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Las relaciones humanas dentro de un ‘círculo’ humorístico

Parece mentira que con tan pocos recursos dos personas paradas frente a un escenario puedan “matar de risa” a su público y satirizar aquellas situaciones en las que las personas se sumergen en angustias, complejos, desesperación y un sin fin de conflictos.

De esta manera Matías Belmar y Tanya Sánchez idealizaron la Fundación ‘Círculo: artes escénicas’, con el que recorren el país “robando” sonrisas a grandes y chicos, pero en especial llevando un mensaje sobre la importancia de encontrar un poco de felicidad a pesar de los conflictos personales que uno pueda atravesar en determinado momento.

Esta pareja de esposos se presentó, la noche del miércoles, en la Casa de la Cultura del Guayas como parte de la semana dedicada a José Martínez Queirolo, más conocido como “Pipo”, en la sala que lleva su nombre.

La propuesta que este colectivo presentó fue “El gran circo de Olga la pulga”, que narra la historia de Popelina Gran, una heredera de una dinastía circense en decadencia, quien realiza una audición para buscar talentos.

En su búsqueda conoce a Repentino, un payaso vagabundo que ha encontrado la forma de ganar dinero amaestrando a una pulga que vivió con él en un circo en miniatura.

La obra comienza con una plegaria que Repentino de forma repentina hizo a Dios para que lo ayudase a encontrar trabajo. En este sketch se reflexiona sobre la manera en que las personas buscan a Dios solo cuando lo necesitan y ofrecen sacrificios o penitencias que nunca terminan cumpliendo.

Desesperado Repentino camina por las calles sin dinero para comprar algo de comer o beber. En medio de su angustia invoca a Dios, quien hace acto de presencia.

- ¡No encuentro nada! Dios ayúdame.
- Repentino he escuchado tus plegarias y estoy dispuesto a ayudarte. Pero si tú no crees en mí, cómo puedo ayudarte.
- Dios mío yo sí creo en ti, pero estoy un poco confundido porque no sé quién mismo eres. Tienes varios nombres como Yahvé, Jehová, Alá, Cristo, Brahmán, etc., etc., etc.
- No, no, no querido. Soy ‘shoo’, ¡Maradona!.
- Uy, a ti sí que te conozco.
- Escuchá pibe. ¿Tenés hambre? ¡Sí! ¿No tenés dónde dormir? ¡No! ¿Tenés qué vestir? ¡No!... ¡Pues buscá trabajo!

La propuesta hace hincapié de la forma en que los seres humanos -en algunos casos- no reconocen lo que realmente son y  aparentan un mundo diferente a su realidad.

- Veo que usted es un payaso.
- No señorita... ¡Yo no soy ningún payaso!
- ¿Y esa nariz?
- Es un barrito... Yo soy un actor dramático y se lo voy a demostrar:  “ser o no ser... ser o no ser...” (risas). “Ser o no ser, ser y no ser al mismo tiempo, ser y dejar de ser. Mañana no y pasado mañana también. Pero ser lo que uno es y no ser lo que uno es para no ser lo que uno no quiere ser.
- ¡Maravilloso! Nadie interpreta al Quijote de la Mancha tan bien.
- ¡Cómo que al Quijote!
- Ah perdón... a Blancanieves
- Nooo... soy Drácula (risas).

Las relaciones humanas se ponen de manifiesto en cómicas situaciones...

- ¿Por qué pelea?
- Porque todo el mundo lo hace y lo voy a insultar.
- Pero qué me va a decir.
- Es usted un cerdo, un chancho, un chango.
- Uy, pero eso no es insulto. No me está diciendo nada. Lo que vale en un insulto es la manera en que uno lo dice y no el concepto. Hay que hacerlo con furia.
- Bueno, si no importa lo que se diga sino cómo se lo diga... pues lo voy a insultar: Es usted una papa frita, bicicleta verde, tomate, lechuga, telescopio y un hijo de la chuleta.
- ¿Sabe qué? Nosotros somos amigos porque no tenemos por qué pelear, aunque los demás lo hagan.

Estas y otras ocurrencias hacen del espectáculo de estos clowns una propuesta escénica  de gran nivel, en la que Matías Belmar y Tanya Sánchez “roban” carcajadas sin recurrir a palabras obscenas ni situaciones en doble sentido.

“Esa ha sido la intención de nosotros desde que comenzamos con este espectáculo en el 2007. Ya hemos presentado más de 200 funciones y en todas el público se divirtió. Nos felicitan y nos aplauden. En Guayaquil es donde mejor nos va porque todos están dispuesto a pasarla bien. Hay varias muestras de cariño”, señala Sánchez, quien junto a su esposo estuvieron a cargo de la dramaturgia.

Confiesa que esta obra crece en cada función gracias al aporte del público que participa. “Siempre tenemos nuevos chistes que contar o hacer. Nosotros aprendemos de ellos”, acota.

Sobre el mensaje de la obra,  revela que busca concienciar a las personas “que adoptamos comportamientos ridículos y buscamos pelea en todo. Nada nos llena o nos tiene satisfecho. Cuando el público se siente identificado con alguna situación se mata de risa. A través de la sonrisa creo que podemos reflexionar sobre cómo somos y cómo nos ven los demás”, comentó la artista, quien junto a su esposo viajarán en las próximas semanas a Chile para montar este espectáculo en varias ciudades de ese país.

La parte pedagógica también es importante para estos artistas, quienes realizan funciones especializadas para niños. Esto motivado a que son padres de tres niños y que también acuden a sus espectáculos. “Ellos se matan de risa e incluso a veces los incluimos en pequeños episodios porque quieren estar. Aman el teatro”, manifiesta.

Matías y Tanya recorren el país con una carpa circense y se presentan en calles y avenidas de diferentes pueblos y ciudades. “Nosotros amamos el arte y queremos que el público se involucre más”, anotó.

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