Una pelea diaria de doña Lorena es que su hija, de 14 años, use el celular todo el tiempo.

La menor de edad, antes que comer, prefiere ver programas de Youtube en la mesa.

Doña Lorena, de 54 años, se lo quita por ratos, pero luego se lo devuelve.

En realidad -confiesa- no sabe manejar el tema: por un lado no quiere que tenga un celular y por otro a veces sí requiere el dispositivo para que avise a qué hora se la tiene que recoger.

Por ese tipo de situaciones, que son frecuentes, instituciones internacionales de salud, psicólogos y técnicos plantean que los menores de edad pueden tener un celular recién a los 14 años. Y su uso tienen que ser racionalizado.

La Academia Americana de Pediatría y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) coinciden en que antes de la adolescencia los chicos no tienen la responsabilidad suficiente para utilizar el dispositivo electrónico.

Eduardo Villacís, líder del colectivo de la carrera de Psicología de la Universidad Ecotec, explica que antes de entregarle el artefacto para que lo utilice hay que preguntarle por qué los quiere. Si no hay un motivo que los justifique: "No se lo entregaría".

En tanto que Cristian Espinosa, director de la empresa Cobertura Digital, plantea que después de los 14 años de edad solo deben emplearlo por dos horas. No más que eso.

Él, quien actualmente capacita a los padres de familia sobre el manejo de las redes sociales, ratifica que el acompañamiento es el verdadero control.

“En la actualidad existen huérfanos digitales, es decir, jóvenes que no tienen guías de sus padres”.

Por su parte, Yéssica Benavides, coordinadora de negocios responsables de Telefónica, señala que la solución no está en la prohibición radical del teléfono, sino “en el control”. Para la ejecutiva, más que bloquear todas las aplicaciones hay que dar un acompañamiento para el uso responsable de la tecnología. (I)