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El Telégrafo

La evolución del iPhone; a la vanguardia tecnológica

iPhone original, lanzado en enero de 2007.
iPhone original, lanzado en enero de 2007.
08 de septiembre de 2014 - 19:49 - Carlos Bustamante

Los archivos de los primeros teléfonos inteligentes se remontan mucho antes de la existencia del dispositivo de Apple. Por allá, en el año 1994, la compañía fabricante de hardware, IBM, lanzó un teléfono con la capacidad de poder enviar mensajes de texto corto, fax y correos electrónicos en una pantalla de tinta táctil con lápiz óptico, parecida a los de los lectores de libros electrónicos.

Sin embargo, fue la marca Palm Treo la que llevaría este concepto un paso más allá. Con organizador de tareas, correo electrónico, bluetooth y sincronización con computadores personales, el Treo se convirtió en lo que por entonces (2001) se consideraba teléfono "ofimático", por la extensión de contar con utilidades de trabajo dentro del celular.

La desventaja de los Treo era su precio. Eran aparatos que costaban alrededor de 800 dólares. Desde Canadá comprendieron que la masificación era la forma ideal de expandir una idea que estaba ganando fuerza; el celular más allá de las llamadas por voz. Y claro, a un precio asequible.

Así llegó la Blackberry en 2003, un dispositivo con cualidades "ofimáticas" con un precio de 399 dólares que logró tener una penetración de este campo en los usuarios hasta ese momento vistas.

La era de los botones físicos duró varios años. La independencia llegaba dando pequeños pasos. A pesar de que existían teléfonos táctiles, la concepción de un teléfono completamente fuera del alcance de los botones era incluso descabellada y hasta inconcebible, sobre todo para los que el teclado físico suponía una comodidad sin fecha de caducidad.

Sin embargo, en enero de 2007, Steve Jobs, figura visible de Apple, anunció un dispositivo que cambiaría radicalmente la idea que hasta entonces se tenía de un teléfono llamado inteligente.

"Apple reinventa el teléfono" decía la leyenda previa al momento en el que el por entonces CEO de la compañía estadounidense se prestaba a presumir de las prestaciones del iPhone original.

Jobs hacía gala de una tecnología hasta entonces vista: el multitouch. Ya no sorprendía una pantalla donde no se necesitaba un lápiz óptico, sino que además, se podía "interactuar" con ella con los dedos. Agrandar una imagen, expandir texto o la clásica función de las computadoras de cortar y pegar, eran posibles en la pantalla de 3.5 pulgadas iPhone.

Todo esto, movido con el iPhone OS, el corazón del terminal, el cual se abreviaría versiones después por iOS.

Eso, agregado a las de por sí galardonadas funciones del iPod hacían del iPhone una verdadera innovación.

La siguiente generación, denominada, iPhone 3G y posterior 3GS, supuso un aumento de las especificaciones del iPhone original.

Manteniendo el mismo diseño, Apple dotó a este nuevo terminal de grabación de vídeo, con edición, brújula y control por voz. Además de debutar en la red 3G, incrementando la experiencia en transferencia de datos para una navegación por internet más decente.

Pero no fue precisamente el incremento de prestaciones internas propias del terminal lo que aumentó el aumento de este teléfono en los bolsillos de los usuarios, sino las utilidades a partir de software de terceros; las aplicaciones.

La AppStore fue el siguiente paso en la consolidación del iPhone. Una tienda de cientos y luego de miles de aplicaciones para el teléfono hizo que las ventajas del dispositivo se vieran superadas tan sólo por la imaginación de los desarrolladores para encontrar un uso diferente para el iPhone.

El 2010 supuso un año redondo para la compañía de Cupertino. Con el lanzamiento del iPhone 4, Apple se consolidaba con una jerarquía marcada en el terreno de los smartphones, lo que beneficiaba su ya nutrida tienda de aplicaciones.

Rediseño, tanto de hardware como de software, el iPhone 4 contaba con un aire fresco, propio de un cambio de generación. Estrenando la resolución retina display en su pantalla, cristal en su parte trasera y un estilo más acorde a un teléfono exclusivo son las características de un terminal que vio empañado su éxito inmediato por un problema de fábrica con la recepción de la señal.

La tormenta que desató dicho fallo duró un tiempo, pero luego desde Apple se encargaron de repararlo y de quitar definitivamente dicho problema con el lanzamiento del iPhone 4S, la versión mejoradas del por sí superventas del año pasado.

