Cuando la concejala María Sol Corral habla de sus hijos se emociona, especialmente al recordar cuando se enteró de su primer embarazo. “Creo que fue el momento más importante de mi vida. Me fui a la iglesia a entregarle a mi hija a la Virgen”, manifiesta al hablar de Miranda, su hija mayor, de 17 años.

“La primera impresión fue como tener a una muñequita, parecida a esa experiencia de niñas cuando jugamos con las muñecas a ser mamás. Cuando nació Miranda llené el cuarto de peluches, lo decoré con nubes, era como un pequeño cuento de hadas que yo misma pinté y arreglé. Esa parte de mi vida fue hermosa, la viví intensamente. Y subí bastante de peso porque comía de todo. A los dos años llegó Juan Andrés. Nunca quise tener muchos hijos y cuando supe que era varón dije perfecto, ya está la parejita, y decidí no tener más niños”, comenta María Sol, quien hace la labor de madre y padre, pues el progenitor de sus hijos vive en México.

A Miranda y Juan Andrés les gusta compatir mucho tiempo con su mamá, y aunque María Sol indica que “están en la edad de la cebra: ni de aquí, ni de allá”, reconoce que son muy hogareños y eso lo heredaron de ella.

“A mi mamá le gustan los camarones y el arroz con cangrejo, así que cuando salimos normalmente la llevamos a comer mariscos. Hoy pasaremos el Día de la Madre en Amaguaña, en la casa del pintor Ricardo Dávila”, cuenta Miranda.

Ella dice parecerse mucho a su madre, especialmente en su forma de ser. “Tengo el carácter fuerte como el de mi mamá”, expresa.

Pero no solo el carácter, pues al igual que su madre, Miranda está atraída por el mundo del modelado y ya ha participado en varios proyectos de este tipo y ha sido portada de algunas revistas. María Sol fue coronada Miss Ecuador en 1984, representando a la provincia del Guayas. Ver a su hija que se inclina por esta carrera la pone feliz y la apoya en todo lo que emprende.

Juan Andrés, por su lado, ha desarrollado un gusto especial por la música. Y aunque no es algo a lo que se dedicó su madre, señala también parecerse mucho a ella. “Tengo los principios de mi mamá. El apoyo que nos ha dado es incondicional, verdaderamente admirable, y me da mucho placer saber que hay alguien que me apoya tanto”, agrega.

María Sol comenta que los tres son una “pequeña gran familia” y disfrutan de pasar tiempo juntos. “A veces hacemos viajes para disfrutar de las aguas termales, a Cayambe o Mindo. Nos gusta ir al cine”, menciona Miranda.

Juan Andrés añade que su madre no necesita mucho para ser feliz: “En una fecha como hoy nos gusta despertarla con el desayuno en la cama y la consentimos todo el día”.

Para pasar más tiempo con sus hijos, la concejala modificó sus horarios de trabajo. “Antes asistía a eventos en las noches, visitaba barrios, pero hace un poco más de un año intento llegar a mi casa entre 18:30 y 19:00 para estar con ellos. Ahora tomamos clases juntos de lectura rápida y concentración, dos días a la semana. Los sábados laboro hasta las 14:00 y trato de desocuparme pronto para estar con ellos”, finaliza.