La misteriosa y extraña muerte del dueño de la compañía Sun Power, Francisco Toledo de la Barca, provocará que  los candidatos que buscan ocupar el puesto de nuevo presidente vean a su hija Sara -quien ya había tenido que soportar la pérdida de su madre- como presa fácil para sacarla del juego. Esa misma razón la lleva a dudar de todos, aún más cuando la obligan a tomarse un “caramelo” para calmar sus nervios, y ella se niega a hacerlo.

Ya cuando logra soltarse de quienes la tenían agarrada de piernas y brazos, la joven, que luce un rostro demacrado y ojeroso, empieza a gritarles a cada uno que sabe muy bien que lo que intentan hacer es envenenarla, porque cuenta con el 51% de las acciones que su madre le heredó antes de morir. A partir de ese momento se desencadenará  toda una maraña de situaciones.

Se trata solo de una de las escenas de la obra Asesinando a Sara, que se verá hoy, a las 20:00, en su estreno en el Teatro Centro de Arte. Su directora Montse Serra explica que la historia forma parte del seriado de estilo “murder mysteries”, de autoría de David Moberg, y que en otros países como Alemania es muy recurrente.

“Esta es una propuesta en la que se rompe la cuarta pared, porque sus actores no solo ocupan el escenario sino que interactúan con el público y se mueven entre las mesas y sillas. Lo que pasa es que los asistentes no saben que desde el momento en que ingresan al teatro ya son parte de la obra. Al llegar, piensan que van a ver un espectáculo tipo “café concert”, pero se encuentran con que son recibidos como un accionista más de la compañía. Desde ese instante se involucran en la historia”.

Serra además fue quien adaptó la obra al español. Explica que el formato del “murder mysteries”, que nació en Canadá hace más o menos 20 años y luego se trasladó a Estados Unidos, Europa, Alemania, donde está la mayor parte de aficionados, llegó a Ecuador en 2009 cuando realizó un pequeño lanzamiento de la misma obra.

“Esta vez la retomé porque considero que en ese entonces no fue suficientemente vista y porque los “morder mystery” son un producto que tiene cabida en nuestra ciudad. Hace cuatro años no se dieron las circunstancias para que la volviera a hacer, pero al encontrarme con Luciana Grassi y Carlos Idrovo, de Camerino Uno, nos pusimos de acuerdo en que debíamos ponerla otra vez en escena”.

Y así ocurrió. Carlos Idrovo, productor general de la obra, cuenta que desde hace cuatro meses empezaron a trabajar en ello. El primero lo dedicaron a casting y los demás han sido solo de ensayos. “Los actores elegidos tienen que interactuar con la gente y necesitábamos que tengan experiencia, porque para esta obra hay que tener chispa, reaccionar ante esos momentos”.

Montse agrega: “el actor tiene que borrar muchas consignas aprendidas. Generalmente los actores estamos acostumbrados a decir un texto, reaccionar y luego movernos. En el ‘morder mistery’ todo va junto, es como la vida misma, nosotros no nos detenemos para reaccionar; la diferencia de otros teatros es que esta es una forma de vivir, lo que implica que el actor desarrolle unos reflejos muy fuertes”.

La actriz Luciana Grassi, productora ejecutiva, dice que para su montaje tuvo un equipo de 20 personas, entre utileros, maquilladores y diez actores que están en escena -la mayoría rostros de la TV-, entre ellos, Verónica Pinzón (Sara), Juan José Jaramillo (Guillermo), Prisca Bustamante (Kassandra), Giovanna Andrade (Teresa), Santiago Carpio (Juan José), Antonio Aguirre (Rodolfo) y Magdalena Banda (Isabel). 

Ellos se verán envueltos en esa historia marcada por las  pasiones humanas, desde la envidia hasta el amor, mientras las misteriosas muertes el público las deberá resolver. No será extraño que a los asistentes los reciban con un  “buenas noches señor accionista, esta es su mesa”.