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El Consorcio que reúne a las voces de Mocedades

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Al buscar el vocablo ‘consorcio’ en el diccionario (el de hojas de papel o aquel cibernético llamado ‘Google’) uno halla una variedad de definiciones que tienen que ver con lo empresarial o lo jurídico, pero a la larga no es más que una asociación de personas que tienen una misma visión y pasión.
Con Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga, Sergio Blanco y Carlos Zubiaga ese concepto encaja bien.

Todos tienen registros vocales distintos, pero una misma pasión. Aún así, cuando esos timbres se juntan se acoplan casi como un coro de gospel.
Y juntos pueden adaptarse a ritmos tan opuestos como un bolero y un cha cha chá, pasando por las canciones mexicanas que tanto les gustan.

Pero cuando cantan individualmente es probable que quien los escuche se pregunte quién lo hace mejor (¿Amaya?, ¿Estíbaliz?, ¿Iñaki?, Sergio? ¿o acaso Carlos?). Esa inquietud ronda solo antes del coro. Después de eso aquella pregunta resulta una tontería.

Son El Consorcio, aquel grupo coral que se formó hace 21 años con ex miembros de Mocedades. Por eso, es obvio que dentro de su repertorio, en el que lucen con elegantes trajes donde predomina el color negro, consten canciones como ‘Amor de hombre’, ‘¿Dónde estás corazón?’, ‘La llamaban loca’, ‘Tómame o déjame’, ‘Búscame’ y otras. Tampoco faltan las melodías del dueto Sergio & Estíbaliz como ‘Cantinero de Cuba’ y hasta algo de Los Mitos con Carlos.

La última vez que El Consorcio estuvo en el país fue a finales de octubre de 2008. Allí ofrecieron un concierto en el Centro de Convenciones Simón Bolívar, de Guayaquil, y contaban con Sergio dentro de la gira.

Hoy, casi seis años después, él no viene por un quebranto de salud, pero el show para el próximo 20 de febrero en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, de Quito, está asegurado con el resto.
Antes de su próxima visita, Carlos dialogó con este Diario, vía correo electrónico.

¿En qué se diferenciará el nuevo show?

Fundamentalmente en que ahora venimos tocando guitarras y bajo nosotros mismos. Las canciones suenan más íntimas, más cercanas. Y hay melodías nuevas como las del disco dedicado a México, del que hacemos varias en directo. Se lo debíamos a ese país, a sus gentes, a sus compositores. Ellos han llenado nuestra juventud, como supongo habrá ocurrido en toda América Hispana. También hemos recuperado canciones de nuestros comienzos como ‘Soledades’, un poema de Miguel Hernández y música de nuestro ex compañero José Ipiña: ‘Los amantes’, ‘La Gaviota’, ‘Me siento seguro’. Pero será mejor no darte más detalles para que la sorpresa no se pierda.

Aunque se han distinguido más como un grupo coral, ¿quiénes asumen ahora los instrumentos?

Iñaki y Carlos tocan guitarras acústicas, guitarra española y guitarra eléctrica. Tratamos de hacer los arreglos más sencillos que, al fin y al cabo, son los que mejor van con las grandes canciones. Y de estas no nos podemos quejar, creemos que nos han acompañado siempre y que grandes autores como Calderón, Perales, Manzanero, Pérez-Botija, etc. nos han permitido estrenarlas y darlas a conocer al mundo.

¿Cómo distribuyen las canciones considerando las diferentes etapas en sus carreras?

Tratamos de cantar las más importantes de todas las etapas por la que hemos pasado, aunque podrán suponer que nos dejaremos muchas y que cada uno de ustedes haría un repertorio diferente. Pero ello es una inmensa suerte que tenemos.

¿Cómo surgió la idea de México y ‘Noche de ronda’?

México es nuestra segunda patria. Allá vamos puntualmente casi todos los años desde 1973. Como os decíamos antes, se lo debíamos a los mexicanos. Hemos aprendido a querer sus costumbres, su comida, su paisaje, su música y mucho más. De su música sería difícil hablar sin mencionar su inmenso legado desde mediados del siglo veinte. Todos nosotros crecimos oyendo en aquellas radios enormes a los artistas mexicanos. Qué decir de sus autores, de las películas maravillosas que nos iban llegando a España en aquellos momentos tan duros para nosotros (en referencia a la dictadura de Francisco Franco).

unque ese país y España siempre han estado vinculado en lo artístico con personajes como el cineasta Luis Buñuel o la cantante Rocío Dúrcal,  ¿qué opinan de los autores mexicanos de los tributos que ustedes les rinden? Creo que han traspasado todas las fronteras, todos los idiomas, todos los países.

