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Luis Rueda mostró lo nuevo de su repertorio
“Antes de que Luis Rueda parta a Lima los va a partir a todos ustedes”. Cuando el cronista Francisco Santana describió lo que se venía en el show que se ofreció en Sarao el sábado pasado, no se refería a un acto de violencia de parte del músico y presentador del programa ‘El Alternador’, sino a la manera en que este hiciera lo que más le gusta en el escenario: rockear.
En palabras de Santana, “la última Coca-Cola del desierto” ingresó al ruedo a las 23:30. Lo hizo vestido con una chaqueta negra con detalles rojos en las mangas y un cuello de algodón al estilo de Elvis que le dio un toque imponente, pero del que él mismo bromeó durante el show.
Contó que se la había hecho su modista, pero que alguien le había preguntado: “¿Qué, eres de la ‘Familia Peluche’?”. Al escuchar la anécdota uno de los asistentes le gritó: “Ahora, Ludovico”, en referencia al protagonista de esa serie humorística mexicana.
El propósito de este espectáculo fue despedirse del país, pues a fines de este mes viajará a Perú para participar en el festival Selvámonos, un show que se realizará en la selva de Oxapampa y que en sus ediciones anteriores reunió a más de 15 mil asistentes.
La casa estaba llena, y esto complació a Lucho. El ambiente rústico con el que está decorado Sarao le dio un plus intimista a este show. Las gradas estaban repletas de seguidores fieles de Rueda y quienes llegaron un poco más tarde observaron el concierto de pie en el auditorio.
“Es bacán escuchar las canciones antes de que salga el disco, ¿no?”. El músico preguntó esto a su gente, pero no esperó respuesta. Ya bastante decían los aplausos después de haber presentado ‘Incertidumbre por certeza’, uno de los sencillos que serán parte del disco ‘Adrede’, aún en proceso de grabación.
“(…) Y no me voy a disculpar por ciertas cosas. Si las cuentas fueron claras y las mentiras piadosas…”. La letra de ese nuevo tema es una muestra de que en este álbum que se viene, Rueda continúa con una lírica estructurada. Esto se corroboró también con ‘El mal necesario’, ‘Eres lo que aspiras’ y ‘Velo de Maya’, también recientes en su repertorio.
Al interpretar esta última contó con la colaboración del vocalista de Naranja Lázaro, Juan Carlos Coronel, quien además lo acompañó en voz en la canción Aires Nuevos, cuyo coro reza: “Busco aires nuevos, quiero respirar, puedo estar entero, lo puedo intentar…”.
Cuando Lucho presentó a Coronel, fue enfático al resaltar: “Es un gusto fehaciente poder ver nuevas bandas, es lo que está pasando. Nosotros nos iremos y ellos
quedan…”.
Dijo esto también por Semilla, la agrupación que dio inicio a su concierto ese día y que lo ha acompañado en el escenario en varias ocasiones. Este grupo guayaquileño está conformado por Fernando ‘Panza’ Gómez en la guitarra y voz principal; Marcelo ‘Junior’ Astudillo en la batería y coros; Fabián ‘Tota’ Martínez en el bajo, y Juan José Adell en los sintz y sonidos espaciales.
Semilla abrió el show de Rueda a las 22:30 con un consejo de ‘Panza’: “La idea es que no sean nada de lo que dice esta canción”, con lo que dio paso a un tema que habla sobre la forma en que la gente permite ser manipulada.
Fue él quien exhortó a que los asistentes que no habían alcanzado asientos en las gradas y estaban chantados en el piso se pararan a disfrutar del concierto. Esto se lo permitió su desarrollo escénico y su imagen de rockero irreverente, que dejó aflorar con tatuajes en su brazo derecho y un firme tono de voz.
Tanta era su fuerza en el escenario que una cuerda de su guitarra se arrancó. “Acoliten”, pidió un poco más calmado, a lo que la voz de Luis Rueda, que en ese momento aún no salía a escena, respondió: “¿¡Cuándo no he acolitado!?”.
Solucionado el problema, y después de que ‘Panza’ dijera con tono avergonzado, como a quien le cortan viada en un momento de emoción, que “esas cosas suelen pasar”, el grupo dio fin a su presentación con un tema que se puede escuchar en su página de SoundCloud, y que se denomina ‘La risa del joyero’.
Semilla calentó al público. Cuando el esperado llegó, ya estaban de pie todos. Empezó con una broma sobre la recientemente aprobada Ley de Comunicación, que en su artículo 103, ordena que la música producida, compuesta o ejecutada en Ecuador, deberá representar al menos el 50% de los contenidos musicales emitidos en todos sus horarios, con el pago de derechos de autor. “¿Qué, voy a estar en Tropicálida ahora?... Yo no creo en eso. Yo creo en ustedes”, dijo mientras un centenar de manos lo aplaudían.
Pedrito Ortiz Jr. también puso su toque en el show de Rueda. Corto pero conciso, hizo una previa a la presentación posterior del artista a cargo de Santana. “¿Saben de dónde sale la frase: ‘Eso no estaba en el contrato, mi llave?”, preguntó a manera de stand up comedy, y contestó de inmediato: “Es la ‘hua’ que le dijeron los de Mago de Oz a Helmut Jeremías”, lo que desató un ruidoso “¡jajaja!” en el público.
El momento más ameno del concierto, sin duda, fue el acústico. Dejando de lado su guitarra eléctrica se sentó en un banco de madera e invitó a sus seguidores a hacer lo mismo en el piso, cual maestro al dar una clase. Esta cátedra, no obstante, estuvo cargada de acordes que exhortaron a la reflexión y el romanticismo.
Cantó así ‘El día que me olvidé de ser yo’, ‘Viuda feliz y ‘Transparente’, a la que denomina “el himno del poco hombre”. Esos temas nacieron así: una guitarra, una voz y una depresión, dijo Lucho.
Una reflexión fue la parte más emotiva de su concierto: “No es qué tan buen músico seas ni qué tan bien cantes. Es cuánto corazón le puedas dar a lo que haces…”. Fueron 15 canciones las destinadas para este show, en el que no faltaron los clásicos ‘Perfecto acabado’, ‘Asciéndeme a marido’ y ‘Mala reputación’.