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Filmes navideños, una excusa para quedarse en casa o ir al cine

Que Santa Claus sea el líder de un equipo protector, al estilo The Avengers, lleve tatuajes y musculatura no es lo habitual en la Navidad. Lo es para David Lindsay-Abaire el guionista que escribió Rise of the guardians (El origen de los guardianes), que dirige Peter Ramsey y desde hace un par de semanas está en las carteleras ecuatorianas.

A North (interpretado por la voz de Alec Baldwin), como se lo conoce en este filme a Santa, está acompañado por el Hada de los dientes (Isla Fischer), el Conejo de Pascua (Hugh Jackman), el Hombre de Arena (TBA) y Jack Frost (Chris Pine), quienes deben enfrentar a Pitch (Jude Law), un espíritu maligno que quiere destruir la ilusión que los niños tienen acerca de los guardianes.

Rise of the guardians es apenas un ejemplo de los tantos filmes, que a través de la historia, han surgido como parte de la Navidad, más bien un recurso para estar a tono con las fechas.
Arthur Christmas es el animado antecesor de Rise of the guardians. Allí Arthur (con la voz de James McAvoy) es el disparatado hijo de Santa Claus, al menos lo es en la trama que plantearon los directores Sarah Smith y Barry Cook. Y Arthur, sin proponérselo, se convierte en el inesperado héroe de esta cinta de animación que combina la tecnología, las operaciones al estilo de Misión Imposible (inlucida hasta en banda sonora) con la candidez propia que generan estas fechas.

La historia del cine navideño registra célebres cintas como la versión de 1938 de A Christmas Carol, que se basa en la obra de Charles Dickens y narra la historia de un ávaro que odia la Navidad, pero cambia su conducta con la aparición de tres fantasmas.

Este relato se ha versionado en innumerables ocasiones, a través del cine y el teatro. La más reciente adaptación al cine de A Christmas Carol se estrenó en 2009 con un formato de capture motion, que consiste en tomar las gesticulaciones reales de los actores y procesarlas en computadoras para que en las escenas se vean como un animado.

Robert Zemeckis, el mismo de la trilogía de Volver al futuro, la dirigió con la colaboración de Jim Carrey como Scrooge, el viejo ávaro; Gary Oldman y otros actores.

Uno de los clásicos más visto en Nochebuena es It’s a wonderful life, de 1946 (titulado para Latinoamérica como Qué bello es vivir). Frank Cappa, su director, narra la historia de George Bayley (James Stewart), un buen hombre, e hijo del dueño de una casa de préstamos, que sueña con viajar por el mundo, pero tras la muerte de su padre debe hacerse cargo del negocio familiar.

Sin darse cuenta se gana el aprecio de todo el pueblo de Bedford Falls, que está agobiado por el señor Potter (encarnado por Lionel Barrymore, tío abuelo de la actriz Drew Barrymore). Es el dueño de casi todo lo que hay en Bedford Falls, menos del patrimonio de los Bayley.

George pierde un dinero que le debe a Potter, quien lo quiere apresar. Por eso intenta suicidarse en Nochebuena, pero Clarence, un ángel sin alas, lo rescata y le muestra cómo sería el mundo si George no hubiese nacido. Y George decide afrontar su problema, sin saber que el pueblo reunió el dinero que él había perdido y se lo entregaron como agradecimiento, en plena Navidad.

Al año siguiente de It’s a wonderful life se estrenó Miracle on 34th Street (Milagro en la calle 34), que luego se convirtió en un “remake” en 1994. En la versión de 1947, que dirigió George Stanton, actuaron Edmund Gwenn, Maureen O’Hara y una entonces niña Natalie Wood.

Kris Kringle (Gwenn) es un anciano que reemplaza al Santa Claus del prestigioso almacén Macy’s porque el anterior fue encontrado ebrio. Doris Walker (O’Hara), quien tiene una hija incrédula (Wood), es quien lo contrata. Kringle encaja con el papel y gana simpatía de los clientes, pero revela que es el verdadero Santa Claus y la gente lo considera loco, menos la pequeña Susan (Wood).

En la versión del 94, que dirigió Les Mayfield, es Richard Attenborough quien encarna a Kringle; Elizabeth Perkins a Doris y Mara Wilson como Susan.

En 1954 Michael Curtiz dirigió White Christmas, un musical basado en la canción homónima que compuso Irving Berlin en 1940 y que dos años después popularizó el actor y cantante Bing Crosby en el filme Holiday Inn. De hecho, Crosby es quien protagoniza la película White Christmas, que fue ambientada al final de la Segunda Guerra Mundial, junto con Rosemary Clooney, la tía del actor George Clooney.

Para la década del 60 el cine navideño se trasladó a la televisión y apostó por la técnica de stop motion, a través de la productora Rankin/Bass. De esa factoría surgieron clásicos como su versión de Rudolph the Red-Nosed Reindeer (que la NBC estrenó en 1964); The Little Drummer Boy (1967); Santa Claus Is Comin’ To Town (1970), que contó con la voz del actor, cantante y bailarín, Fred Astaire. Él interpretó a un cartero que narra la historia de Kris Kingle (con la voz de Mickey Rooney), el niño que de adulto se convierte en Santa Claus.

Rankin/Bass también registra The Year Without a Santa Claus (1974), que relata la historia de un Santa Claus resfriado que decide no entregar juguetes en una Navidad. Para eso su esposa decide buscar a los hermanastros: Señor Calor y Señor Nieve, los hijos de la Madre Naturaleza, para que colaboren.

Las historias de la factoría Rankin/Bass fueron creadas con muñecos de madera y otros elementos primitivos para el stop motion, que distan mucho de la tecnología actual, a través de las computadoras.

Y ahí es donde encajan Henry Selick y Tim Burton, quienes dirigieron y produjeron -respectivamente- ‘The Nightmare Before Christmas’ (Pesadilla antes de Navidad, en 1993) o Polar Express, que filmó Zemeckis en capture motion, la misma técnica de su versión de A Christmas Carol. En Polar Express (2004) actúa Tom Hanks.

Al igual que Zemeckis, para Burton no es nuevo estar detrás de cintas que de una u otra forma tengan que ver con la Navidad. Lo hizo en 1990 con Edward Sissorhands (Manos de tijera), que se ambienta en esa época. Ahí Edward (Johnny Depp) es el personaje que causa la caída de nieve en el pueblo en el que se desarrolla la trama.

La década del 90 también registra otro clásico recurrente de la pantalla chica: la trilogía de Home Alone (conocida también como Pobre angelito) de 1990, 1992 y 1994 (esta última sin Macaulay Culkin). Cada una tuvo un director distinto: John Hughes, Chris Columbus y Raja Gosnell. No obstante, Hughes aparece en los créditos de las tres.

A esa trilogía se añade The Grinch (1999), de Ron Howard, con la actuación de Jim Carrey como el peludo personaje verde que odia la Navidad por un trauma de su niñez.

A Christmas Story (1983), la trilogía de Santa Claus (1985, 2002 y 2006), Scrooged (1988), Christmas vacation (1989), Elf (2003), Bad Santa (2003) forman la casi interminable lista. Al final el espectador elige qué opción ver, en el cine o en la comodidad de su hogar.

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