Es un día para la música ecuatoriana. El ambiente de fiesta se refleja en el auditorio, que está repleto esta noche de febrero. El espacio es pequeño, pero permite una relación más íntima entre los invitados al escenario y el público.

Jenny Estrada está al micrófono: “Los Panchos -que son mexicanos- incluyeron el requinto por primera vez en un conjunto musical. Entonces se sabe que ese instrumento no es nuestro, pero al aparecer, era como si el pasillo lo estaba esperando”, dice a manera de cátedra, como parte de la introducción de la cita.

La presencia de la historiadora y el contexto de la información que comparte esta noche con el público otorgan una breve idea del todo de esta propuesta cultural, a la que los organizadores denominan ‘Requinto, homenaje al pasillo’.

Tiene como sede la Alianza Francesa. Se trata de una velada en que, de forma consecutiva, vuelven a los oídos de algunos ecuatorianos canciones que se volvieron íconos culturales gracias a compositores de la música nacional.
El show lo organiza el sexto ciclo de Comunicación de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

En esta noche, pasillos emblemáticos que se popularizaron en las voces de Carlota Jaramillo, Fresia Saavedra, Julio Jaramillo o Carlos Rubira Infante son interpretados por alumnos de la escuela del pasillo Nicasio Safadi, que preside Saavedra, y por dos grupos que marcaron sus inicios en esa entidad: Evocación y Generalista.

Una presentadora da la voz de arribo a la cantante más joven que esta noche muestra su arte. Se llama Linda González y con apenas 16 años se sitúa entre las voces más privilegiadas del pasillo en la actualidad.

Canta desde los 9 años, y -en escena- su mejor carta de presentación, además de su voz, es su impecable postura, detalle que no asombra después de oír parte de su hoja de vida: “Fue alumna de grandes como Fresia Saavedra, Carlos Rubira Infante y Jenny Estrada”.

“Cuando tú te hayas ido, me envolverán las sombras...”, canta Linda como recitando, con gestos delicados con sus manos, con un sentimiento de melancolía que inmortaliza en su cara mientras el público se entrega a ella en un prolongado aplauso que le saca una sonrisa de orgullo propio.

Canta también ‘Por ti llorando’, y le pone un poco de ritmo a esta noche de requinto con el albazo ‘Guitarra vieja’, que reza: “Esta guitarra vieja que me acompaña, tiene la pena amarga que me tortura, sabe porque la estrella de la mañana, siempre me encuentra sola con mi amargura...”.

Musicalizan su presentación los hermanos Cevallos, quienes antes de que ella arribe al escenario ya habían presentado un número artístico en un dueto soñado que se robó el cariño del auditorio.

Ellos son Wilfor y Álex, dos promesas de la música nacional, que a punta de requinto y guitarra traen a escena ‘Cantares del alma’ y la emblemática ‘Lirios marchitos’, que en otrora interpretó el ‘Ruiseñor de América’.

Los Cevallos llegan con barra propia, una que se desata en aplausos y piropos durante toda su actuación.

La cantante Joselin Quintello es la primera en abrir esta actuación. Aunque solo cantó con pista, hizo lo mejor que pudo al interpretar de manera sobria y sentida los pasillos con los que llegó al escenario.

Da apertura a su número con ‘Tú y yo’, de Julio Jaramillo. Cierra los ojos y se inclina al cantar: “Si eres el sol sempiterno de mi anhelo, por qué no matas el hielo de mi invierno”. Aplausos le dieron calor, más calor del que ya hace esta noche en el pequeño auditorio de la Alianza.

Afuera, algunos luchan por ingresar, pero no se les permite, pues desde temprano la gente interesada en este espectáculo gratutito se aseguró un puesto en el auditorio. A pesar de los organizadores, algunos adultos mayores no alcanzan a llegar a tiempo a la cita, que después de Joselin recibe a Vanessa Intriago.

Con un vestido turquesa que le dejaba libre media pierna derecha, la joven trae esta noche ‘Ángel de luz’ y ‘Pasional’, que también sonó en la voz de JJ bajo los versos: “Yo te amé con locura, y te di mi ternura, más burlaste a mi vida, sin tener compasión...”.

Lo de ella, aunque también con pista, fue un número lleno de emotividad. Al subir, dedicó las canciones a su abuela, que estaba entre el público, y a su abuelo, “que en paz descanse”, dijo en la introducción.

Con ella se complementó la presentación de los ‘novatos’. Sin embargo, dos grupos más llegaron a la Alianza esa noche para entregar una presentación mucho más elaborada en cuanto a puesta en escena.

El primero fue el conjunto Generalista, que arribó al escenario con un dúo de hombre y mujer y cuatro músicos a cargo del violín, la guitarra, el requinto y el cajón. El segundo, Evocación, que con dos años en tarimas llegó a poner las canciones más conocidas a través de sus dos voces femeninas: ‘Acuérdate de mí’, ‘Romance de mi destino’ y ‘Nuestro juramento’, cantada al ritmo del bolero y coreada por todo el auditorio al final.