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La música nacional tiene las voces de Pepita y Rosita
Josefina (Pepita) y Rosita Naranjo Vargas son dos hermanas que desde niñas se apasionaron por el canto. Durante los últimos 30 años han recorrido escenarios nacionales y extranjeros interpretando pasillos, albazos, sanjuanitos, capishcas (música mestiza bailable), boleros y valses. Para el dúo, el camino recorrido en la música les ha dado la oportunidad de dedicarse a lo que les gusta, viajar, conocer a muchas personas, y a tener una vida tranquila.
Aunque en tres décadas no han dejado de cantar juntas, durante 8 años (entre el 2003 y el 2011) el dúo no efectuó presentaciones en Ecuador, debido a que Rosita viajó a Los Ángeles para reunirse con su esposo, por lo que el show de las hermanas solo se realizó en Estados Unidos. Pepita viajaba para cumplir con los conciertos programados en Norte América , pero no dejaba de presentarse en su país natal. Optó por cantar en solitario, tal cual lo hacía desde su niñez.
Las Naranjo Vargas son las últimas de una familia compuesta por 10 hermanos. Pepita fue la primera en dedicarse al canto, pues comenzó a interpretar pasillos en eventos familiares o escolares desde que tenía 7 años.
Cuando Rosita cumplió 20 años se unió a su hermana, que es dos años menor, para formar la segunda voz del dúo, pues supo que quería dedicarse al canto luego de participar en un evento de su colegio, en el que entonó ‘Chiquitita’, del disuelto grupo sueco Abba, ante los padres de familia. El apoyo de sus maestras y compañeros le permitió ganar seguridad.
Pepita y Rosita iniciaron su vida artística un 27 de febrero de 1983 en el concurso ‘Cante usted si puede’ de Radio Tarqui, en donde eligieron el nombre del dúo y ganaron -entonces- 50 mil sucres -actualmente dos dólares-. Ese mismo año consiguieron el primer lugar en un concurso a nivel nacional organizado por los Joyeros de Pichincha.
El gusto que tenían sus padres por la música ecuatoriana fue una de sus mayores influencias, y eso explica por qué desde adolescentes se inclinaron por ella. Afirman que sus padres las apoyaron desde sus primeros pasos impulsándolas a cantar en fechas especiales, como el Día de la Madre, en Navidad, Carnaval, y otros.
“En las reuniones familiares escuchábamos yaravíes, sanjuanitos, pasillos. Somos tradicionalistas y por eso escogimos seguir esa línea, además son nuestras raíces. Pero en los conciertos nuestro repertorio es variado y cantamos boleros, baladas, valses, rancheras; todo depende del sitio en el que nos presentemos y lo que quiere escuchar la gente”, acota el dueto, que señala que como buenas quiteñas son hinchas del Deportivo Quito.
En cada show que ofrecen las hermanas, que aproximadamente dura una hora, se resalta el vestuario que utilizan, pues siempre se muestran muy elegantes ante el público.
“Mucha gente que se nos acercaba luego de los conciertos nos preguntaban por qué siendo tan jóvenes nos dedicamos a interpretar música ecuatoriana, porque por lo general se relaciona con personas mayores, pero es algo que siempre nos gustó”, dijo Rosita.
Innumerables trofeos y placas que reconocen la amplia trayectoria de Pepita y Rosita las motivan a seguir en el medio musical, entre estos el Cóndor de Oro, por parte del Consejo Provincial de Pichincha y el Atahualpa de Plata al Mejor Dúo Femenino del Año (1992). Ese mismo año quedaron finalistas en el Festival OTI Capítulo Ecuador.
Gracias a la buena acogida de los shows que realizaron en el exterior, como Canadá, Nueva York, Los Ángeles y Chicago, recibieron el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York durante el Festival de Música Ecuatoriana, en donde se presentaron junto a otros colegas ecuatorianos.
El pasado 8 de diciembre, la Casa de la Cultura Ecuatoriana les entregó el Premio al Mérito Cultural por los 30 años de vida musical, durante el evento mensual ‘Domingos de Casa Abierta’.
En estas tres décadas han publicado 8 materiales discográficos. Por el momento trabajan en su siguiente CD, que esperan sacar al mercado en febrero próximo con géneros variados, tanto románticos como bailables, pero basándose en los sonidos de la música ecuatoriana. Una vez que cumplan con los compromisos programados para Navidad y Fin de Año se concentrarán en terminar el próximo álbum.