta la actualidad. Soy bien ecuatoriana y no tengo un lugar fijo.

¿Luego de la experiencia ganada con este libro, piensa en escribir el próximo?
Hay varios temas que pasan por mi cabeza y que quiero plasmarlos en un libro, pero la falta de tiempo es lo que me dificulta hacerlo, por el trabajo que tengo, mi familia, son tareas demandantes.