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Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso

Marion Crane hace cálculos en la habitación número 1 del motel Bates sobre cómo pagar los 700 dólares con los que compró un auto para huir.

El remordimiento la hace llorar y sus lágrimas caen encima de las cifras. Por eso Marion rompe el papel mojado y lo echa al inodoro, ataviada por la bata que en cuestión de segundos se despoja para darse una ducha.

Alguien con apariencia de anciana la acecha, abre las cortinas y la acuchilla, mientras el chirrido de violines, violas y violonchelos le dan más suspenso a la escena.

La espalda de Marion se desliza por la pared. Cae boca abajo contra el piso. Simultáneamente la toma de la cámara hace un acercamiento al ojo de Marion y poco a poco se aleja hasta que el plano se centra en el rostro completo de la víctima que recibe los salpicones de la ducha.

Alfred Hitchcock describe a ese recurso fílmico como “transferir la amenaza desde la pantalla a la mente del público”. Y si lo dice él, tiene razón porque aún tras 33 años de su fallecimiento es considerado como el ‘maestro del suspenso’. Y aquel recurso fue invento suyo, aunque esa escena, que se  filmó entre el 17 y 23 de diciembre de 1959, tiene muchos antecedentes.

Se necesitaron más de 70 ángulos de cámara para una secuencia que dura tres minutos, con 50 planos.

Otro detalle para recordar es que los chirridos de los instrumentos cordófonos no estaban inicialmente en los planes de Hitchcock. Accedió ante la insistencia del compositor Bernard Hermann.

Aunque ‘Psicosis’ (1960) es considerada como la película más representativa del Hitchcock con las actuaciones de Anthony Perkins, como Norman Bates, y Janet Leigh, como la acuchillada Marion, fue una de las últimas que dirigió el cineasta nacido el 13 de agosto de 1899 en el barrio londinense de Leytonstone. 

De hecho, ‘Psicosis’ fue su película número 54 en una carrera que había empezado en 1922 como el encargado de los rótulos para las películas silentes.

Aunque nunca la estrenó, se cita a ‘Número 13’ como la primera en su extensa filmografía. Fue encontrada recientemente y no estaba finalizada. Su últimos trabajos fueron ‘Trama macabra’ (1976) y su ‘remake’ de ‘39 escalones’, que dirigió en 1978, dos años antes de su muerte ocurrida el 29 de abril de 1980 por deficiencia renal.

Hitchcock provino de una familia de tenderos, quienes lo criaron con exigente régimen católico, que en parte moldeó su personalidad de hombre tímido y hasta acomplejado, que usaba la lectura de las obras de Charles Dickens y Edgar Allan Poe como válvula de escape.

Lo del cine casi que llegó de la mano con la literatura a través de la controversial cinta ‘El nacimiento de una nación’ (1915), de David Wark Griffith (que relataba el presunto heroísmo del Ku Klux Klan, que promovía xenofobia).

Aquel filme lo condujo al mundo del cine, mientras su personalidad introvertida se reflejaba opuestamente con las bromas pesadas que gastaba a sus colaboradores, especialmente a los actores durante su era dorada.

Llegó a Estados Unidos por invitación de David O. Selznick, productor de ‘Lo que el viento se llevó’ (1939). Se reunieron en Nueva York. Selznick le encargó la adaptación de la obra literaria ‘Rebeca’ (1940).

A Hitchcock también se lo distinguió por la selección de actores de confianza y su obsesión por las rubias.

En el primer caso contó con la frecuente colaboración de Cary Grant, a quien conoció en 1941, y con quien trabajó en ‘La sospecha’ (el mismo año), ‘Encadenados’ (1946), ‘Para atrapar al ladrón’ (1955) y ‘Con la muerte en los talones’ (1959).

Otro de los actores fetiche de Hitchcock fue James Stewart, con quien laboró en ‘La soga’ (1948), ‘La ventana indiscreta’ (1954), ‘El hombre que sabía demasiado’ (1956, un ‘remake’ de su propia película de 1934) y ‘Vértigo’ (1958), que relataba la historia de un detective que sufría acrofobia (miedo a las alturas) y debía cuidar a la esposa de un amigo, quien presuntamente estaba poseída.

Casado con la montajista Alma Reville desde 1926 y ganador de un Oscar honorífico por su trayectoria en 1971, Hitchcock sentía debilidad por las rubias, como la sueca Ingrid Bergman, a quien conoció en 1944 y perdió cinco años después porque decidió trabajar con Roberto Rossellini.

La musa que la sustituyó fue Grace Kelly, a quien solo dirigió en tres filmes, entre 1954 y 1955, porque se casó con el príncipe Rainiero de Mónaco.

Padre de la actriz y productora Patricia Hitchcok, quien actualmente tiene 84 años, el cineasta británico es recordado también por cintas como ‘Asesinato’ (1930), ‘39 escalones’ (1935), ‘Los pájaros’ (1963) y otras.

De abultado vientre y prominentes labios, el realizador también fue conocido por los programas de televisión que llevaban su apellido entre 1955 y 1964.

Dirigió 70 filmes, produjo 24 y fue guionista en otros 7, como legado al cine, cuya influencia se reflejó el año pasado con los homenajes en los ‘biopics Hitchcock’, con Anthony Hopkins, Helen Mirren y Scarlett Johansson, más ‘The girl’ para la HBO con Toby Jones y Sienna Miller. Pero esa es otra historia.

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