No hay que olvidarse del estreno de la cámara frontal para presumir de las videollamadas, una tendencia que Skype había popularizado hacía ya rato en los ordenadores personales. iPhone bautizó su nueva función para este cometido como Facetime.

Para completar la tabla de novedades, Apple decidió dotar de un nuevo color a su producto estrella. Para lo cual, eligió el blanco, sentando así, el color alternativo al clásico negro con el que vio la luz por vez primera.

Con este terminal, cuando la innovación ya había llegado a otras plataformas (Android, Windows Phone), y no se esperaba más que un aumento de capacidades como evolución natural de una generación a otra, Jobs desvela el asistente personal por voz, Siri.

Con esta nueva característica, los usuarios estaban más cerca del control de un teléfono sin siquiera tener que usar los dedos, lo que años antes había sido toda una invención para los de Apple.

En Cupertino se mostraban reacios a la tendencia que desde el 2010 empezó a invadir la curiosidad de los usuarios, el de las pantallas más grandes que los 3.5 pulgadas. De hecho, en la presentación del 2007, Jobs dijo que era necesario contar con una pantalla más grande que las de sus competidores, las cuales rondaban las 2 pulgadas.

Sin embargo, Apple decidió unirse a la tendencia incrementando su display hasta las 4 pulgadas, naciendo así el iPhone 5.

Como la ley de la compañía californiana mandaba, el 5 tuvo un rediseño a nivel estético. Atrás quedaba el cristal que estilizaba el iPhone 4 y 4s para debutar con un chasis en aluminio, haciéndolo más ligero a pesar del crecimiento en medidas.

Mayor potencia y mayor fluidez fueron las principales novedades de esta versión que aunque vio incrementada su pantalla no mermó su resolución, haciendo gala del laureado retina display.

Otro cambio importante fue su conector. Atrás quedó la famosa ranuera de 30 pines que compartía compatibilidad con el iPod para inaugurar su nuevo conector Lightning de 8 pines, el cual desde Apple aseguraba una mayor transferencia de datos.

El software, el cual experimentaba una evolución más lenta frente al diseño del terminal, vio un cambio radical a nivel de estética y de funcionalidad, justo antes de que el iPhone 5S debute.

El iOS 7 reflejaba un cambio radical. De hecho, en Apple dijeron en su lanzamiento que era el cambio más palpable desde el iPhone original. Y así fue, con un diseño totalmente nuevo, el software estrenaba varias funciones. Entre las más destacadas están Air Drop, Control Center, nueva Multitarea, la aplicación Fotos, Cámara, Safari, Calendario, Siri, Fondos dinámicos, iOS en el auto y un extra para encontrar el terminal, Buscar mi iPhone.

Este nuevo iOS sólo lo pueden tener el iPhone 4 o superior.

A día de hoy, esta evolución S del iPhone 5 es la mejor que ha tenido el iPhone en su trayectoria. Yendo más allá de una actualización de prestaciones básicas.

Para el iPhone 5S la seguridad fue lo primordial. Esta versión estrenó el sensor dactilar, reemplazando el clásico botón inicial con un anillo brillante para poder iniciar el teléfono con la huella del usuario.

Sin embargo, otra novedad menos mediática pero de importante relevancia se centra en su corazón, el procesador, el cual se compone de una arquitectura en 64 bits.

Esto quiere significa mayor potencia, eficiencia energética, agilidad en el sistema operativo y más opciones para los desarrolladores de las "apps".

A la par, Apple implementó un chip dedicado al monitoreo de eficiencia física para los deportistas o el seguimiento de frecuencias cardiacas y demás utilidades centradas en la salud. Además, descarga al procesador principal de ciertas tareas, lo que le da mayor autonomía.

Finalmente, no hay que olvidarse del iPhone 5C, uno de los movimientos más extraños de Cupertino. Este celular se trata de un iPhone 5 con materiales en policarbonato y en varios colores. De hecho, la C es por color.

Además de implementar de materiales bastantes criticados por la compañía, el 5C se esperó como un terminal barato y asequible para un público al que no le parece pagar lo que cuesta el iPhone de turno. Sin embargo, su precio no desvarió demasiado del iPhone 5 original, por lo que se trata de una alternativa dentro del catálogo de la empresa de la manzana.

El listón está alto de cara a la espera del iPhone 6. Al ser un cambio de generación, Apple pondrá (o eso se espera) toda la carne en el asador con el fin de no defraudar la expectativa que ha generado en 7 años de vida del smartphone que sentó un antes y después de la corta vida de los teléfonos inteligentes.

 

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