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Posible nexo entre zika y microcefalia reaviva el debate por el aborto en Brasil

Son 3.448 casos de microcefalia en Brasil supuestamente asociados al zika.
Son 3.448 casos de microcefalia en Brasil supuestamente asociados al zika.
Foto: AFP
04 de febrero de 2016 - 19:21 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

El temor a llevar en el vientre a un hijo con microcefalia causado por el virus zika ha llevado en Brasil a un aumento de los abortos, una práctica ilegal y que se realiza con diferentes riesgos clínicos de acuerdo a la clase social, mientras sube el debate sobre la interrupción de los embarazos entre grupos feministas y la los grupos religiosos, como la Iglesia Católica.

Entre 1.500 y 4500 dólares cuesta realizarse un aborto, de acuerdo a varios médicos que bajo el anonimato le dijeron al diario Folha de Sao Paulo. El temor es la existencia de una ola de abortos sin siquiera tener certezas de que la madre contrajo el zika. En ese marco, la presidenta Dilma Rousseff pidió en cadena nacional el miércoles por la noche la colaboración de la población para derrotar al mosquito causador del dengue, la chikungunya y el zika, higienizando los posibles focos. En los barrios ricos de las principales ciudades, como Sao Paulo y Rio de Janeiro, el mensaje no fue escuchado: hubo cacerolazos de protestas, aunque por cuestiones políticas.

El Instituto de Bióétnica Anis, con sede en Brasilia, prepara un pedido ante la máxima corte de Brasil para garantizar la voluntad de la madre en interrumpir el embarazo frente a situaciones como la microcefalia. En 2012 este mismo grupo consiguió en el Superior Tribunal Federal considerar lícito el aborto en casos de anancefalia.

“Nuestro pedido judicial es de protección de la planificación familiar, de la maternidad y de la infancia. Es necesario garantizar, en régimen de urgencia, protección a las mujeres y a sus hijos con deficiencia. Hablamos sobre la necesidad de un Estado social fuerte, con políticas de protección que garanticen a la mujer y al futuro niño condiciones de vivir una buena vida. A eso llamamos política de inclusión social”, dijo a El Telégrafo la antropóloga Debora Diniz, de Anis-Instituto de Bioética.

Uno de los argumentos de los activistas es que el Estado no garantizó a las madres el contagio del zika y por eso no pueden ser penalizadas en caso de que decidan abortar si el feto presenta microcefalia.

Son 3.448 casos de microcefalia en Brasil supuestamente asociados al zika. A partir del 13 de febrero unos 200.000 hombres de las Fuerzas Armadas y de seguridad rastrillarán el país, a pedido de la presidenta, para eliminar focos donde se puede reproducir el mosquito. Por lo pronto, el foco máximo está en el estado de Pernambuco, cuya capital Recife, está viviendo una ola de pánico entre las embarazadas que llegan al hospital Fiocruz.

La posibilidad de aborto, en Brasil, es permitida luego de una violación, cuando corre riesgo la vida de la madre o por anancefalia. Por eso esta nueva oportunidad de reabrir el debate del aborto encontró la resistencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, la máxima jerarquía brasileña de la Iglesia Católica.

“Merece especial atención –dice un comunicado de la conferencia episcopal brasileña- el virus zika por su probable vinculación con la microcefalia, aunque no se haya probado científicamente. La gravedad de la situación llevó a la Organización Mundial de la Salud a declar ar la emergencia internacional. Pero el estado de alerta no debe llevarnos al pánico. Tampoco justifica defender el aborto para los casos de microcefalia como, lamentablemente, proponen determinados grupos que se organizan para llevar la cuestión a la máxima corte, en una total falta de respeto al don de la vida”.

La fumigación del sambódromo de Rio de Janeiro como forma de prevención contra el aedes aegypti fue una muestra de la campaña lanzada por el gobierno contra el avance del virus. El dengue en Brasil es epidémico, como en Paraguay, desde hace tres décadas. En vísperas del Carnaval, diversas comparsas convocaron en Recife –epicentro del zika y microcefalia- y en Sao Paulo, el estado más poblado del país, a limpiar recipientes con agua parada donde se desarrolla y reproduce el mosquito. (I)












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