La tercera entrega de ‘The Expendables’ (Los indestructibles’), un filme de Patrick Hughes, repite la fórmula de explosiones y acción de sus dos filmes antecesores y que tiene a Sylvester Stallone no solo como protagonista sino como uno de los guionistas.

De hecho, Stallone ya había dicho que hay indestructibles (también conocidos como mercenarios) para rato y rechazó hablar de jubilarse.

”Un actor no se retira, es forzado a retirarse”, dijo el intérprete de sus otras dos sagas: Rocky y Rambo.
En esta tercera película es nuevamente Barney Ross, el jefe del escuadrón de tipos duros que contrata el gobierno de Estados Unidos para encargarse de trabajos sucios.

En esta ocasión, su equipo de mercenarios a los que dan vida Dolph Lundgren, Randy Couture, Terry Crews y Jason Statham ve amenazada su existencia cuando se enfrenta al antagonista, esta vez encarnado por Mel Gibson.

Él interpreta a Conrad Stonebanks, uno de los fundadores de los mercenarios junto a Ross. Stonebanks luego se convirtió en traficante de armas, a quien Ross tuvo que matar, o al menos eso creyó. Gibson es una de las novedades en la franquicia, junto con Antonio Banderas, Harrison Ford, Wesley Snipes, Kelsey Grammer y Kellan Lutz.

La cinta incorporó a jóvenes luchadores profesionales que debutaron en el cine, como Ronda Rousey (campeona de UFC y atleta olímpica) y el boxeador méxico-americano Víctor Ortiz.

Al elenco se sumaron los ya habituales Arnold Schwarzenegger y Jet Li, que tienen un papel muy secundario.

Quien no regresó fue Bruce Willis, quien sí estuvo en las dos primeras películas de la trilogía. Ford es quien ahora ocupa su lugar.

‘Los indestructibles’ como saga ha funcionado, pues los 600 millones de dólares recaudados en las dos primeras confirman su rentabilidad. Y funciona porque se trata de un filme coral con las figuras del cine de acción de la década del 80 unidas en una misma historia.

Stallone aseguró que dio a sus colegas libertad creativa para dar forma a sus personajes, algo que fue así en el caso de Snipes, Banderas -que hace de parlanchín soldado español que usa el humor como autodefensa- y Gibson, quien creó el pasado de su personaje. El filme llegó a Ecuador.