“Yo nací en esta tierra, donde la montaña y el sol acarician las nubes y nos brindan su protección, donde los viejos me cuentan que la libertad es la unión...”, cantan los ocho integrantes de Ardilla Rasta, oriundos del cantón San Gabriel, provincia del Carchi.

Cuentan que su propuesta musical parte del amor por el prójimo y por la tierra en que se nace.

“Para algunos un discurso un tanto trillado, pero es pertinente. Queremos hacer de este, un mundo mejor desde nuestra trinchera, la música”, afirma Pablo Enríquez, director de la banda que se considera independiente.

Su primer disco ‘Haciendo Revolución’ con 10 canciones inéditas, entre ellas ‘Yo nací’ (de donde se parafrasearon las primeras líneas) es para revelar que en las provincias también se produce música de calidad.

“Queremos demostrar cómo la música en el Carchi puede tener amplios alcances desde lo independiente”, asevera Pablo, quien siempre estuvo ligado a la generación de cultura en la provincia del norte.

Según los integrantes de Ardilla Rasta las dificultades han sido múltiples en la producción del disco, ya que por un lado tuvieron que viajar a Quito para hacer los arreglos musicales y grabar los temas. No obstante, destacan que las autoridades locales les han prestado el apoyo necesario para gestionar de manera profesional su propuesta.

Es así que también lograron grabar el videoclip del sencillo ‘Yo nací’ en las inmediaciones de los cantones Montúfar y San Gabriel.

“El objetivo del video es demostrar que en los pequeños pueblos se puede ser feliz. Nos sentimos orgullosos de salir de acá (Carchi)”, reitera Pablo, quien viaja seguido a distintas ciudades del país para gestionar las presentaciones de Ardilla Rasta.

“Montúfar es un lugar de paz. Acá todos dejan fuera los ternos y somos iguales”, comenta también Santiago.

En 2012, el tema ‘Yo nací’ fue el pretexto de un montaje de música, danza y teatro en el que participaron alrededor de 120 artistas bajo la dirección del Movimiento Cultural Arrayán, esto sirvió para que las líricas de las bandas se socialicen a mayor escala en el cantón.

Los caminos hacia la música son indistintos, algunos crecen en ellos, otros se la encuentran por casualidad y otros creen haberse encontrado con ella hasta que otro arte les guiña el ojo y se van. Los ‘ardillas’ han tenido caminos variados pero se encontraron en el momento justo para forjar una idea que los identifique, aunque ninguno tenga estudios formales de composición y/o música.

“Yo nací en un ambiente alternativo, las modas musicales estaban ahí pero yo preferí quedarme con las líricas sociales porque mis padres lo escuchaban”, cuenta Santiago Terán encargado de la guitarra y los coros.

Estas temáticas siempre estuvieron dentro de las inquietudes de los músicos del mundo, en Latinoamérica tenemos exponentes como Silvio Rodríguez, Quillapayún, Violeta Parra, entre otros. Sin embargo, la propuesta de estos ocho muchachos es ahondar sobre temas como la relación del hombre con la Pachamama, el valor de la familia y de la amistad, pero con un toque moderno (es que la música es universal pero también responde a las coyunturas sociales, culturales y políticas).

“Son temas que han estado siempre dentro de la realidad, pero el discurso puede ir cambiando de acuerdo a los tiempos”, acota Pablo, quien también es parte del movimiento cultural Arrayán, que busca el acercamiento de la gente del Carchi con las manifestaciones artísticas.

“Lo que queremos es aportar a la reflexión social sobre todo a los jóvenes, para futuras decisiones”, expresa Pablo. Otro de sus objetivos con la banda es romper con la creencia de que la música nace y se hace en las grandes ciudades.

“Con la música creamos una identidad en nuestra provincia, aunque el espacio es limitado. Generamos un poco de autoestima a los colegas músicos”, afirma Pablo.

El proyecto inició con dos personas y de a poco el resto de la banda se fue integrando para la grabación del primer paso hacia la internacionalización. Puesto que se proyectan a participar en el Galeras Rock en pasto, región sur de Colombia para el próximo año, además de llegar al público argentino. Hecho que aún se está gestionando.

“Haciendo Revolución es el compendio de casi cuatro años de trabajo y de experiencias. Creemos que para el segundo material sonaremos más maduros y con menos miedo”, comenta Santiago entre risas.

Su segundo disco, del que ya tienen varias composiciones, tendrá nuevos elementos como instrumentos andinos. Esta propuesta los alejará un poco del ‘reggae ruts’ (raíces del reggae), pero que se mantendrá como base en la composición melódica y rítmica de sus canciones.

“El primer disco es el experimento, creo que después de esto ya estamos más firmes”, manifiesta Pablo.

Para el mismo Pablo existe gran diferencias en la producción y apreciación musical entre las grandes ciudades y las pequeñas.

“El entorno determina estas diferencias, en las pequeñas ciudades se busca el concepto detrás del espectáculo precisamente porque no hay mucho de eso como en Quito (por ejemplo)”, afirma, al tiempo que considera que esto implica una responsabilidad para entregar un mejor producto.

Pero el nombre Ardilla Rasta no es una casualidad, puesto que refleja un concepto de resistencia ancestral, en referencia al bosque protegido de arrayanes ubicado en esa provincia y vecino de San Gabriel.

“En este bosque habitan ardillas y es una especie que caracteriza a la zona y quisimos rendirle un homenaje”, sostiene Santiago.