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Las críticas contra Jackson no afectan a la taquilla en ‘The Hobbit: the desolation of Smaug’

Bilbo Bolsón (Martin Freeman), el mago Gandalf (Ian McKellen) y los trece enanos liderados por Thorin (Richard Armitage) continúan su épico viaje para recuperar la Montaña Solitaria (Erebor) en la segunda entrega de la trilogía de ‘The Hobbit’, de Peter Jackson, mucho más “oscura” y “amenazante” que el primer episodio.

“Es mucho más oscura y la amenaza es constante, los protagonistas se topan con una serie de personajes a los que no les gustan mucho, como los elfos, que los mantendrán encerrados en sus dominios”, sostiene el actor Luke Evans, quien interpreta a Bard, un personaje que cobrará mayor protagonismo en la tercera parte de la saga, donde se acercará más al Aragorn de ‘The Lord of the rings’.

Richard Armitage, quien encarna al heredero del trono de Erebor, el enano Thorin Escudo de Roble, añade que lo más “especial” de esta entrega es el encuentro con el dragón, al que ha puesto voz, rostro y movimientos el actor Benedict Cumberbatch, con un resultado “aterrador”.

En “The Hobbit’: the desolation of Smaug”, que hoy llega a las salas de cine ecuatorianas, repiten histriones como Orlando Bloom (Légolas) y Cate Blanchett (Galadriel).

A ellos se añade Evangeline Lily como la elfa Tauriel, un personaje ausente en el libro de Tolkien que ha inspirado esta saga, lo que ha suscitado críticas entre los más fieles a la novela, escrita en 1937 y cuyo universo fue el germen de ‘The Lord of the rings’ (El señor de los anillos).

Esta película, la segunda de las tres partes en que Peter Jackson ha dividido al Hobbit, está llena de acción y resulta un buen espectáculo para los amantes de este tipo de historias de género fantástico y de ciencia ficción, pero que ya cosecha críticas por parte de los seguidores de la obra literaria de Tolkien.

Quien entienda que las adaptaciones cinematográficas no tienen por qué ser fieles a cada coma de un texto, podrán disfrutar de una película con unos brillantes efectos especiales, una gran aventura en la que no falta de nada -hasta incluye un conato de historia de amor- y unos personajes de lo más variados con los que es fácil identificarse.

Rodada en Nueva Zelanda, en los estudios que posee Jackson en Wellington, en 3D y a 48 fotogramas por segundo (el doble de lo normal, un resultado que se verá solo en algunas salas), los propios actores han tardado en poder ver su resultado final, tal y como cuenta Armitage.

Más allá de esa polémica, la película es un ejemplo de hasta dónde pueden llegar los efectos especiales para poner en pie un mundo tan especial como es el de Tolkien, con seres en algunos casos sin entidad física, a los que Peter Jackson ha sabido captar a la perfección, como demostró desde la primera entrega de ‘El señor de los anillos’.

“Vimos el dragón por primera vez hace poco y hasta ese momento para nosotros solo era una especie de bola de tenis gigante y un montón de dibujos. ¿Cómo trabaja un actor cuando ni su entorno, ni los otros personajes están ahí en realidad?”, dice el intérprete de Thorin.

La respuesta a lo que dice Armitage parece tenerla Evans: “Requiere mucha imaginación y mucha confianza en las instrucciones que te da Peter Jackson. “En mi caso teníamos que trabajar con personajes de distinta escala y nunca estábamos en la misma habitación”.

Aunque se cuestiona el hecho de alargar a tres partes un libro de 300 páginas, los actores aseguran que hay que ver las películas para entenderlo.

“Peter ha hecho progresar la historia más que en el libro”, afirma Evans. “Ha guardado mucha fidelidad a la novela de Tolkien, pero al mismo tiempo ha dado más espacio a los personajes y les ha permitido respirar más”.

“El mío, ‘Bard’, que en el libro aparece apenas en dos capítulos, tiene mucho más peso en la película. El viaje es el mismo, pero el espectador puede entenderle un poco mejor: de dónde viene, qué le hace reaccionar, cuál es la relación con su familia y su importancia en lo que él hace. Los guionistas han hecho un trabajo muy inteligente”, señala.

‘The Hobbit: The desolation of Smaug’, siguió la pista de su predecesora en cuanto a ingresos multimillonarios y debutó en las salas estadounidenses con una recaudación de 73,7 millones de dólares, informó la web especializada Box Office Mojo.

La primera parte, estrenada justo en estas fechas hace un año, barrió la taquilla con 84,6 millones de dólares y se mantiene como el estreno de mayor éxito en el mes de diciembre. En el resto del mundo, ‘The desolation of Smaug’ empezó con buen pie con 131,2 millones en 49 países.

Jackson cerrará la trilogía el año que viene con ‘The Hobbit: There and Back Again’, actualmente en postproducción. Los espectadores tendrán que esperar un año más para ver el desenlace, pues su estreno está previsto en diciembre de 2014.

Mientras tanto, ‘The Hobbit: the desolation of Smaug’ es un espectáculo que llega en el momento más adecuado: la Navidad en la que los espectadores, especialmente los más jóvenes, son mucho más receptivos al entretenimiento.

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