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Israel Maldonado resurgió y dio ‘un salto de fe’ (Video)

Foto: Carina Acosta.
Foto: Carina Acosta.
06 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Guayaquil

“¡Quién te ha visto y quién te ve!”. Así dice un conocido refrán popular que “pega” con exactitud en la vida del cantante guayaquileño Israel Maldonado, quien desde hace tres meses muestra aptitudes y actitudes que distan de lo que era, o al menos, lo que proyectaba a sus seguidores y personas cercanas de la industria musical guayaca.

Antes ‘andaba de un lado para otro como loco’, ya sea por negocio o movida musical, y a su paso mostraba un frenesí de variantes comportamientos.

Y aunque sus familiares le advirtieron que no revelara los motivos, fue el mismo intérprete quien confesó haber consumido durante diez años diferentes tipos de drogas y fallidos intentos por dejar atrás el vicio que casi lo vuelve esquizofrénico.

Ahora dejó atrás esa vida y se convirtió al cristianismo, experiencia que -según dijo- lo mantiene motivado espiritualmente de tal manera que dedica tiempo a componer canciones inspiradas en Dios y que formarán parte de un disco ‘#Lapalabraesamor’ que saldrá en octubre próximo y que ya cuenta con dos temas promocionales: ‘Un salto de fe’ y ‘Aleluya’, basados en sus vivencias.

El cambio del ex líder del Trío Fulminante llegó luego de haber pasado por un episodio marcado por alucinaciones y en medio de una completa soledad. “Llegó un momento en que me sentía tan mal que pensé que me iba a morir si no paraba. Fue ahí cuando tomé la decisión de dejar esta vida y reponerme por mí, por mi familia y por mi hijo”.

El primer paso para su recuperación fue acudir a un grupo de ayuda y después a una clínica de rehabilitación, hasta que fue “tocado por el espíritu santo” y sanado.

“Es un poco difícil de entender que ya estoy curado, pero comprendí que la verdadera recuperación es algo integral. El ser humano no puede descuidar su parte espiritual, física e intelectual. Es como cuando a un carro se le poncha una llanta y te obliga a irte hacia un costado.

Antes de ser drogadicto ya era mentiroso, manipulador y chantajista emocional. Cuando eres adolescente lo manifiestas de distintas formas como ser tímido, extrovertido o te vuelves obsesivo como yo. Por mi camino se atravesó alguien que me puso un ‘chafo’ (marihuana) en la mano y me fui por esa vía. A lo mejor, si alguien me ponía camino a un gimnasio hoy sería como uno de esos pepudos que andan por ahí”, dijo.

Pese a ello, Israel manejó una carrera sólida y se convirtió en uno de los artistas más versátiles del medio. Estuvo en televisión como protagonista de series, actuó en obras de teatro, grabó comerciales y, por supuesto, cautivó a miles de seguidores con su voz desde los grupos Time Project Band y Trío Fulminante. Incursionando en diferentes géneros como el rock, folk, pasillos, albazos, entre otros.

En todos ellos mantuvo el mismo histrionismo que siempre lo ha caracterizado y que sacó provecho al estudiar producción de cine y televisión, en Estados Unidos. También destacó como empresario al frente de la firma Kamaleón.

Comentó que su irreverencia lo situó en un lugar privilegiado porque llegó a un punto en donde podía hacer lo que me daba la gana. “A mí el público me perdonaba lo que sea. A la gente no le importaba si andaba drogado o no ya que ellos vieron mi parte chévere, graciosa, chistosa y todo eso. Hacía lo que me daba la gana”.

El trajín de llevar una vida como artista en donde no faltaban las fiestas, alocadas farras y encuentros, lo hundió en las drogas y le era difícil salir.

“Yo era el ahijado del diablo. Corrompí a un montón de gente y acolité el uso de droga, sexo y demás perversiones. En pequeña o gran medida era el sirviente del diablo. Es un poco fuerte decirlo pero no lo puedo aminorar. No me di cuenta o no quería darme cuenta”, reveló.

Un cambio inesperado

Después de vivir momentos críticos con su adicción, Maldonado aseguró haber sido tocado por el espíritu santo en un momento que le llegó la lucidez y reflexionó sobre todo lo que lo rodeaba.

“Soy cristiano desde que una vez entendí que todas las cosas que existen en este planeta no son mías, ni nunca las fueron. El único dueño es Dios y nosotros solo somos administradores. Yo entendí esa verdad. Me siento recuperado realmente. Mi enfermedad es tan gigante que sabía que nunca le iba a ganar, pero un día decidí bajarme del ring para avanzar. No existe el consumo perfecto, la vida desordenada o la vida ordenada a medias”, remarca.

Es por eso que decidió -comentó- alejarse de ese círculo vicioso que había en su vida sentimental, social, familiar y hasta laboral.

“Ahora ya no tengo en mi camino a esas personas que acolitaron el vicio. Dios solito se encargó de poner en mi camino a otras personas que me enseñan a ser mejor cada día. Tengo la fuerza y la voluntad de cambiar. Sé que todo lo que he vivido hasta el momento tenía que vivirlo para dar este testimonio. Para que todo lo que diga sea más creíble y ser un ejemplo, y para quien me escuche diga ‘si Israel pudo, yo también puedo salir de esto”.

Israel Maldonado está consciente de que en algún momento pedirá perdón a todas las personas que lastimó, pero en estos momentos necesita sanar del todo y recuperarse por completo. “Ahora siento terror por consumir cualquier cosa que tenga algo químico. Solo ingiero comida sana y hago mucho ejercicio”, explica.

A la par, ensaya con su banda las canciones que ha escrito en las últimas semanas. “Estoy escribiendo mi testimonio y otras experiencias. Hay un público maravilloso entre los cristianos y es al que apunto musicalmente. Tengo tango planes y espero cumplirlos porque gracias a Dios tengo el talento, el carisma y las ganas para salir adelante”, dijo.

Aleluya es uno de los temas que escribió Maldonado y evidencia “la intervención espiritual” que experimentó y cuya letra es una alabanza en la que se entrega por completo a Dios.

“Muéstrame el Camino/ Lléname de amor/ Quiero que ilumines con tu luz mi corazón/ Aleluya, Aleluya a ti Señor./ Llévame contigo, yo me dejo llevar/ Aleluya, aleluya a ti Señor./ Te entrego mis heridas, en tus manos Señor/ Tráeme la alegría y llévate el dolor/ aleluya, aleluya a ti Señor”.

Así dice la canción que este intérprete guayaquileño toca bajo el acompañamiento musical de Marcel Ferrer, Juan Alfredo Ramos, Job Martínez y Orlando Salvador. Y mientras los ensayos siguen su curso y el disco está por venir, Maldonado continúa con su nuevo estilo de vida que sorprenderá a varios de sus fans, pero que lo mantiene muy ocupado y, sobre todo, en un estado de “paz” en medio de una comunión íntima consigo mismo y con la fuerza espiritual que lo motiva a seguir adelante en la música: Dios.

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