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La villa Rosa Herlinda cobija la memoria citadina de Guayaquil

La villa Rosa Herlinda, ubicada en 9 de Octubre y Carchi, acoge al museo Presley Norton
La villa Rosa Herlinda, ubicada en 9 de Octubre y Carchi, acoge al museo Presley Norton
Fotos: Miguel Castro / EL TELÉGRAFO
21 de julio de 2019 - 00:00 - Marcia Andrade

El paisaje arquitectónico tiene una mezcla de modernidad y antaño sobre la avenida 9 de Octubre, entre las calles Carchi, Tulcán y Hurtado.

La suave brisa de la tarde de julio abraza al estero y al sol que todavía pinta las sombras de la frondosa vegetación y de los apurados transeúntes, en este lado del centro guayaquileño.

En medio de árboles de acacias y palmeras resalta imponente la Villa Rosa Herlinda, una casa  que fue construida entre 1942 y 1943 por el arquitecto español Joaquín Pérez-Nin de Cardona, época en que las familias guayaquileñas se entretenían escuchando la radio o asistiendo al parque de diversiones American Park.

El propietario del inmueble en esa época, Ismael Pérez Pazmiño (1876-1944), fundador de diario El Universo, le puso ese nombre por su hija Rosa Herlinda Pérez Castro. Ella, en los años 80, cedió la propiedad a la Sociedad Anónima Predial Rosaa-Che y a mediados de los 90 esta la vendió a Leasing del Pacífico.

 El edificio fue declarado patrimonio en el año 2011. En su restauración se conservó el diseño andaluz

En medio de la crisis bancaria la casa pasó al Banco del Pacífico, luego al Banco Central del Ecuador y finalmente al Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCP).

Desde 2007 es la sede del museo Presley Norton, institución que contribuye a la difusión de la cultura arquitectónica y arqueológica del país, explica Andrea Portero, guía de la institución.

Agrega que el 26 de octubre de 2011 el edificio fue declarado Patrimonio Cultural del Estado.

Los visitantes conocen la historia de la casa patrimonial y de los vestigios arqueológicos.

En la fresca tarde juliana visitan las instalaciones Mónica Regatto junto con sus hijas Carolina, María José y Kerly (de 8, 12 y 18 años), el profesor peruano Edward Sadovni, entre otras personas.

Se decantan por las exposiciones, pero también por la historia y cada detalle de aquella casa patrimonial.

Testigo de cambios
La mansión es una de la edificaciones que familias pudientes construyeron en la zona junto al Estero Salado, que luego los habitantes conocerían como Barrio del Salado, y que fue testigo de la transformación del entorno.

La vivienda tiene en la planta alta 5 habitaciones donde se realizan exposiciones culturales.

El puente de hormigón 5 de Junio (1935) que reemplazó al construido en madera en 1872; el Colegio Vicente Rocafuerte (1935); el Guayaquil Tenis Club (1957) y el Parque Rodolfo Baquerizo Moreno, conocido como Parque Guayaquil y que reemplazó al antiguo American Park (1922-1967), fueron algunos cambios en la zona.

“Fue una de las más elegantes construcciones que se hicieron en esa zona, cuando el barrio del Salado comenzó a poblarse. Llama la atención por su fachada de un estilo muy romántico. De las pocas que había en Guayaquil es una de las más significativas”, reseña el historiador Germán Arteta.

La edificación armoniza la época de antaño (siglo XX) con la modernidad, destaca. “Los directivos del museo han cuidado de no alterar demasiado sus interiores. Está en un lugar donde hay edificios modernos que incluso desafían la altura y hay otras edificaciones muy tradicionales del sector”.

Sin embargo, en algún momento la vivienda estuvo algo descuidada. Un edificio privado, oculto bajo un cerramiento de mampostería, hoy es visible al peatón y está abierto al público para su disfrute y apropiación de su patrimonio edificado.

La restauración
Abandonado a su suerte, el Banco Central del Ecuador, propietaria del bien, decide destinarlo a diversas actividades culturales.

Los proyectos se realizan entre 2004 y 2005 y se interviene en su restauración entre 2006 y 2007.

Para esa labor fue designado Pablo Lee, como director técnico de Restauración de la Villa Herlinda.

El edificio es destinado para uso de la comunidad a partir del 23 de agosto de 2007 hasta la actualidad, que acoge al museo Presley Norton.

El arquitecto Lee ha realizado conversatorios sobre “El Barrio Patrimonial del Salado y la Villa Herlinda”, con el fin de difundir la importancia de este sector emblemático de Guayaquil, su historia y tradiciones.

La idea es reforzar el sentido de pertenencia de la comunidad hacia estos espacios. El diálogo acerca de la Villa Herlinda, casa patrimonial y sede del museo, proporciona una mirada desde lo urbano y cotidiano del Barrio del Salado.

Arquitectura andaluz
La casa evidencia un acentuado gusto de su expropietario por las formas de la arquitectura andaluz, especialmente por el recubrimiento y la geometría de la cerámica de los zócalos en el soportal e interiores, las arquerías en fachadas e interiores y el artesonado sobre el salón principal a doble altura.

La planta alta cuenta con un balcón con diseño típico español, entre otros detalles: lámparas, azulejos con impresiones de Don Quijote de la Mancha, puertas y ventanas de un estilo “ecléctico morisco”, reseña la Red de Museos del Ministerio de Cultura y Patrimonio.

El edificio patrimonial tiene en la planta baja 4 ambientes con pisos falsos, en uno de los cuales se exhiben las muestras arqueológicas. Hacia la planta alta se va por una escalera de madera, “la original con la que se construyó la casa”, precisa la guía Andrea Portero. Los visitantes recorren los balcones y las cinco habitaciones ubicadas en la planta alta que guarda detalles originales del inmueble patrimonial.

La tarde cae con el sol agonizante sobre el estero Salado y la Villa Rosa Herlinda con su museo cierra sus grandes puertas de hierro hasta el siguiente día que recibirá a nuevos visitantes que quieran conocer su memoria. (I)

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