La chica de mis sueños seduce por los recursos corporales y blackouts
La imaginación de un joven escritor es el motor de la historia de amor entre él y la chica que protagoniza la nueva novela de su autoría.
Se trata del argumento de la película estadounidense Ruby Sparks, protagonizada por los actores Álex Zoller y Ana Belén Durán, quienes la recrean a través de una adaptación corta bajo el nombre de La chica de mis sueños, en una de las salas del Microteatro Guayaquil (Malecón del Salado).
Douglas Morales adaptó esta pieza, la cual es dirigida por Adrián Cárdenas y que se centra en los sentimientos entre Calvin y Ruby, el tímido novelista y su creación literaria. A través de una dramática relación, la pareja experimenta la dificultad para aceptar sus diferencias en una situación que se antepone a la realidad.
La cinta original estrenada en 2012 tuvo como actriz principal a Zoe Kazan, quien además es la guionista del filme, y a Paul Dano como su pareja. Ese año fue nominada a mejor guion por los Independent Spirit Awards.
Química teatral
Para la construcción de los personajes, los protagonistas tuvieron un entrenamiento actoral apoyado en el intercambio de técnicas y propuestas con el fin de conseguir la empatía en pareja. “Para lograr esa química tuvimos un entrenamiento de contacto; fue una herramienta en la que incluso se maneja bastante el contacto del cuerpo entre actores y eso hizo que exista más confianza entre los dos”, comenta Zoller, quien estudia la carrera de Artes Dramáticas en la Universidad de las Artes.
Dice tener un parecido con su personaje en las actitudes y decisiones, algo que le ayudó a interpretar el papel. Y reconoce de su colega el manejo de la expresión corporal que aplica en escena.
“Le agradezco al ITAE, donde me gradué; allí conocí sobre el aprendizaje del proceso actoral, el trabajo físico y la construcción del personaje. Aprendí también a no quedarme aferrada a una emoción o a un sentimiento, sino que llega el corte y hay que cambiar, empezar de cero”, explica Durán, quien es docente de teatro infantil.
Recursos escénicos
Ya en escena, el público sale sorprendido por los matices de los blackouts (apagones de luz) que marcan cambios de ambientes e identifican el paso del tiempo. Algo que estuvo en manos del director.
“Axel es bien ágil, entonces jugamos con la velocidad, romper y cambiar. Ayudó mucho los cortes de cambios de ambientes con luz, de esto se encargó el director con ayuda del asistente de luces y sonido, Miguel Flor”, explica Durán.
“En cada función hemos podido ir de la comedia al drama, pues se va volviendo tensa y dramática”, cuenta Zoller, quien invita a descubrir el desenlace de esta obra hoy a las 19:30 (I)