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El pop actual corre el riesgo de perder su esencia

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Para empezar ¿qué significa pop? No es más que la contracción de popular. Es decir, que se trata de un género musical masivo, a través de líricas y acordes sencillos en su composición.

Según los historiadores el pop surgió en la década de los 50, aunque existe un registro de este género que data desde 1926, pero no era reconocido como tal.

Ya en la década del 50, Elvis Presley llevó su música a las masas estadounidenses, incluso más que sus contemporáneos como Chuck Berry y otros. Por eso lo llamaron ‘El Rey’.

La contraparte británica fueron los Beatles en la década del 60 con aquellas canciones de la dupla John Lennon-Paul McCartney. Este último, quien visitó Ecuador el mes pasado, es considerado como uno de los mejores compositores de música pop.

El musicólogo Arturo Andrade confirma este criterio. Los describe como precursores del género como tal.
El término nació para diferenciarse del rock, el jazz, blues y otros ritmos. A la larga es la masificación de esos géneros, que con el paso de los años fue reinventándose con experimentos que derivaron en synth, pop y otros.

“La genialidad de artistas como estos está precisamente en la sencillez, puesto que un músico académico puede hacer composiciones complejas que quizá en escenario resulten imposibles de reproducir. No es lo mismo hacer un disco de estudio por ejemplo”, dice Andrade.

Aunque el pop actual se basa más en lo visual, la controversia y solo el sonido, considera que históricamente se registran trabajos muy elaborados como los de Sting, Michael Jackson o Madonna. La innovación de los dos últimos les permitió ganarse los títulos de rey y reina del pop, respectivamente.

Sergio Sacoto, reconocido cantautor y productor, va más allá. Analiza la situación local. Sin menospreciar este género, considera que en Ecuador hace falta un concepto de base para componer.

Existen dos pensamientos un tanto extremistas frente al tema: lo demasiado comercial y lo totalmente independiente. Sacoto se halla en la media de estas posturas ya que considera que para conectarse con el público es necesario trabajar un concepto y de allí buscar la manera de entregar un producto consumible y bueno para el mercado.

“Al pop se lo mira como un arma de venta, pero sin un concepto detrás. Lo ideal es trabajar en equilibrio entre lo comercial y lo conceptual”, opina, quien ha confiado en varios talentos locales, sin inclinarse por alguno.

La instrumentación del pop se compone habitualmente de batería, bajo, guitarra eléctrica, voz y teclado.

Considera que para algunos es un género ‘demasiado fácil’ de producir, puesto que algunos artistas se han volcado por transmitir canciones bastante coloquiales para alcanzar más adeptos (quizá una manera de facilitar su entendimiento en las masas).

Diego Miño, baterista quiteño, afirma que “se debe ser muy profesional para tocar este género, puesto que no es fácil armar un disco o salir de gira como se cree”.

Es decir que quien se aventure a hacer música debe tener claro que es una lucha constante que va más allá de interpretar y tener conocimientos de instrumentos, producción y la misma combinación de recursos para contar con un buen producto y que sea recordado.

Es claro que el pop pasó de ser una moda para trascender por más de medio siglo en el mercado, por lo que se han derivado subgéneros como el pop latino, pop anglo, pop electro, el pop rock y balada pop. Añade que en los años 40 la mejora del diseño de micrófono logró una interpretación vocal más íntima. Luego la aparición de la televisión permitieron a los artistas tener presencia en los hogares de manera más sencilla y en los 60 las radios portátiles permitieron disfrutar de la música fuera de casa.

A comienzos de los 80, las cadenas como MTV fueron las mayores contribuyentes para fenómenos musicales como Jackson y Madonna, quienes trascendieron con un contenido tanto lírico, como visual, coreográfico e instrumental, tanto que se convirtieron en influencia de una generación contemporánea de artistas como Lady Gaga o Katy Perry.

La aparición de las figuras latinas

El pop estuvo por años influenciado por la industria norteamericana y británica. México, Argentina y España fueron los primeros en absorber esa corriente.

Los aztecas versionaban canciones anglosajonas al español, a través de Enrique Guzmán y otros en lo que se conocía como la ‘nueva ola’.

En la década del 80 surgió el pop latino con las primeras ‘boy band’ como Menudo, de la que surgieron macro artistas del pop como Ricky Martin. Lo mismo ocurrió con Los Chicos, de Puerto Rico, que tuvieron en sus filas a Chayanne o los mexicanos Timbiriche, escuela de Paulina Rubio y Thalía.

En sus inicios recurrieron a líricas fáciles de corear, sobre amores juveniles.

En cuanto a la balada pop esa década fue clave para figuras como Emmanuel, Luis Miguel, Ricardo Montaner, Franco de Vita y ya en los 90 con Magneto o Mercurio.

En esta nueva década surgen las fusiones pop, que incluyen ritmos tropicales y ya en el actual milenio es más evidente con los colombianos Fonseca, Lucas Arnau, Cabas o Fonseca. Su compatriota Carlos Vives lo hizo antes, mientras que Shakira cambió del pop rock a ritmos bailables cuando incursionó en el mercado anglosajón.

Aunque grupos como Los Corvetts, Bodega y otros versionaban temas anglosajones, más sus composiciones inéditas en los 70, el despegue surgió con el rock latino de los 80.

Surgieron Tranzas, Clip (que recurrió a los sintetizadores), Mike Albornoz, Right, Contravía, Ricardo Williams, Ricardo Perotti, Crucks en Karnak (a finales de los 80 con los Sacoto), Tercer Mundo (de donde se desprendió Juan Fernando Velasco, quizás el más internacional de los cantautores nacionales).

Los más contemporáneos son Jorge Luis del Hierro, Pamela Cortés, Las Lolas, Daniel Betancourth, Fausto Miño, Israel Brito, Verde 70, Karla Kanora, Daniel Páez, Johanna Carreño, Nikki Mackliff (quien cambió del pop a lo tropical), Mirella Cesa (con su andipop) o la adolescente Michelle Cordero.

Los áun más actuales optaron por el inglés para cantar. “Admiro a quienes se atreven a hacer música en este estilo, en el idioma que quieran, puesto que la música es universal”, refiere Diego Miño sobre Valentina López, a quien produjo.

No obstante, actualmente se abusa de la tecnología para crear canciones más basadas en ritmos muy repetitivos ( y casi sin lírica o géneros llamados “urbanos” (por su mezcla de hip hop).

Andrade, Sacoto y Miño consideran que eso le resta contenido a la música pop. El riesgo es un género sin alma, quizás por menos uso de instrumentos orgánicos y más samplers. Pero eso es para otro tema.

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