¿Está prevista una extensión de ‘Noche de Ronda’?

No es tan fácil predecir estas cosas, nadie sabe por qué camino nos llevará esta vida de cantantes. Hay proyectos en la mente de cada uno de nosotros, que seguramente no coinciden, pero entre ellos estará seguramente un Noche de Ronda 2.

Sergio estuvo para un homenaje póstumo a Juan Carlos Calderón hace poco más de un año, pero entre el público, ¿cómo está su salud?

Pues Sergio aún está un poco débil y el médico le prohíbe viajar, esperemos que esté con todos ustedes en otro futuro viaje.

¿Cuánto influyó Calderón en sus carreras?

Nos encontramos con él en un momento crucial de nuestras carreras. El destino  quiso que cayera en sus manos un casete grabado por Mocedades. Y el mismo destino hizo que nosotros nos encontráramos con un compositor fantástico que hasta entonces no lo había sido. Empezaron a surgir las canciones, primero en la voz de Amaya, luego de Sergio y Estíbaliz. Creo que llenamos un periodo que no se va a olvidar tan fácilmente. Esas canciones y la manera de interpretarlas han pasado ya a la historia de la música popular, no solo de España, sino de forma universal.

¿Considera que en ‘Querido Juan’ está su esencia?

No tratamos en absoluto de hacer ese trabajo pensando que fuese a ser la esencia de Calderón. Solo eran doce o catorce canciones, algunas de ellas originales, todas maravillosas por supuesto. Esa esencia hay que buscarla en muchos otros discos y artistas para los que compuso a través de cuarenta años.

¿Cómo era trabajar con él ya que venía del jazz y la música clásica?

La pulsión y pasión por componer no es la consecuencia de trabajar con una música determinada. Una inmensa canción puede llegar tanto de grandes músicos como Calderón o Manzanero, como de gente que apenas sabe tocar unos simples acordes de guitarra como José Alfredo Jiménez. Lo bueno de Juan Carlos es que tenía todo el disco en su cabeza, las canciones, los arreglos.
Su labor de productor fue muy importante. Muchas veces los autores no suelen ser los que realizan arreglos más brillantes de sus canciones, aunque eso sí ocurrió con Calderón. Por supuesto que tenía manías pero ¿y nosotros? ¿no las teníamos? Multiplicadas exactamente por seis.

Decía Sergio durante una entrevista radial del año pasado que le resultaba feo el nombre El Consorcio, ¿cómo surgió?...

Se le ocurrió a Amaya y sí que nos pareció algo extraño, pero tenía su punto atractivo, al fin y al cabo éramos personas de diferentes grupos que se juntaban para hacer eso, un Consorcio musical.

Pero no era más desagradable el nombre ‘Me cago en tu dieta’ para la primera gira de El Consorcio?¿por qué la bautizaron así?

Sí, ese nombre desagradable se lo pusimos en la primera gira. Lo pasábamos muy bien y eran tiempos menos duros que ahora con la crisis. Nos juntábamos para pasar el día juntos y comíamos y cenábamos en abundancia.

¿Cuáles son los pro y contra de que el grupo esté formado por familiares, cuñados, hermanos?

En nuestro caso creo que todo ha sido ventajas. ¿Quién te puede ayudar en un momento difícil mejor que un hermano?

¿Cómo analizan el hecho de recuperar hechos históricos de España como las canciones radiales entre los años 30 y 50 y el cine hispano?

También fue un homenaje a esas canciones que oímos en nuestra juventud y que marcaron de algún modo nuestra vocación. Muchas de ellas eran latinoamericanas y los dos discos que hicimos comenzando El Consorcio tuvieron un éxito fantástico en España.

¿Qué diferencias hay entre Mocedades, Sergio & Estíbaliz, Iñaki Uranga y Los Mitos con usted?

Más que cualquier cosa lo que hay es un punto común, que es nuestro amor por las armonías vocales y por la música mal llamada quizás “romántica”. Podría decirse mejor como música donde el amor o el desamor son partes fundamentales.

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