Publicidad
La vida pictórica de Eda Muñoz se refleja a través de sus dibujos, pinturas y esculturas
Su formación artística le ha permitido relacionarse con comunicadores sociales, personas privadas de libertad y demás interesados en su arte, con quienes ha compartido sus conocimientos.
La ecuatoriana Eda Muñoz lleva inmersa en el mundo del dibujo, la pintura y la escultura desde hace cuarenta años, tiempo en el que ha tenido la oportunidad de radicarse en otros países para fortalecer su profesión y mostrar su trabajo en distintas exposiciones que se desarrollaron en Cuba, Venezuela, Estados Unidos, Colombia, México, Brasil, Francia, Alemania, España, Italia, entre otros.
Muñoz, quien se especializó en pintura y escultura -pues además es diseñadora y escenógrafa teatral-, presentó su primera exposición individual en la Casa de la Cultura, en 1968. Después de 44 años regresa a dicho lugar para mostrar su exposición titulada ‘Espacio, forma y color’, la cual se inauguró ayer en las salas Oswaldo Guayasamín, Eduardo Kingman y Miguel de Santiago.
Con esta muestra, Muñoz presenta alrededor de 60 obras, de mediano y gran formato, en óleo, acrílico, dibujo, témperas y esculturas. Según la artista, este conjunto de cuadros refleja un experimento en el uso de materiales para lograr una estética diversa en la contemplación. La muestra estará abierta hasta el próximo 29 de septiembre, de martes a sábado, de 09:00 a 17:00.
Tras cuatro décadas dedicada a las artes plásticas, Eda recuerda el empeño que le puso a sus estudios mientras estaba en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Central, a donde asistía por la mañana y tarde. “Cuando me tocó especializarme, a veces salía a las seis de la tarde, porque trabajaba las esculturas”, comenta.
Estos estudios los combinó con sus clases de danza clásica. A este arte le dedicó once años de su juventud, sin dejar de lado las clases de actuación, de las que recuerda con nostalgia esas obras de teatro que llevaban a las comunidades campesinas. Ambos estudios los desarrolló en la Casa de la Cultura. “Tuve maestros de gran nombre, intelectuales muy conocidos, de los cuales emulé su actitud y luego me formé con la vida”, dijo.
La timidez que sentía al enviar sus primeras obras a determinados concursos, quedó en el pasado. Obtener los primeros lugares de estas competencias le dieron confianza para continuar mejorando su actividad artística, porque obtuvo reconocimientos y menciones como el Premio París, pintores jóvenes, 1972; III Salón Nacional de Ambato, 1974; y otros. Sus primeras pinturas se inclinaron por el desnudo del cuerpo humano, pero deformándolo. Con esto reflejaba la manera en que las personas se van formando a través de las experiencia de la vida.
“Me he ido formando en mi silencio. Siempre me retiro para hacer investigación y observar las cosas de la vida, sin que nadie perciba mi existencia. Me gusta nutrirme de conocimientos, leer, viajar; eso me ayudó a ser muy lúcida y observadora”, relata Muñoz, quien también se dedica a la poesía, y espera pronto sacar al mercado su primer libro.
Eda también tuvo la oportunidad de trabajar como voluntaria durante cinco años con los reclusos del exPenal García Moreno, a quienes les motivó el deseo de dedicarse al dibujo y la pintura.