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En el "Síndrome de Wendy", la persona busca satisfacer a todos

Quienes padecen el síndrome de Wendy no logran controlar el rumbo de su vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona.
Quienes padecen el síndrome de Wendy no logran controlar el rumbo de su vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona.
Diana Román
26 de octubre de 2019 - 00:00 - Club de Periodismo

Por Dana Román Barrezueta

Los síndromes de Peter Pan y Wendy se basan en el cuento del escritor escocés James Matthew Barrie.

El psicólogo norteamericano Dan Kiley, en 1983, fue quien nombró a esas patologías para basar sus síntomas en los personajes de tan afamado cuento infantil.

El síndrome de Wendy busca satisfacer las necesidades de los otros despreocupándose de sí mismo. Se asumen comportamientos de padre o madre con su pareja, familia, amigos y con otros seres importantes de su vida.

En el cuento de Peter Pan, Wendy era quien tomaba las decisiones de “adulto”, entre esas crecer y además cuidar al resto de los niños del país de Nunca Jamás.

Según estudios del Colegio Oficial de Psicólogos de La Palmas, en México, este es más común en mujeres pues son ellas quienes justifican ser “niñeras” de aquellos adultos incapaces de crecer emocionalmente.

El psicólogo Samuel Merlano indica que existen distintas causas relacionadas con este síndrome, como temor al rechazo; por ello buscan cumplir los deseos de su círculo más cercano. Además, la educación sexista coloca a la mujer en el rol de “cuidadora” e incrementa las posibilidades de padecerlo.

El sociólogo Andrés Martínez indica que este tiene mayor incidencia en las mujeres y se expresa por ese afán desmedido de halagar. “En ese momento el sujeto pierde seguridad y autoestima”.

¿Hay manera de superar el rechazo? Pues sí, el primer paso para solucionar cualquier problema psicosomático es admitir que existe ese problema y lo recomendable es buscar asesoría con un especialista.

Este puede ayudar a decir que “no” para que la persona aprenda a poner límites y delegar tareas al resto, perder el temor al rechazo, borrar la idea de su mente y hacerle entender que el miedo a ser abandonado es una idea irracional e infundada.

Según la psicóloga Sandra Rivas, una mujer no puede vivir atemorizada por el rechazo y con base en ese temor satisfacer las necesidades que tienen esposo, padre, hijos y familiares cercanos. (I)  

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