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Eddie Mosler se inspira en el mar y el fuego para crear sus obras
Eddie Mosler, pintor quiteño considerado uno de los mayores exponentes ecuatorianos que ha llevado sus obras a las galerías más destacadas del mundo, presentó entre el 14 y 30 de junio pasado su último trabajo denominado ‘Contemplación cósmica’, en el Quicentro Shopping, al norte de la ciudad de Quito.
Este trabajo es una recopilación de 17 obras abstractas que pone delante un mundo donde hay formas como movimientos en un universo de altísimos ideales en continua transformación. Gracias a la acogida que tuvo en el centro comercial, el artista continuará con la exposición de sus pinturas en sitios similares de la Capital.
La obra de Mosler está impregnada de sentimiento con un contraste simultáneo de colores. Es la expresión del mundo interior del pintor, que le da a las formas y al color su propio valor artístico.
“Estos cuadros son una conexión diferente con el universo para ver cada tipo de elementos de la tierra conjugados con mi sentir, con mi percepción. He estado trabajando mucho con la energía del fuego y con los tonos fuertes, estos trabajos son el inicio de la colección, la cual pienso que va a durar entre uno y dos años porque cada vez se van incrementando más pinturas”, manifestó el pintor.
Desde pequeño Eddie se sintió atraído por el arte, mostró su fascinación por la pintura, siendo siempre muy creativo desde sus primeras obras. A los cinco años comenzó a hacer sus primeros esbozos, se presentó en un concurso realizado por uno de los principales diarios de la ciudad de Quito donde ganó el primer lugar.
Con el transcurrir del tiempo comenzó a desarrollar un gran interés especialmente por la plumilla, y a los 11 años participó en una exposición en la Casa de Cultura Ecuatoriana, obteniendo el primer lugar. Durante su adolescencia fue desarrollando su espíritu artístico identificándose con la pintura abstracta.
Terminó sus estudios secundarios en su ciudad natal, en 1992. Se trasladó a la ciudad de Guayaquil en diciembre del mismo año, en donde comenzó su carrera de pintor como autodidacta.
En esta ciudad es en donde logró definir su tendencia artística, plasmando en sus lienzos una combinación audaz y controlada de los colores, definiéndose como un pintor netamente abstracto siendo sus cuadros un espectáculo de técnica depurada, cuyo resultado es una pintura que deleita al público por su delicadeza y magia cromática.
Mosler define a su pintura como “atisbos de simplicidad mágica, es la explosión del color, son las formas diseccionadas por un microscopio que nos traslada a galaxias remotas y que sugiere al que la contempla inacabables y fantásticas sensaciones”, aclaró.
Desde hace años a Eddie le atrae el mar como símbolo y fuente de vida. Para crear sus cuadros se aferra a la textura del óleo en cada pincelada, para expresar la profundidad de la vida a través de los colores que en cada trazo plasma la alegría de vivir.