Publicidad

Ecuador, 04 de Agosto de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo
Ecuado TV
Pública FM
Ecuado TV
Pública FM

Publicidad

Comparte

Katherine Hepburn, diez años sin la ‘Primera dama’ de Hollywood

El 29 de junio de 2003 nadie esperaba la noticia de la muerte de Katharine Hepburn. Y no porque la estrella no fuese lo suficientemente mayor (tenía 96 años) sino porque se había convertido en algo así como el inmarchitable símbolo del Hollywood clásico, o en la omnipresente ‘abuela del mundo’, como se autodefinió ella misma, que seguía apareciendo en documentales sobre su vida o en inolvidables telefilmes.

La primera mujer que llevó pantalones en el cine, mantuvo una relación de 25 años con Spencer Tracy o desafió las normas imperantes en un conservador Hollywood, se apagaba para siempre.

Poco después de ese fallecimiento (ayer se recordaron 10 años), el libro escrito por un periodista amigo suyo, Scott Berg, reveló algunos de los secretos mejor guardados de la ‘Primera dama’ del cine norteamericano. La educada y elegante Kate, símbolo de un feminismo atípico y emblema de toda una época, le había pedido que publicase la biografía que fue escribiendo a lo largo de dos décadas una vez que ella hubiese muerto.

En su libro, Berg,  quien era escritor y periodista, repasaba episodios vitales y artísticos que ya conocía todo el mundo, pero la fuerza del libro radicaba en su amistad con una Hepburn anciana que era todo lo contrario a aquella Norma Desmond ficticia pendiente de sus viejas glorias.

De una familia de clase alta de Connecticut, Katharine Houghton Hepburn (1907-2003) se crió en un ambiente mucho más libre de lo habitual en la América de las primeras décadas del siglo XX, con una madre sufragista muy activa en política, que le ayudó a valorar su independencia y a expresar sus opiniones.

Una infancia feliz rota por el suicidio de su hermano Tom cuando tenía 14 años, un hecho que la marcó profundamente, aumentó su ya enorme timidez, pero que al mismo tiempo la fortaleció y la hizo refugiarse en una ironía y sarcasmo que se convertirían en dos de los principales rasgos de su personalidad.

Una personalidad muy marcada, tanto que le tachaban de arrogante y de altiva, algo que a la actriz no parecía importarle lo más mínimo. “Los enemigos son muy estimulantes”, dijo en más de una ocasión. Medio centenar de películas componen una carrera que se prolongó de 1932 a 1994 y en la que también hubo espacio para grandes obras de teatro que la consagraron como una de las más grandes actrices de todos los tiempos.

Su primer Oscar llegó muy pronto por ‘Morning Glory’ (1933), un premio que se repetiría en 1968 por ‘Guess Who’s coming to Dinner’, en 1969 por ‘The Lion in Winter’ y en 1982 por ‘On Golden Pond’.
Cuatro grandes trabajos pero que no están entre los más populares de la actriz, diez años después de su muerte.

Sus comedias con Cary Grant -‘Bringing Up Baby’ (1938) o ‘The Philadelphia Story’ (1940)- se emiten sin parar en las televisiones, cosechando el mismo éxito que en la época de su estreno.

Así como las numerosas colaboraciones que realizó en el cine con Spencer Tracy, como ‘Woman of the Year’ (1942), ‘Adam’s Rib’ (1949), ‘Pat and Mike’ (1952) o ‘Desk set’ (1957).

Pero, si hay una imagen que está en las retinas de los espectadores, es la de la temperamental y al mismo tiempo frágil Rose Sayer de ‘The African Queen’ (1951), una historia de amor y aventuras en la que hizo de inolvidable pareja de Humphrey Bogart.

Un personaje en el que la actriz dio lo mejor de sí misma, como lo haría años después en ‘On Golden Pond’ (1981), formando otra pareja de ensueño, esta vez con Henry Fonda.

Una carrera llena de momentos gloriosos -pese a que en algún momento se le consideró ‘un veneno para la taquilla’- y una vida plena.

Publicidad Externa

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Noticias relacionadas

Pública FM

Social media