El portal de Portoviejo se convierte en lienzo

El portovejense Luis Vélez desacelera su paso en la calle Olmedo y Sucre al tiempo en que observa los  murales que se pintaron en los pilares del edificio La Previsora, de la capital manabita.

Lo acompaña su hija Carolina, con quien se detiene a observar cada una las imágenes como la del Hotel París y le explica parte de su historia. Le resalta que todo lo graficado en los estribos son costumbres del portovejense.

“Es un realce a la ciudad”, señala el hombre al referirse a los murales que son parte del proyecto Portoviejo Colorido y Cultural. Esta acción, que trata de la vida cotidiana en los portales de Portoviejo, tiene como auspiciantes directos al Ministerio de Cultura y Museo de Portoviejo y Archivo Histórico con el aporte de los pintores manabitas.

Alexandra Cevallos, curadora del proyecto del Ministerio de Cultura, a través del Museo de Portoviejo, indica que se ha hecho énfasis en la importancia de los portales en Portoviejo, de los cuales hay casi 35 kilómetros en la ciudad.

Se escogieron cinco artistas locales que son muralistas para poder embellecer. Estos son Marinelly Alarcón, Freddy Fiallos, las hermanas Coral y Jazmín Perero  y Marvin Parrales.

A cada una de estas personas se le dio fotos de edificios antiguos, como el hotel París y otras de estructuras nuevas para que tuvieran una inspiración en cuanto al tema. “Lo que se quiere enfatizar es que el portal es un ente arquitectónico muy importante para la vida del habitante de la ciudad”.

Los artistas  pusieron su técnica de pintura. Hay imágenes de caricaturas, estilo muy gráfico, estilo libre, hay una partida de naipes y un mural muy colorido.

“Es  un evento muy bonito, es recorrer Portoviejo en una sola cuadra”, explica Cevallos. Parrales escogió la imagen de integrantes del club social “Los Botaditos” jugando 40 (al lado de la terminal terrestre) por ser una acción típica en la capital manabita a la que añadió su propia inspiración.

“La idea era que tenía que pintarse algo relacionado con el portal. Estos siempre han sido espacios para que la gente se reúna y el juego de naipe también es un momento para dialogar. Fui a ver una escena y me inspiré para hacerlo ahí en los pilares”, sostiene Parrales quien en tres días plasmó su obra.

Él está convencido de que estos murales generan dinamismo en la población; “hay gente que transita por el sector y no tiene la oportunidad de ingresar al museo. Esto es como sacar una galería al aire libre”.

A Marinelly toda su vida le había llamado la atención una casa que ha tenido varios dueños, en la que había un proyecto para ser reconstruida pero por razones económicas no se ha podido hacer ningún arreglo y está en peligro de venirse abajo. 

Ofreció el mural y en su imagen se reflejan los elementos que había en esta vivienda (ubicada en la 10 de Agosto y Chile) en los años 60-70, en los cuales se usaba bastante el tapizado.

El fondo de la casa son retazos de tapizados que se reflejan al abrir las ventanas de la misma, más el folclor que quiso transmitir en  su mural. “Mi arte es bastante colorido, transmite energía  y asimismo lleva hacia años atrás”, refiere la médica cirujana residente del Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Ella, para hacer la obra, cambió de turnos y dedicó dos días para su tarea en la cual usó pintura acrílica y pinceles, además de abundantes colores, que transmiten energía. “No es lo mismo pasar por un lugar donde la pared es gris  o blanca; si hay  muchos colores te va a generar tranquilidad y eso es lo que trato  de proyectar”. (I)