En los últimos 50 años, el volcán Cotopaxi perdió aproximadamente el 50% de su glaciar, informó Karina Salas, bióloga especialista en cambio climático del Ministerio de Ambiente de Ecuador (MAE).

De acuerdo con la experta, este fenómeno se presenta en todos los nevados del país.

En la Sierra centro, la elevación que perdió más casquete polar es el Carihuairazo (Chimborazo), que podría ya no tener nieve en seis años.

Salas dio a conocer que en el país se generan alrededor de 12.450 toneladas diarias de residuos sólidos, las que al descomponerse emiten gases de efecto invernadero que aportan al calentamiento del planeta e impactan en el incremento de la temperatura global.

Además de eso, 47.000 hectáreas de bosques y manglar fueron afectadas y convertidas en áreas para otros usos, principalmente agropecuarios, en los últimos seis años.

Un efecto de estas acciones se siente en la temperatura. Hace poco se confirmó al año 2017 como el tercero más cálido desde que se tienen registros. Hasta ahora, 2016 y 2015 lideran este ranking.

Los datos actuales marcan que aproximadamente el 19% de las emisiones de gases contaminantes tiene origen doméstico. Ecuador emite el 0,15% de emisiones totales a nivel mundial.

Posibles soluciones

La bióloga sostuvo que detener el brusco cambio climático a nivel mundial es cosa de todos, pero se pueden hacer pequeñas acciones individuales, como reemplazar el uso de vehículos por el transporte público o bicicletas. “Latacunga es una ciudad pequeña; yo sería feliz viajando todos los días a mi trabajo en bicicleta”.

Otra medida efectiva es plantar árboles nativos (eucalipto, pino, entre otros, que no lo son). Un árbol capta el carbono de la atmósfera y puede eliminar entre 350 y 3.500 kilos de carbono durante su vida.

También se debe racionalizar el uso del agua. “Hay que tener presente a cada momento que el agua es un recurso no renovable y, con base en ello, utilizar solo lo necesario y evitar desperdiciarla en épocas como carnaval”.

Pequeñas cosas, como no desperdiciar la comida, que se traduce en el ahorro de recursos, también son importantes, según la bióloga, quien llamó a las personas a trabajar desde sus espacios para reducir el impacto del calentamiento global. (I)