Ecuador, 02 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La bailarina de la cara seria y las caderas sonrientes’ (VIDEO)

El escritor mexicano Carlos Monsiváis decía que la bailarina y actriz resultó un fenómeno de los años 40 y 50 porque rompió con los esquemas de una sociedad moralista, donde todavía existían muchos tabúes que ella supo abatir.
El escritor mexicano Carlos Monsiváis decía que la bailarina y actriz resultó un fenómeno de los años 40 y 50 porque rompió con los esquemas de una sociedad moralista, donde todavía existían muchos tabúes que ella supo abatir.
17 de mayo de 2014 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Considerada un icono de la Época de Oro del cine mexicano, Tongolele, a sus 82 años y con una figura escultural, ha dicho que aún no ha pensado en “colgar el bikini”, ni dejar el baile.

 Para muestra, hasta el año pasado participó en el musical ‘Perfume de Gardenia’, en el que hizo lo único que siempre le ha importado: danzar.

Pero ¿quién es esta mujer, que cambió la escena nocturna de Ciudad de México, a partir de la segunda mitad del siglo XX?

 Yolanda Yvonne Montez Farrington nació el 3 de enero de 1932 en Spokane, una ciudad del Estado de Washington. Comenzó su carrera artística muy temprano. Adolescente aún se vinculó con una  compañía de baile tahitiana que se presentaba en el cabaret Huracán en San Francisco. Cuando dejó este grupo pasó a trabajar como solista en el show de Miguelito Valdez, Mr. Babalú, mientras estaba con Valdez fue invitada para ir hasta México a donde llegó en 1946. Actuó primero en Tijuana y luego en Mérida, y al año siguiente dio el salto hacia la capital.

La noticia de su debut, en julio de 1947, en El Tívoli, un lugar de moda en el DF en esa época, la recogen los diarios de la época: “La tongomanía estalló. Tongolele, con sus movimientos de cadera al son de los tambores y con el ombligo al aire, además de su exótica belleza, ha conmocionado el DF. Tanto que hasta la Liga de la Decencia le salió al paso para protestar”. En ese mismo año, rodó su primera película titulada ‘Nocturno de amor’, en la que trabajó con Miroslava Stern, Víctor Junco e Hilda Sour. Su filmografía reúne más de 20 títulos. En 1948 filmó ‘Han matado a Tongolele’, y luego actuó en ‘El rey del barrio’, ‘Mátenme porque me muero’, ‘Chucho el remendado’, ‘Sí, mi vida’, ‘El mensaje de la muerte’, ‘Había una vez un marido’ y ‘El misterio del carro exprés’, por citar algunos de sus trabajos.

En la década de los 50 contrajo matrimonio en Nueva York con el cubano Joaquín González, quien fue conocido como ‘El Mago del Tambor’.

En varias entrevistas, la bailarina cuenta que su nombre artístico le surgió al compás de sus pasos de baile tahitianos y africanos. “Al principio pensé en Congo lele, pero no me gustó y de repente salió Tongolele, un nombre tan sonoro que hasta los bongoseros del grupo lo aprobaron, revela la artista.

En el momento que Tongolele emerge en el escenario mexicano, las estrellas del cine nacional eran figuras como Dolores del Río, María Félix, Libertad Lamarque, Katy Jurado, Mapy Cortés, entre otras.

Aunque la artista tenía una gran actividad dentro de México, donde combinaba el teatro, cabaret y cine, sin embargo también llevaba su espectáculo fuera del país.

A Cuba llegó en febrero de 1951 para actuar en el Teatro Nacional y en el Tropicana. La prensa cubana reseñaba así su paso por la isla: “Tongolele no es una bailarina africana ni cubana. Su ritmo de caderas lo heredó de su hermano el mar del Sur“. O esta otra: “Tongolele impone modas. Su mechón blanco aparece ya en muchas cabezas femeninas. 

Así mismo, fue en la isla donde le dieron el epíteto de “La bailarina de la cara seria y las caderas sonrientes”. Aunque su debut en el Tropicana no debió ser fácil, porque salió después de Josephine Baker, la famosa cantante francesa, todo le salió bien, a tal punto que no podía moverse por la ciudad sin que la gente se acercara a ella.

En el Tropicana Tongolele presentó el espectáculo La Diosa Pantera, con arreglos musicales de Bebo Valdés. Al terminar su contrato regresó a México.

Musa y amiga de poetas, escritores y pintores, contó con la amistad de Carlos Monsiváis, Efraín Huerta, José Luis Cuevas, Carlos Fuentes. Yolanda Montez ha inspirado gran número de poemas e historias. La última es una novela titulada ‘Tongolele y el ombligo de la luna’, escrita por Guillermo Samperio, dirigida paradójicamente para el público infantil y juvenil.

Creadora de su propio estilo de baile, afirma que ese don le viene por su abuela que tenía sangre tahitiana. En su casa, cuenta Tongolele, comenzó a familiarizarse con dicha música, que tiene fondo de tambores. Más tarde, en el escenario ponía sus propios ritmos: “yo hacía los cortes con los brazos, ya sea tahitiano o afro, o tambores, les decía a los bongoseros no miren al público, sino a mí, porque si fallan el baile no sirve. Por eso mi estilo era diferente, y me gusta bailar libre, yo creo que por eso me siguen los gitanos...”.

Tongole, que pintaba y hacía esculturas desde niña ha retomado este arte, pero la danza sigue siendo su principal motivo de vida. Señala que aunque nació y ha vivido en otros países: Cuba, Chile, Argentina, pero su casa siempre ha sido México.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Social media