Orlando Serrano se describe como un tipo aventurero. Y ese espíritu explorador lo ha llevado a desempeñar varios oficios, entre ellos, el de jefe de seguridad en un barco. Con esa función viajó a varios países caribeños y costas estadounidenses durante ocho años, sin dejar su pasión por la música que lo acompaña desde que tenía 13 años y que descubrió a través de la actuación teatral en su natal Caracas.

Tras casi una década fuera de Venezuela, se topó con Maximiliano Brylkin, su amigo desde la infancia que inició su carrera musical a los 14 años, tras recibir lecciones de canto a esa edad. Orlando componía sus canciones en los ratos libres que tenía en la nave o en los puertos   que se desembarcaba. Durante sus viajes acumuló unas 30 canciones.

Orlando regresó a finales del 2009 y así nació el dueto con Max -así prefiere que lo reconozcan artísticamente a este músico venezolano de raíces rusas-.

Juntos empezaron con un banco de 50 canciones de las que depuraron 12 para su primer disco llamado Lo que siento por ti, del que se desprende la canción homónima que tiene un estilo de balada pop, semejante al de artistas como Reik, Camila o los disueltos Sin Bandera.

De hecho, la línea vocal de Orlando y Max es semejante a la de ellos. Ambos lo reconocen, pero explican que quieren imponer un marcado contraste en sus tonos.

Orlando tiene registros de tenor, mientras que Max es barítono. La combinación de ambas voces son su distintivo en melodías que relatan historias de amor como sucede en Lo que siento por ti, que tiene un videoclip que se puede apreciar por YouTube y en la página oficial del dúo: www.orlandoymax.com.

La canción Lo que siento por ti, según Max, describe la forma para declarársele a una mujer. “Yo lo llamo una poesía lírica”, dice Max, quien en sus inicios grabó con su computadora un disco de 11 canciones que nunca quiso vender.

Cuenta Orlando que durante su niñez asistía a varios talleres de teatro, mientras que su hermano Juan Pablo Serrano tocaba la guitarra. Confiesa que quería aprender a tocar ese instrumento. Su hermano tocaba con Alejandro Báez, un bajista que es primo de ambos. “Como no sabía interpretar ningún instrumento probé con la batería. Según él, era más fácil”, relata.

Con Orlando en la batería la banda se llamó Toltasa, que la completaba un cantante y flautista. “Era la época de No Doubt, Cranberries y Alanis Morrisette. Nosotros adaptábamos sus canciones en bares y sitios así. Pero yo quería ir más allá. Quería aprender a tocar la guitarra como mi hermano y lo hice”, dice.

Aunque Max aprendió a tocar la guitarra y el piano durante su adolescencia, recién formalizó su carrera a los 21 años con influencias clásicas de Ludwig van Bethoven o Federico Chopin, además de artistas pop como Elton John o Billy Joel. También admira a sus compatriotas Guaco y Franco De Vita.

De este último entendieron que su género musical como profesionales debía ser las baladas pop, pero con un estilo más fresco como el de Reik.
A Orlando le seduce el “trip” de pop country que identifican a Lady Antebellum o el “blue eyed soul (blues hecho por blancos)”  del  guitarrista John Mayer.

Ambos artistas venezolanos buscaron al productor Daniel Jáuregui, ganador del Grammy Latino 2010   en la categoría urbana  con los también venezolanos Chino y Nacho.

A Jáuregui se unieron el bajista Henry Paul, el baterista Daniel Mendoza y el tecladista William Ladera, mientras que Juan Carlos Almao fue el ingeniero de sonido.

Otros temas que destacan en el disco Lo que siento por ti son: Sentí perderte, que aborda un desamor, y Tanto te quiero, que tiene un “ritmo bailable, más latino”, sostienen Orlando y Max.