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Los televisores en 3D son una moda pasajera
La televisión siempre ha sido el hijo putativo del cine. En la década del cuarenta la llamada caja tonta empezó a emitir películas, posteriormente en los ochenta se pusieron de moda los VHS, con lo que se podían comprar las cintas que se estrenaban en la pantalla grande. Ahora pasa lo mismo con los televisores con tecnología en 3D.
La fiebre de estos equipos es solo una moda pasajera que durará entre tres y cuatro años, el mismo tiempo que tendrán en el cine las cintas en 3D. Y es por eso mismo que hay que educar al público de que no es necesario comprar un televisor que muestre imágenes estereoscópicas, si no hay un canal en el país que emita programas en ese formato.
Lo mismo sucedió con los televisores LCD y Plasmas. Hace tres años no tenía sentido comprar un televisor con estas características, porque no había transmisión en High Definition (HD). Hoy, la oferta es muy pequeña. Pocas empresas de TV Cable ofrecen de seis a ocho canales en ese formato.
Otro de los puntos en contra que tienen los televisores con tecnología en tercera dimensión se da por el uso de las gafas. A pesar de que la televisión siempre se ha caracterizado por ser familiar, esto al final no se cumple cuando todos los miembros de un hogar se ven obligados a comprar las gafas para sentir la sensación de que las imágenes se salen de la pantalla con las películas en 3D.
Además de eso necesito comprar el reproductor Blu-ray en ese formato y un sistema de audio, que representa más de tres mil dólares. Una cifra que lo vuelve bastante aislado a este equipo y poco asequible.
Por lo general existen dos niveles de personas que tienen estos televisores: los que tienen recursos económicos, y los fanáticos de la tecnología que hacen lo imposible por obtenerlo.