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La tortuga Diego y dos ejemplares más repoblaron la isla Española

19 de enero de 2020 - 00:00 - Redacción Sociedad

Diego tiene más de 100 años de vida y hace al menos 80 fue sacado de su espacio natural. Es un ejemplar de tortuga macho, hoy es famoso por ayudar a la conservación de su especie en la isla Española.

Todo ocurrió por la década de los años 30. Para ese entonces, como resultado de varias expediciones, se habló de una inminente extinción de las tortugas de Galápagos, por lo que muchos científicos colectaron varios ejemplares vivos para distribuirlos en los zoológicos del mundo y así evitar su desaparición.

Así llegó al zoológico de San Diego (California) en Estados Unidos, donde fue la atracción del parque, por eso le bautizaron con ese nombre.

Sin embargo, para los expertos galapagueños, Diego es solo es el macho Tres, denominado así porque se unió a los dos machos de la especie con la que se inició el proceso de conservación de Chelonoidis hoodensis.

Washington Tapia, director de la iniciativa para la restauración de las tortugas gigantes de Galápagos, contó que Diego retornó al archipiélago, específicamente a la isla Santa Cruz, donde está el centro de crianza en 1976.

Lo hizo para unirse al programa de restauración de la Chelonoidis hoodensis que empezó en 1965, cuando los estudios de la estación Charles Darwin mostraron que quedaban solo 2 hembras y 2 machos que fueron llevados al centro de crianza.

“Con los medios de comunicación de ese entonces se empezó a indagar sobre la posibilidad de encontrar alguna tortuga en un zoológico y dimos con Diego”.

El zoológico accedió sin reparos a entregar al ejemplar porque sabía que iba a contribuir a la restauración de la especie. Entonces fue repatriado hasta el centro de crianza ubicado en la isla Santa Cruz, del que se despedirá definitivamente en marzo de este año, cuando retorne a vivir de forma natural en su hogar natal en la isla Española.

Durante el tiempo de permanencia de Diego en la isla Santa Cruz vivió en un corral junto a un grupo de hembras.

Lo mismo ocurrió con los otros 2 machos. Por lo que se estima que cada uno es padre de al menos 800 tortugas de las casi 3.000 que lograron reproducirse en cautiverio. Solo que ellos no lograron la fama que sí alcanzó Diego.

En total fueron 15 tortugas -entre machos y hembras- las que lograron reproducirse y garantizar la existencia de la especie gigante de Española.

Cada uno de los machos estuvo en un corral, donde se replicaron las condiciones que tienen en la naturaleza, sin alimentarles a diario ni darles agua siempre, para que no tengan problemas cuando sean liberados.

Esta especie se aparea entre enero y mayo; y a partir de junio ponen los huevos que generalmente van de 5 o 6 por nidada.

En cautiverio se logra una eclosión del 99% en 4 meses de anidación, mientras que en la naturaleza el porcentaje es menor. Va entre 10% y 15% por las condiciones del entorno y la presencia de depredadores. Ahí se demora entre 6 y 8 meses la eclosión, según las condiciones climáticas donde fue puesto el nido.

La tortuga Chelonoidis hoodensis alcanza su madurez sexual, tanto en el macho como en la hembra, a partir de los 17 años.

Por la necesidad de alcanzar las hojas más altas de las plantas de cactus posee un cuello largo que alcanza en promedio los 70 centímetros.

Diego es una tortuga vieja que sobrepasa el siglo de existencia y eso se refleja en la ausencia de anillos concéntricos en las patas, cuyas placas son casi lisas.

Por el tiempo que vivió en el zoológico de California, Diego es una tortuga carismática que tiene buen contacto con los humanos. Y aunque tiene gran similitud con el “Solitario George”, el ejemplar de Chelonoidis Hoodensis sí pudo reproducirse porque es un ejemplar totalmente sano.

George, en cambio, tuvo una malformación en sus órganos reproductores, con lo que aparentemente nació, por lo que nunca pudo procrear y eso solo se lo comprobó tras su muerte.

Al momento, Diego, como las otras tortugas, entró en un proceso cuarentenario que durará entre 8 y 10 semanas. Todo dependerá de qué tan rápido su tracto digestivo elimine las semillas.

En ese lapso se harán los respectivos análisis médicos y se espera que en la tercera semana de marzo sea liberado en la isla Española, junto al resto de ejemplares de Chelonoidis hoodensis. (I)

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