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Especial coronavirus

“La única prioridad que tenemos al día de hoy es defender la vida”

Wilson Merino. Presidente de la fundación Cecilia Rivadeneira y activista social
Wilson Merino. Presidente de la fundación Cecilia Rivadeneira y activista social
Foto: Cortesia
13 de abril de 2020 - 00:00 - Yurien Portelles

En medio de la pandemia por covid-19 que azota al planeta, Wilson Merino ha vuelto a dar muestras de humanismo desde la fundación que lleva el nombre de su madre, Cecilia Rivadeneira, y con la cual dan atención a los niños que son pacientes oncológicos.

En entrevista con EL TELÉGRAFO dijo: “Hay cosas que aprender en este recorrido por la vida; y ojalá, al final, hayamos aprendido algo”.

Ahora ha convocado a una campaña para llevar alimentos a aquellas personas que no han podido seguir buscándose su sustento en las calles y se preparan para enviar un cargamento a Guayaquil, la urbe más impactada en esta pandemia a nivel nacional.

¿De qué va esta campaña Donar para que no salgan?
La fundación Cecilia Rivadeneira desde el día 26 de marzo decidió girar toda su actividad y dar respuestas frente a la crisis sanitaria. Desde el día 1 de abril hemos venido perfilando varios ejes de acción, el primero tiene que ver con seguridad alimentaria, porque hay que entender que la única forma de lograr que las familias pobres y más vulnerables acojan las disposiciones de las autoridades de quedarse en sus casas, tiene que ver con lograr que ellos tengan seguridad alimentaria. Si es que las familias no tienen alimentos, es muy difícil que ellos puedan quedarse en sus casas, por un tema de sobrevivencia.

Ya entregamos 1.500 kits alimenticios aquí en la ciudad de Quito a orfanatos, albergues, otras fundaciones, a personas en situación de calle, al Consejo de Protección de Derechos, al Inredh, al Patronato Municipal San José, entre otros. Esto fue mediados de la semana anterior, y enviaremos lo recaudado a Guayaquil. También hemos ofrecido nuestra Escuela Granja, con 40 camas y cuatro consultorios médicos. Hemos recibido ya a médicos y trabajadores.

¿Cómo lograron reunir esos primeros recursos para los 1.500 kits?
Los primeros 1.500 kits que entregamos es un trabajo articulado entre la empresa privada, alguna institución pública también y de la sociedad civil.

Yo creo que hoy más que nunca el país nos necesita unidos, organizados y trabajando en equipo. Independientemente de las coyunturas, de las apreciaciones, en fin, yo creo que hay ciertos aspectos requieren de la comunidad, como el tema de garantizar la alimentación de los ciudadanos más pobres.

En lo local, nos hemos articulado con el Patronato San José, del Municipio de Quito, con la empresa privada y con los voluntarios de la Fundación Cecilia Rivadeneira y son ellos quienes están en el campo repartiendo los víveres.

¿Cuál es el soporte para esta campaña y de dónde sale la base de datos de los beneficiarios?
En Quito, el canal de distribución es a través de las fundaciones, orfanatos, asilos, o sea, es de una organización social a otra organización social. Ese el canal de distribución que se nutre de su registro para poder atender a a nuestros compañeros del sector. Hay otras iniciativas en Quito, como la del Patronato Municipal, que está entregando en barrios, a través de levantamientos que hace el Municipio.

Para el envío a Guayaquil estamos articulándonos con Karla Morales, una activista que viene hace mucho tiempo trabajando en esa ciudad. Ella, a su vez, articula esfuerzos con la Gobernación del Guayas y con el Municipio de Guayaquil, para su distribución, y todo lo que logremos levantar en donaciones le enviaremos a ella.

Tenemos una página web para las personas que no quieren donar alimentos pero que de alguna manera quieren colaborar con recursos, allí hemos habilitado la página de la fundación con un botón de pago. Esta es www.todoempiezacontigo.com. De ahí las personas que quieran donar tienen que contactarse con nosotros al número telefónico 098 90 72 968.

Ellos nos llaman, nosotros hacemos el plan de la logística en la contingencia y vamos a los hogares y empresas a recoger las donaciones, para mantener el orden y que la gente no salga de la casa, según la disposición gubernamental. Somos una organización social que hace donaciones a otra organización social para que a su vez ellos puedan repartir a las familias.

¿Qué ha pasado con las personas a las que venían ayudando desde la Fundación que preside usted?
A los familiares de niños pacientes oncológicos estamos entregando de manera directa en sus hogares los kits alimenticios en Quito y ya hicimos un primer envío a Esmeraldas. Hemos colaborado con el traslado de niños que van a los hospitales para recibir tratamiento médico.

Pero ahora en realidad la situación del hospital público que atiende a niños con cáncer es crítica, con médicos y directivos que se han enfermado. Es un tema muy difícil que amerita la intervención del Estado, para proteger a estos niños que están ingresados allí y que tienen el sistema inmunológico deprimido por las quimioterapias. El futuro también pasa por dar respuestas a los niños con cáncer.

¿Cómo valora la solidaridad de la sociedad ecuatoriana en momentos como este?
Los ecuatorianos estamos acostumbrados a ser generosos. Hemos dado en muchas ocasiones, pero generalmente damos lo que nos sobra. Donamos ropa usada, algo de alimentos que tenemos en las casas, pero en el momento en el que estamos viviendo eso no es suficiente. Tenemos que hacer el esfuerzo por identificar las necesidades específicas de las familias y dar respuesta a lo estas personas necesitan para sobrevivir.

¿Cómo salir adelante en esta pandemia?
En estos días parecería que hay profundos problemas irresueltos en el país, y en realidad esta pandemia no es un problema de una ciudad o de otra, de un país u otro; la única forma de salir adelante es estar unidos.

Creo que la única prioridad que tenemos hoy es defender la vida. Es lo que nos debe unir a todos, en una situación donde hay miles de ecuatorianos contagiados con el coronavirus, ingresados, o en cuidados intensivos, otros que ya han perdido a sus seres queridos, hay que actuar. No veo otra salida que apelar a la solidaridad y hacer un esfuerzo de todos los actores.

Me parece que hay que dar signos de que somos un país unido y que estamos decididos a acompañar a la gente más vulnerable y que la está pasando peor en estos momentos. Y para esto lanzamos la campaña Dona para que no salgan. (I)

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