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Hubo mucho rock en la final del concurso Cazatalentos para colegiales
En la final del concurso Cazatalentos hubo mucho rock pop. Fue el género que retumbó entre las paredes del MAAC, donde se realizó el evento, y al que habían apostado, en su gran mayoría, los ocho solistas y siete grupos que pasaron la primera y segunda etapa de clasificación, después de medirse con cerca de 30 participantes de distintos colegios del norte de Guayaquil.
Algunos de ellos lucían camisas de vaqueros, jeans, zapatos Converse y otros en cambio habían optado por algo más cómodo como bermudas y camisetas estampadas con la figura de la agrupación o el cantante que admiraban. Los que únicamente acudieron uniformados fueron los representantes de la Academia Naval Guayaquil, el grupo Neptuno, que corrieron con la mala suerte de que el sonido fallara por repetidas ocasiones.
Esto lejos de demostrar su gran dominio escénico del vocalista que se atrevió a bajar del escenario y pedir palmas, pero que al final no les permitió convencer al jurado integrado por Troy Alvarado, presidente de la Sayce (Sociedad de autores del Ecuador) y exTranzas; Quino Orrantia del grupo Clip, Renny, director de Auditiva, productor musical y arreglista de los temas Rocko y Blasty; Prixi Bermeo, participante del evento Avon Voices en Brasil; y Alberto Vicuña, tecladista de Tranzas.
Otro de los grupos que también mostró su fuerza y destreza sobre el escenario fue Mayeutic, del Torremar. Su vocalista, Melissa Álvarez, quien se presentó con la canción inédita Waiting -letra que ella misma compuso-, dejó sorprendidos a los presentes, que habían acudido a apoyarlos, y al mismo jurado cuando de su garganta salió una voz bastante grave que llegaba a los tonos altos y no desafinaba a pesar de los brincos que daba embargada por la emoción.
Acompañada por sus compañeros Elio Wong (guitarrista), Mario Borges (baterista), José Luis Salazar (segunda guitarra), Victorio Aspelo (bajo) y Adrián Palacios (piano), que realizaron una entrada larga que al principio fue bastante potente, pero que luego se pasó a algo más suave, Mayeutic asombró a los asistentes que no dudaron en alentarlos y seguirlos conlas palmas.
Precisamente todo lo que ellos provocaron se convirtió en su boleto para ser los ganadores del primer lugar del concurso y obtener el mayor puntaje con 489 puntos. Según Melissa, el logro obtenido se debe a los ensayos que han venido realizando por meses durante cinco horas, “llevamos como grupo un año desde que nos formamos y no hemos parado. Tengo claro que la música es lo mío y estar en una banda”.
Otras de las que deslumbraron fue la participación de Unisono, que pese a no ganar su actuación les dejó como experiencia manejar con mayor seguridad el escenario.
Algo parecido ocurrió con Skip it, del colegio CEBI, que lograron con su tema ‘Llegó la hora’ y su buena tocada hacer que los asistentes se sumen al coro, pero sobre todo hacer que el jurado se fijara en ellos para otorgarles el segundo puesto con 459 puntos.
“Fue un gran logro y más experiencia para nosotros para poder continuar. Esperamos grabar un disco y luego ver si podemos empezar a tocar en lugares conocidos. Buscamos divertirnos y compartir nuestra música”, dijo Miguel Ugarte, uno de sus integrantes.
En la categoría de solistas, los ganadores del primer lugar, con 460 puntos, fueron Doménica Spooner, del colegio Alemán Humboldt, que participó con el tema ‘Arrecife de Coral’, y Astrid Suárez, del CEBI, con ‘Dímelo papá’, quien se quedó con el segundo puesto con 453 puntos.
Los demás concursantes se llevaron reconocimientos, entre ellos Rockartico (colegio 12 de Marzo, de Portoviejo); Jorge Luis Álvarez (Emerson), Nahomi Delgado (Delfos), Ricardo Huerta (Mariscal Sucre), Nelly Pam Quintanilla (Ati II Pillahuaso), Camila Gambarrotti, Rebeca Franco y Read Heat Señoritas (CEBI).
El profesor de música del colegio CEBI, que tuvo más representantes en el concurso, Mauricio Figueroa, explica que la razón por la que eso se dio se debió a que en la audición interna se exigió el máximo de los concursantes. “Hubo muchos participantes y no todos pasaron. No dejé que eso sucediera porque el CEBI debía tener buenos representantes de gran calidad”.
Agregó que la iniciativa “es una manera para que el estudiante desarrolle toda esa parte creativa. Está comprobado que estudiar música desarrolla la inteligencia. El experimentar estar sobre un escenario, el perder el miedo escénico, todo eso los va ayudar en su personalidad y a desenvolverse cuando vayan a una entrevista, o a un trabajo. Todo les va a permitir que avancen”.
Asimismo, Fausto Valdiviezo, padre de uno de los concursantes del dúo Minibeatles, que llegaron a la final por votaciones en las redes sociales, llamó de positivo el concurso. “Es una forma de incentivar a los muchachos y esto representa una plataforma, porque el que se educa solo y no tiene dónde presentar todo el talento que posee, muchas veces guardado, con esto va a poder correr”.
Reveló que aunque fue una iniciativa de su hijo, Fausto, el querer concursar en su decisión de inclinarse por la música tuvo que ver el hecho de “escuchar desde muy chico la música vieja de los setenta y ochenta que yo solía poner en casa. Tanto que es un fanático de Paul McCartney”
Como su hijo, muchos de los que participaron concordaron en que su inclinación por la música había empezado cuando estaban en pañales, y que en su etapa colegial había aumentado pero sin ninguna apertura para mostrar su talento. Algo que ahora cambia con el concurso de Cazatalentos que continuará con más ediciones.