La llegada de Súper Carne debía llenar de nueva vida al espacio En Carne Propia, que dirige, conduce y produce el periodista José Delgado, pero no lo hizo. Ver al robusto ciudadano que se pone el traje, la máscara y porta el escudo del superhéroe que defenderá a Guayaquil genera más risas por burla que por simpatía. La idea de que a través de este personaje se le dé una cara al programa, es decir, a quien recibe denuncias de todo tipo, para investigarlas, darles seguimiento y tal vez una solución es completamente desalentadora. Cuando se quiere dar cara al que sigue las denuncias la fórmula ya está comprobada en lo que hicieron en su momento Fausto Valdiviezo (+), Mauricio Ayora, Kenneth Carrera, José Delgado, entre otros periodistas que fungieron de reporteros y presentadores de sus propios espacios comunitarios dentro de los noticiarios de la televisión ecuatoriana. Es cierto que ahora Delgado no puede exponerse tanto y el que aún sea uno de los reporteros de su programa En Carne Propia lo hace muy popular entre el público y su audiencia, pero tampoco es para que comience su alejamiento de la reportería y desmerezca su credibilidad poniendo a un compañero de trabajo en un disfraz y corriendo detrás de presuntos delincuentes o escuchando denuncias sobre el desaseo en ciertos sectores de Guayaquil.

A pesar de que En Carne Propia peca contra uno de los cuatro principales objetivos del medio televisivo, el de formar o educar, no se puede negar el talento creativo de su equipo de realizadores y menos aún el de sus reporteros. Han logrado ganarse su lugar y mantenerse a pesar de lo que muchos claman es una pobreza de contenidos porque saben contar historias y encandilar al público con sus artimañas en el manejo de la narrativa audiovisual. A quien le guste En Carne Propia es por lo jugoso y delicioso de sus historias no por su calidad informativa. Se podría decir que al momento es un producto netamente de entretenimiento.

Los norteamericanos crearon un término especial, el de placer culposo, para aquellos programas que a pesar de su dudosa calidad en forma o fondo gozan de altos niveles de audiencia o de una inusitada aceptación entre el público de una nación. Eso es En Carne Propia, algo que es cholo, popular y de bajo valor nutritivo, tanto para el cuerpo como para la mente, pero encanta a quienes lo ven y aún lo siguen sintonizando. Súper Carne es solo el último recurso en una serie de artimañas para que a pesar de que al público se le ofrezca prosciutto (jamón) siga prefiriendo en su lugar la grasosa y deliciosa mortadela. La mortadela causa estragos en el organismo, consumida en exceso, y es una comida de la que pocos pueden alejarse.

Súper Carne es uno de los condimentos de En Carne Propia como si del Ajinomoto para la hamburguesa de carretilla se tratase. Es divertido verlo en cámara, aunque cualquiera está consciente de que su presencia televisiva no disminuirá la violencia, la delincuencia ni las malas costumbres en las calles de un ciudad mestiza y en constante reconfiguración como Guayaquil. Lo que hace Súper Carne es divertir y dar un cierto sentido de seguridad a los habitantes de los barrios populares que recorre de que alguien está al tanto de sus males y se ocupará de ayudarlos.

Súper Carne llegó para quedarse como la mortadela de la hamburguesa de $ 1,50. Su presencia recarga las baterías de un formato desgastado como el de En Carne Propia, que José Delgado cultiva desde Ocurrió Así Ecuador. El talento de Delgado para el oficio periodístico está confirmado, la necesidad de Súper Carne en En Carne Propia solo el tiempo la justificará. Ahora también recepta denuncias sobre delitos contra los animales y la naturaleza y aparece tres días a la semana en pantalla, pero de peso no baja porque es con todo el peso de la ley que supuestamente actúa.